miércoles, 30 de septiembre de 2015

Pérdida de la memoria

 
 
Por: Hugo Rentería
 
Un hombre que sucumbe ante el poder y su autodestrucción, que lidia con las relaciones personales y el poder de la perversión, es lo que describe el director Jesús Coronado en “Blackout”, de Jaime Chabaud, la nueva obra de “El Rinoceronte Enamorado”.
 
 
El texto del dramaturgo mexicano Jaime Chabaud reinterpreta la obra de William Shakespeare “El Rey Lear”, donde toma el arquetipo de un monarca que ama y maneja una situación compleja con sus tres hijas y su bufón, quien le hace vislumbrar sus errores.
 
 
La pérdida de la memoria es el eje de Chabaud en su versión del Rey Lear. “Gonerilda”, “Regan” y “Cordelia” son mujeres de distintas que trastornan la mente del longevo hombre, quien llega a la senectud siendo un ser humano débil.
 
 
El paso del tiempo como un factor de destrucción, un “rey” anquilosado que no puede alcanzar en plenitud sus anhelos, con un incómodo sentimiento de impotencia, es lo que logra reflejar el director y protagonista.
 
 
 El odio hacia su padre de “Gonerilda”, la actitud incestuosa de “Regan”, y el amor incondicional de “Cordelia”; son un complemento de la trama de la tragedia ubicada en nuestro siglo. “El bufón”, siempre aconseja al rey Lear, aunque en muchas ocasiones sea ignorado.
 
 
Otra de las cualidades son la incertidumbre entre la realidad y la ficción que logra el director con el equipo de actores para atrapar la atención del espectador.
 
 
La pieza requiere demasiada atención ante un texto complejo que exhibe la parte irracional del hombre.
 
 
El ritmo de la obra es uno de los elementos a perfeccionar, durante el transcurso de la puesta en escena hay momentos de oscuridad que son una analogía de la mente del rey. “Blackout” es un ejemplo de la destrucción de los seres humanos en el contexto de lo cotidiano.
 
 
A partir del próximo 1 de octubre inicia la temporada en la Sala Héctor Mendoza en el Distrito Federal. Además en la segunda semana de octubre inicia la temporada en Carlos Tovar 315. La escenografía y vestuario es de Angustias Lucio y la música es de Armando Corado Judd.

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