miércoles, 27 de marzo de 2013

"La poética de la enseñanza. Una experiencia", de Patricia Cardona




Cuando nos enfrentamos a un libro que plantea una “poética de la enseñanza”, nos puede parecer contradictorio. La poética se nutre del sentimiento, del impulso y ¿por qué no?, de la locura, entre otras cosas, mientras que la enseñanza tiende a ser academicista, controlada, esquemática, formal y tal parece que se rige por ciertos patrones dados por la pedagogía.
Pues no es así. En este libro, Patricia Cardona desarrolla una “metodología insubordinada”, en sus propias palabras. La poética y la enseñanza no se excluyen, más bien se potencian. Ahí el reto y el gancho para leer este libro; no sólo para leerlo, sino para practicar esta metodología.
Y por buscar caminos, abrirlos e intentar regresar el agua a su cauce, es que toma valor esta publicación editada por el INBA y el Cenidi-Danza, con el apoyo del PADID.
Con una presentación de Luis Mario Moncada y una introducción de Silvia Durán, que fijan y contextualizan el texto y los temas que abordará, Patricia Cardona comienza explicándonos la raíz de la metodología. Ésta se extiende hasta los orígenes de la cultura occidental, con los griegos y sus dioses Apolo y Dionisos y las interpretaciones canónicas de su representación. Cardona cuestiona los clichés que se han tejido en torno a éstos (originados en gran parte por Nietzche) y, apoyada en Giorgio Colli, afirma que estos dioses tienen una afinidad fundamental: “juntos abarcan la esfera de la locura” y en la locura encuentra “la raíz del fulgor de la poética”, su matriz. Explicado de una manera muy simple, de la locura pasa al delirio y al enigma como atributo de éste. Y retomando a Aristóteles, ve en la imagen, en la metáfora, el medio en el cual se expresa este enigma y en donde los contrarios se concilian. Ahí descubre el corazón de su investigación: “Si el deliriodeviene en enigma y éste, a su vez, en metáfora, entonces hemos llegado a la fuente detonadora de los secretos/misterios de la creación artística” (p. 73).
¿Cómo conciliamos la imagen y la palabra, propios de la poesía, con la danza? Paz dice “la imagen poética, esa que reconcilia a los contrarios, no puede ser descifrada por las palabras” (p. 73), pero también que la revelación poética “es lo más cercano al conocimiento”. Revela nuevas líneas de pensamiento, estimula la imaginación y la creación, crea “expresiones subjetivas inéditas. Y éstas amplían la visión del mundo del individuo” (p. 81). También lo hacen más libre, ¿en dónde estaríamos como sociedad si nuestra educación nos formara para ser libres?
Es en este punto donde confronta métodos “racionales”, pues la poética más que un método de conocimiento, es un método de autoconocimiento que tiene cuatro categorías formativas:desaprendizaje, redescubrimiento, transformación yautoeducación. Acá entra no sólo el alumno, sino quien “enseña” o quien guía. Éste tiene que comenzar cuestionándose, sensibilizándose e imaginando, requiere romper sus categorías de enseñanza y, a partir de sí, crear para que el alumno cree, imagine, se sensibilice y que enseñe al maestro, haciendo un círculo virtuoso. La reciprocidad y la generosidad son condiciones inherentes al proceso; sin embargo, el reto del docente es “provocar poéticas por la vía del contagio/resonancias, despertando en el otro vivencias reveladoras. En este sentido, el maestro se convierte, como tal, en una experiencia estética que abre mundos, despertando y nutriendo los sentidos del otro” (p. 82).
Como se habrán dado cuenta, la metodología aplica no sólo para docentes sino para todo aquel involucrado en la creación artística, lo que amplía el público receptor. ¿Qué creador no necesita desaprender, redescubrirse, transformarse y autoeducarse?
A través del seminario en Poética de la enseñanza, Patricia Cardona nos va explicando los retos a los que se enfrentaron al trabajar el método con profesores, en su mayoría del Cedart, lo que hace al libro más ligero y no tan teórico. Es un manual y testimonio de seminarios con maestras invitadas como Silvia Durán, Sophie Bidault, Cecilia Lugo, Ana González, Jenet Tamé, entre otras, quienes enriquecieron y aportaron significativamente al proyecto. La metodología completa y detallada se desarrolla en el texto.
Un libro que vale la pena leer, conocer, discutir y ejercer, para después cuestionarlo, desaprenderlo, transformarse, autoeducarse y seguir construyendo una comunidad sólida, creativa y generosa.

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