sábado, 12 de noviembre de 2011

Una alectiva función de danza ofrecieron el Colectivo 5 Nirvana en el Teatro del IMSS



Por: Roberto A. Valenciano Capín

Sin lugar a dudas queda demostrado que la solidaridad, la unidad y las ganas de exponer su devenir creativo se conjugan en crear estas veredas en conjunción con la imperante necesidad de mostrar el trabajo creado, esto fue lo que sucedió el pasado viernes en el Teatro del IMSS, al congregar el colectivo 5 nirvana a estas propuestas dancísticas independientes potosinas.

De esta manera dio comienzo este sumario dancístico que convocó a seis jóvenes coreográfos: Víctor Villasana, Norma Cecilia Rico Sánchez, Federico Chairez, José Gaytán Poke, Citlalli Ávila y Lorena Azcona.

Un programa que tiene la gran valía de exponer al público en su mayoría sus primeros trabajos coreográficos dentro de este abanico dancísticos que fueron desde aquellas alegres animadoras porristas con bases de jazz, un jazz con texturas de contemporáneo, Danza butho y contemporáneo.

Siempre bajo la premisa de trabajar con y por la danza, pero también bajo el compromiso de también con el otro, con el que aviva sus sentidos para ser partícipe de cada propuesta, al contraer estos dividendos de una función emotiva y enriquecedora.

En esta misma lógica, estas visiones de la danza confluyeron en las coreografías: " Jazz light" de Citlallic Ávila y Lorena Azcona con una deslucida y buscar cohesionar el jazz con lo contemporáneo.

Una tenue luz emanada de unas lámparas que contribuyen en reforzar ese hálito de misterio-oscuridad para ir desplegando a través de un haz de luz roja a tres personajes en una enigmática prolongación de frénéticos movimientos y con diferentes ritmos y dinámicas van envolviendo y acentúando la incertidumbre y la hilaridad de este personaje que se desdobla y seduce a sus compinches, ante un final mejor resuelto al presentado en el reciente concurso de danza contemporánea Lila López, es lo detentado en la pieza de " Brujas" de Federico Chairez, interpretado por: Daniela Saldierna, Federico Chairez y Miguel Martínez.

El cruce de la danza y el teatro físico dan una sintaxis muy particular a esta propuesta de Víctor Villasana, donde a través de cuatro personajes que indagan en la vaguedad de sus emociones, su lucha de egos , el placer a corto plazo se convierte en un equilibrio entre el sentimiento y la memoria, para explorar caminos en donde aflora la honestidad de este trabajo en escena, interpretado por jóvenes bailarines potosinos: Tanya Medina, Daniela Polo, Daniela Saldierna y Canamallé Limón.

Una pieza que busca en no caer en lo artificioso de las estructuras establecidas para más bien detonar esta experiencia coreográfica dentro de un rangón de la recodificación y decodificación de afectos y sensaciones bajo el afloramiento de estas texturas y recursos de calidades de movimiento que entrelazan con gran acierto estas historias que las une incapacidad/capacidad de comunicarse entre ellos, de esta pieza obtuvo una mención honorífica en la sexta edición de los premios 20 de Noviembre por la calidad de la propuesta y la búsqueda de un lenguaje propio.


Me causó un gran ánimo el disfrutar y ver desde su propia trinchera el desarrollo de la danza butho en el trabajo de José Gaytán Poke, quien presentó un fragmento de su obra " renacimiento 2.0", quien logra combinar esa estética de lo grotesco/metáforico con la cadencia, la teatralidad e incluso el histrionismo bajo el equilibrio del movimiento pausado y repentino pero controlado. De esta manera lograr un trabajo bien articulado, al retomar la concepción de la mente como músculo y del pensamiento como algo que logra arrancar de lo más profundo de su carne el sentimiento y la memoria que afloraban en escena.

Cierra esta función el trabajo coreográfico" 70 veces siete " de Norma Cecilia Rico Sánchez, al plantear a cinco personajes que cruzan sus vidas, sus sueños y sus deseos, aparentemente por casualidad, la cual desaparece cuando cada personaje encuentra el sentido de la vida y es a la vez la oportunidad de que cada personaje restablezca ese orden en el continuo caos de la vida cotidiana.

Una pieza que se construye en base de una estructura construida sobre los conceptos de descompensaciones bruscas del cuerpo, donde predomina la precaria lúcidez y el desorden en si mismo a través de una seriación de movimientos frenéticos y envolventes que se disuaden en momentos con movimientos sutilemente cadenciados, para detonar así la frágilidad límite de cada personalidad de los personajes.

Es de destacar el reunir como pocas veces suele pasar, a un quinteto de bailarines: Rafael Becerra, Kanamallé Limón, Miguel Martínez, Iván Fiscal y Miguel Bustamante.

De esta manera, este colectivo apela a la construcción de coreografías en las que el movimiento se genere a partir de corporalidades particulares y cuerpos en escena presentes desde su propia experiencia, el cual fue apoyado por un buen público que se dio cita a este espacio cultural.

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