martes, 2 de octubre de 2012

Llegaron las canciones del proyecto solista de Roy Cañedo "El Villano" a estas tierras potosinas


Por: Roberto A. Valenciano Capín


Indudablemente llega al escenario este artesano de la canción bajo el pulso de su guitarra y voz, esta vez acompañado de una bella chica tapatía en los coros, quienes si más suben al escenario del Rockabilly Rebeld Bar que se encuentra en el mero ombligo del Centro Histórico potosino, para presentarno un proyecto muy personal de Roy Cañedo, titulado "El Villano".

Después de un receso necesario o no, en relación con Thermo, una de las bandas más representativa del rock mexicano contemporáneo, el también vocalista y productor del grupo, Roy Cañedo simplemente encontró un camino paralelo donde experimenta libertad sin límites, donde puede jugar con las palabras y los acordes, con los sonidos y con sus tonos de voz.

Bajo los senderos de la honestidad misma que lo ha caracterizado traza aquellas canciones que escribió hace buen tiempo y ahora las expone sin cortapisas del olvido, al tener la gran fortuna de ser  de inmediato muy bien recibidas y posesionadas en el gusto del público que ahora sigue este nada pretencioso proyecto.

Todo esto surge, gracias a la sugerencia de un integrante de la banda Buffalo para detonar y sacar del olvido estas canciones, quien por cierto compartieron esta noche en esta pequeña pero sustanciosa gira por varios estados de la república mexicana.

A pesar de anteceder de un potente y energético propuesta de esta novel banda mexiquense de Buffalo y ser reconocido su trabajo con los caluroso aplausos, al ofrecer en esta noche un set de lo que será su primer álbum: - Jesse James-, -estamos muy bien-, -Mario, el hombre pájaro-,-solo quiero saber-, -muchas hojas de maple-, que le da título a su gira y culminar su show con- Ross-.

Bajo este combustible para el corazón, como se puede definir el proyecto de este creador tapatío, toma el escenario, el risueño Roy con su guitarra, no sin antes ser interrumpido por el saludo y el agradecimiento de estar de nueva cuenta por acá.

Sube, afina su guitarra y a la vez agradece a los ahí presentes y remira a su compañera para empezar a destilar y a la vez compartir este combustible para el amor con un set de rolita como: -Lo más fácil del mundo-, para proseguir con-el mejor-,-sombras en la habitación-, -alza la voz-, cortinas cerradas y -día de mi funeral-.

Pero la noche no quedaría completa,  probablemente muchas rolas faltaron, pero a petición de una banda muy atenta, tocó la infaltable- ¿Donde estas?. Y de esta manera dejar algo de este combustóleo para una posterior presentación por estas tierras potosinas.

De esta manera, con una voz desgarrosa que invita sin más a la calma amorosa, aún cuando sus letras retratan particularmente el dejo o ese despresurado desamor, en donde aclara que él es el villano de las historias, simplemente basta ponerle atención a sus letras, claro, sin hacer dejo de la reflexión y ese ánimo gozoso y velado de la esperanza.

De ahí que si podemos hablar de una prematura clave del éxito de El villano radica, no solo en su movilidad ni en su apostura, sino más bien en esa energía desaforada heredada del rock and roll, muy potente en directo, y que se mezcla con melodías con una decidida influencia de la balada romántica bajo el formato de lo acústico.

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