lunes, 10 de noviembre de 2008

Buscan romper con 'hegemonía cultural'; Una de las consecuencias de este canon es la casi nula difusión del intelecto latinoamericano

Por Dora Luz Haw

México como parte de Latinoamérica ha sido víctima, durante décadas, de una "hegemonía cultural" o un "capitalismo intelectual" que ha dejado de lado las voces latinas en torno a su propia cultura.

Las consecuencias de este canon que el experto Steven Loza califica como "euro-americé ntrico", han sido, por un lado, la casi nula difusión del intelecto latinoamericano, y por otro, el privilegio de modelos académicos estandarizados.

Es ahora, a principios del siglo 21, cuando surge la urgencia de modificar este esquema que ha operado en diversas áreas de la cultura y que se hace patente en el estudio de la música, donde los libros e investigaciones difundidas en el mundo sobre la cultura latinoamericana, son escritos por autores estadounidenses o europeos.

Así lo consideraron ayer los musicólogos que participaron en la mesa redonda Desafíos al canon musicológico, encabezada por Loza, músico y académico chicano, quien visitó México como invitado especial de la Cátedra Jesús C. Romero, que promueve el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical Carlos Chávez
(CENIDIM).

Desde su perspectiva como profesor de la Universidad de California (Los Ángeles), Loza explicó que es muy clara la hegemonía cultural de los llamados países desarrollados, donde las obras de sus pensadores se traducen al español para difundirse en el mundo académico, y sin embargo, no llega de la misma manera a Estados Unidos, el trabajo que se desarrolla en países latinoamericanos.

Mencionó que Néstor García Canclini ha indicado que actualmente se otorgan más doctorados sobre temas relacionados con Latinoamérica en Estados Unidos, que los que se dan en todo Latinoamérica, en todas las áreas.

Sin embargo, Loza, así como los investigadores José Antonio Robles, Rolando Antonio Pérez, Juan José Escorza y Enrique Jiménez, reconocieron en la discusión, que generalmente el conocimiento es superfluo, ya que con viajar tres meses a Oaxaca, un investigador estadounidense, que no habla español, puede convertirse en experto de la música triki.

Paralelamente a este fenómeno, los estudiosos latinos, especialmente los mexicanos, se han dado a la tarea de retomar casi al pie de la letra, las metodologías planteadas por dichas naciones hegemónicas, independientemente de que respondan o no, a los objetos de estudio.

"Si no se usa el cuerpo teórico de moda, uno no encaja en el sistema",
dice Loza.

Por esta razón, los especialistas apuestan por enfrentarse al "conservadurismo feroz" que existe en la academia, romper con la idea de un canon único al revalorar la propia historia musical, reconocer a los "padres de la musicología" y plantear sus propias metodologías de
estudio.

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