viernes, 16 de julio de 2010

DENTRO DE LA XXX EDICIÓN DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DE DANZA CONTEMPORÀNEA “LILA LÓPEZ” SE PRESENTARÁ EL LIBRO “BARRO ROJO ARTE ESCÈNICO”.

Como parte de las actividades que se llevan a cabo con motivo de la Trigésima Edición del Festival Internacional de Danza Contemporánea “Lila López” , el escritor Juan Hernández Islas pondrá a consideración del público potosino la obra “Barro Rojo Arte Escénico (1982-2007) La Izquierda en la danza contemporánea mexicana”, en el Centro de Difusión Cultural “Raúl Gamboa” del Instituto Potosino de Bellas Artes, el próximo domingo 18 de julio a las 20:30 horas.

Con esta obra literaria el autor da cuenta del quehacer artístico y la incidencia en el ámbito político y social, de una agrupación dancística que nació hace 25 años con una ideología definida.

“Barro Rojo Arte Escénico. La izquierda en la danza contemporánea” tendrá como presentadores a Alegría Martínez, crítica de teatro, Julio Aguilar, editor y periodista cultural, Serafín Aponte, bailarín y coreógrafo y Laura Rocha, Directora de Barro Rojo.

El volúmen coeditado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, y por la compañía de danza contemporánea Barro Rojo Arte Escénico, es una investigación que contextualiza históricamente el desarrollo de una compañía artística. Aborda el desarrollo de la agrupación desde el punto de vista estético y define la relación entre el quehacer de la compañía y lo que ocurre en ese momento en el país y en el mundo.

La compañía de danza contemporánea Barro Rojo Arte Escénico celebra en este 2010, 25 años de existencia. Fundada en Guerrero en 1982, la agrupación dancística ha logrado no sólo permanecer como una voz contundente en el ámbito de la danza en el país, sino también mantener viva una ideología que pondera el sueño de la igualdad y la justicia entre los hombres.

Desde su origen la compañía renunció a la danza de ornamento, se alejó de los modelos predominantes del arte coreográfico en donde lo bonito estaba siempre por encima de las ideas. Caminó a contracorriente con una estética mucho más cercana a las expresiones de la cultura popular y construyó un discurso relacionado siempre con los problemas sociales.

El coreógrafo y bailarín ecuatoriano Arturo Garrido dirigió a la compañía en sus primeros años de existencia, en la década de los 80’s del siglo XX, cuando en el mundo se creía aún que la igualdad y la justicia eran posibles.
Los bailarines de la compañía se comprometieron con esa militancia artística. No se trataba sólo de estar entrenado para moverse bonito, asombrar a los espectadores con destrezas físicas y el uso adecuado de la parafernalia escénica, sino de cimbrar al público con un discurso crudo sobre la realidad de la vida del hombre en el mundo contemporáneo

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