lunes, 30 de junio de 2014

Trío Russkoe compartió su viaje por sonoridades alemanas


Foto: Jaime Galván
Por: Roberto A. Valenciano Capín


María Tsygonova en el piano, Svetlana Galinskaya en el violonchello y Vasily Shimalin en el violín,  Todos conocidos de nuestra ciudad. Los tres, músicos formidables que le dan sustento a este proyecto cameril de Trío Russkoe, formado  hace apenas dos años  y al menos en  ya han adquirido un merecido reconocimiento por la calidad de sus programas como  de sus interpretaciones. 
 
De esta manera cerrar magistralmente esta temporada con un recital integrado por obras de: Bach, Brahms y Beethoven, al tener como foro la Sala Francisco de la Maza del Museo Francisco Cossío.
Un concierto que dialogan dos obras de plena madurez creativa, Bach y Brahms ante un intempestivo y joven Beethoven.

Arranca esta travesía bajo el temple netamente alemana con la Sonata para viola de gamba y clavecín BMW 247 de Johann Sebastian Bach.
Una obra de tintes barrocos con la particularidad de la adaptación a violoncello a cargo de este trio, al recrear y dar cuenta de esta síntesis musical propuesta, no quitándole con esto su gratitud a pesar de disfrutar y a la vez resolver con aplomo este verdadero laberinto sonoro.
Para continuar  con la Sonata para violín y piano Op. 108 No. 3 de  Johannes Brahms, una interpretación de fraseo ágil y preciso, una algarabía de matices, con este inconfundible aroma clásico, pleno lleno de elegancia y frescura.
Y culminar esta apoteosis musical con el trio para piano, violín y violoncello de Ludwing van Beethoven, para  eclipsar con una composición de este joven y virtuoso pianista. Se trata de una interpretación muy incisiva, aun así no nos priva de una articulación totalmente medida, cuyos diálogos y construcción en cuanto a las densidades marcadas en las partitura son de una claridad asombrosa. Digamos que nos brindan un Beethoven en donde  descubrimos a través de lo cameril este sentido sinfónico,  
Una interpretación muy cuidada, sensible, y un sonido equilibrado en donde cada solista no solo estuvo preocupado por su parte sino por el todo, viéndose reflejo en una ejecución es de alta calidad y de tal nivel que los músicos no se permitieron ningún agregado. ¿Para qué más? Estaba todo dicho.
 
Como lo fue lo expresado por el Dr. Torre, al destacar de haber escuchado un magnifico concierto de cámara que hace mucho no  escuchaba, siendo reafirmado por un público ávido y respetuoso que  abarroto este foro museístico y les recompenso este esfuerzo e interpretación con un cálido aplauso en pie.
 
Un agradecimiento al Centro Cultural Alemán, el Patronato de la industria alemana en San Luis Potosí y al Museo Francisco Cossío para la realización de este concierto.


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