domingo, 23 de agosto de 2015

Un grupo de alemanes prepara un restaurante en Berlin con comida salvada de la basura


 
Queremos darle valor a la comida, dijeron los fundadores. Foto: Restlos glücklich
 
Por Anja Sokolow y Gisela Gross (dpa)

Chocolate de Ecuador que pasó demasiado tiempo en la aduana, docenas de botellas de vino abiertas tras una cata o enormes calabacines de una granja bio imposibles de vender son algunos de los ingredientes salvados de la basura con los que un grupo de alemanes quiere abrir un pionero restaurante en Berlín.
 

Leonie Beckmann y sus compañeros de armas de la asociación “Restlos glücklich” no deberán buscar mucho para encontrar alimentos en Berlín que no pueden ser vendidos, pero demasiado buenos como para que terminen en el cubo de basura.

 
En otoño (boreal) quieren inaugurar un restaurante en el que casi exclusivamente se usarán este tipo de productos. Con ello, la asociación busca enviar una señal de alerta contra el desperdicio de comida.

 
“Sencillamente queremos que se vuelva a dar valor a la comida”, afirmó Beckmann, durante la presentación a los medios de comunicación.


De acuerdo con un estudio de la organización ecologista WWF, en Alemania se tiran a la basura anualmente 18 millones de toneladas de comida. Para que eso no pase en el nuevo restaurante, las porciones serán pequeñas, indicó. “Sin embargo, habrá la posibilidad de repetir gratis. Nuestros clientes no se irán con hambre a casa”, agregó Beckmann.

 
Fruta, verdura, productos de pastelería y panadería, o también carne y pescado llegarán al restaurante a través de donaciones de diferentes socios como, por ejemplo, granjas bio de Brandeburgo como la de Johannes Erz o comerciantes al por mayor.


“Es maravilloso que existan cosas como ‘Restlos glücklich’”, aseguró Erz, que indicó que les proporcionará en un primer momento tomates abiertos o calabacines demasiado grandes.

 
Debido a que los diferentes productos llegarán diariamente, no se podrán planear menús a largo plazo. Está previsto ofrecer cada día dos o tres platos diferentes por un precio de entre siete y 14 euros.


El restaurante “Rub & Stub” en Copenhague, en el que se han inspirado para sacar adelante el proyecto, funciona actualmente muy bien. El beneficio se invertirá en proyectos de educación, así como en cursos para aprovechar los alimentos de manera creativa.
 

Hasta la inauguración, la asociación debe recolectar aún 50 mil euros y encontrar un local acorde. En su búsqueda de financiación, los iniciadores acudieron a la plataforma de micromecenazgo “Startnext” en Internet. En ella recaudaron más de 6 mil euros en los dos primeros días, informó Beckmann.

Junto con Dinamarca, también existen restaurantes similares en Reino Unido. En febrero, el local “Grüne Liebe” en la ciudad alemana de Colonia cerró antes de hacer el medio año. Su fundador Sascha Gröhl explicó que su decisión de venderlo se debía a falta de tiempo.
 

Un restaurante de comida salvada de la basura es “una fantástica idea”, que concuerda con el estilo de vida de Berlín, indicó el portavoz de la empresa de promoción de la ciudad “Visit Berlin”, Christian Tänzler.

 

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