miércoles, 4 de mayo de 2016

En torno a Memorias del Vacío: Entrevista con Arturo Fuentes



Por: Paloma Cuadrado Miranda
Fotograma de Memorias del Vacío (c) Arturo Fuentes
Memorias del Vacío:
Actrices: Sandra Victoria Aguilar, Christine Jenewein.
Flauta Paetzold y voz: Anna Margules.
Producción, dirección y música: Arturo Fuentes.
Basado en el libro Noticias del Imperio del escritor mexicano Fernando del Paso.
 
En la actualidad, disfrutamos de la presencia de un gran número de compositores e intérpretes latinoamericanos que desarrollan su labor artística en Europa. En esta ocasión, hemos tenido la oportunidad de entrevistar al artista mexicano Arturo Fuentes (1975), quien comenzó sus estudios de composición en Milán y París hace veinte años, radicando actualmente en la ciudad austriaca de Innsbruck, donde tiene su estudio de composición y filmación.
 
Arturo Fuentes incursiona en la dirección escénica con varios proyectos que veremos en los próximos años. Aunque en su obra encontramos trabajos muy dispares, en esta ocasión destacamos sus creaciones en torno a la realización de diferentes obras fílmicas, donde la música se mezcla con lo visual tomando la misma importancia e intensidad. Desde el año 2004 hasta nuestros días, el artista se ha embarcado en la elaboración de múltiples trabajos audiovisuales como Raya (2004), Fosil KV (2006), Sierra Negra (2008), Line of Oblivion (2010), Hymne 80 (2010), Grace Note (2012), y Memorias del Vacío (2012). Hemos elegido abordar durante la entrevista este último cortometraje tanto por su riqueza estética, como por ser un proyecto del cual surgen las raíces de la ópera Carlota, actualmente en pleno proceso de creación según nos informó el compositor Fuentes en la entrevista que presentamos a continuación.
 
Sul Ponticello: A lo largo de tu carrera como compositor ¿Qué corrientes artísticas y más en concreto, musicales te han servido como influencia?
 
Arturo Fuentes: Si un artista se sensibiliza con su entorno es entonces capaz de percibir “huecos de la realidad” mostrando los hilos abstractos que tiran hacia su arte. Más que buscar influencias, enfilo mi percepción a identificar esas líneas abstractas en cualquier lugar; mantengo un “sentido en alerta” ya que ellas nos pasan desapercibidas la mayor parte del tiempo, están tan cerca que no las vemos. Wittgenstein nos recuerda que la filosofía pone de manifiesto lo que siempre tuvimos frente a los ojos y, según mi opinión, también lo hace el arte. Esta sensibilidad, que se va adquiriendo poco a poco, sin duda requiere de una voluntad para llegar a ella, uno debe “tratar de ver”. Es ahí, en ese vacío conceptual que significa “buscar algo” que he encontrado la materia (la sangre, la forma, el color) que ejerce una influencia en mi próxima obra. Aprender a buscar algo sin poder definirlo es un buen ejercicio para la creatividad – el cual practico diariamente. Crear es una “obscura observación” que apela a todos los sentidos, para decirlo de otra manera, uno encuentra cosas que nunca imaginaba, son “las gotas de la imaginación”. Así es como funciona, para mí, la influencia artística y creativa. Un poema de Borges nos dice “No existe una puerta, estás adentro”, esto me lleva a reflexionar que en el arte no se necesita poder definir lo que se busca para encontrarlo, tampoco se necesita definir lo que se escucha o se ve para poder disfrutarlo ¿Cómo se puede definir una puesta de sol o una sinfonía de Beethoven? Sin embargo, sentimos que ese momento nos ha dejado algo. Desde luego, un paseo por la nieve me puede “inspirar” una idea, aunque asistir a un espectáculo de danza, un concierto o una exposición, así como leer un poema o ver una película, son actividades más afines a una tarea artística que podría derivar en una idea musical en mi obra. Por lo anterior, no puedo propiamente definir un autor que haya ejercido una influencia particular en mi obra, yo me guío más por los momentos, por los contextos o por las épocas que vivo; algunas veces me llama la atención esto, o aquello, y otras veces simplemente me entrego a un silencio continuo, a un vacío, sin dejar entrar las voces que rondan. Busco mi propia influencia. En algún momento afirmé que, para un artista, la mejor influencia es la de sí mismo, también es la más difícil de encontrar porque ella se busca al mismo tiempo que se hace, es, en este sentido autorreferencial: ella está dotada de un contenido que es, al mismo tiempo, forma.
Arturo Fuentes
 
S.P.: De tu producción ¿Qué obras consideras que han marcado una etapa en tu carrera como compositor? ¿Por qué?
 
A.F.: Algunas obras son, efectivamente, puntos formantes que dan origen a otras obras. Pero, desde una perspectiva general, encuentro más adecuado pensar que mis obras son como hermanas que guardan ciertos rasgos familiares entre ellas. A pesar de su singularidad, cada obra forma parte del indeterminado orden del catálogo de un compositor; recuerdo a José Lezama Lima en este punto: “todo ser es causal, busca ser causal, para diferenciarse de la sucesión en la infinitud”. Toda obra musical es, entonces, causal, y eso es lo que marca su singularidad (su originalidad, podríamos afirmar). El compositor, con una vista aérea, descubre “su bosque de obras” y así reconoce la trayectoria que siguió la creación: “un autor no tiene una perspectiva clara de su propia obra”, nos dice Fernando del Paso. Volviendo a la idea de familiaridad, la similitud o rasgos característicos entre las obras es, quizá, lo que comúnmente llamamos “estilo”. Como compositor, mi principal interés es que esa familia de obras sea reconocida como “Fuentes”.
 
Sería entonces más conveniente hablar de periodos de composición, por ejemplo, al terminar mis estudios en México (1994-96) comencé la escritura de varias piezas para guitarra y al llegar a en Europa (1997) amplié mi catálogo de obras de cámara. Abordé posteriormente la música electrónica (durante mi doctorado en Paris y mi paso por el IRCAM, 2002).  Hace unos años inicié un período muy activo en el teatro musical y las producciones de danza/música; en algunas de ellas he tenido la oportunidad de hacer la puesta en escena. También inicié, hace una década, la filmación de cortometrajes donde me gusta involucrarme en todo, desde la producción hasta la dirección. En ellos incluyo alguna de mis obras sonoras y casi siempre me guío por una idea literaria, es el caso de Memorias del Vacío, basada en los monólogos de Carlota que se encuentran en el libro Noticias del Imperio, del escritor mexicano Fernando del Paso.
 
S.P.: ¿Por qué decidiste hacer de Memorias del Vacío un proyecto audiovisual?
 
A.F.: Como dije anteriormente, produzco y dirijo un par de cortometrajes al año, Memorias del Vacío nació de este impulso por abordar el campo de la imagen en mis obras. El libro Noticias del Imperio lo leí por primera vez hace algunos años, casi a mi llegada a París en 1999, desde entonces visualicé a Carlota, emperatriz de México y esposa de Maximiliano, como una mujer que encuentra en la realidad las grietas de la fantasía y la imaginación, hasta llegar a confundirse con la locura. Hace unos días, en honor del Premio Cervantes otorgado a Fernando del Paso, me encontré con un artículo que lo citaba y que reafirmaba mi primera idea sobre la realidad-ficción en la que vivía Carlota: “Cuando estaba escribiendo Noticias del Imperio un día descubrí que la locura de la emperatriz Carlota, estaba destinada a representar a la imaginación (la loca de la casa) y su lucha por conquistar una realidad que se nos escapa todos los días”.
 
Para contextualizar mi comentario, me gustaría recordar que, en varios capítulos de su libro, Fernando del Paso recrea la voz de Carlota a manera de “monólogos”, mezclando imágenes, historia y fantasía. Siempre visualicé estos monólogos como cartas que Carlota escribía a Maximiliano, unas cartas que nunca enviaría. Vi a Carlota sentada, ya vieja, imaginándose a sí misma joven, recordando y mezclando su memoria con su imaginación. El acto de escritura de Carlota, como lo interpreto en el libro de Fernando del Paso, es más bien un acto frenético y compulsivo (como se puede ver en mi cortometraje); la escritura como una catarsis o una grieta de la realidad que lleva a la fantasía. Por otro lado, Carlota, dentro de su locura, parece entender el mundo de una manera más lógica, ella construye los engranajes que hacen girar su propia historia. Al final de cuentas, me pregunto ¿no es eso mismo, lo que hacemos nosotros? Finalmente, Carlota se desdobla en varias Carlotas: la histórica, la cuerda, la loca, la amante, la niña, la adolecente, la vieja, la que ya murió, etc., todas esas voces forman, dentro de mi interpretación del texto, un trayecto sonoro, musical. Se crea un monodrama.
 S.P: Y la música, ¿cómo está planteada en el contexto de la obra?
A.F.: La música de Memorias del Vacío muestra el estado frenético de la escritura, está grabada con una flauta paetzold contrabajo interpretada magistralmente por Anna Margules, a quien también grabé leyendo algunos párrafos de los monólogos. Una parte del cortometraje lo filmé en México, la otra en Austria. Mis dos actrices, Sandra Victoria Aguilar (la joven Carlota) y Christine Jenewien (la adulta) me dieron líneas a seguir en la dirección: encuadre, luz y montaje. Por ejemplo, recuerdo la escena donde Carlota joven, interpretada por Sandra, se unta miel para que las moscas vengan a picarla provocándole placer (un pasaje del libro de Fernando del Paso). A pesar de estar en verano, en México, al momento de untarse la miel Sandra tuvo mucho frío, aproveché esa sensación para que su actuación fuese más nerviosa, como si realmente estuviera excitada por la llegada de las moscas. Recuerdo que le decía: “Sandra, tiembla, no te preocupes, pero no dejes de pensar en el placer de Carlota”.
 
Memorias del Vacío es un estudio previo a Carlota la ópera-monodrama que escribo en estos momentos, basada en el mismo tema, los monólogos magníficamente escritos por Fernando del Paso en Noticias del Imperio. Esta será una ópera-monodrama para una soprano, gran ensamble, electrónica y video. La ópera comienza con el sonido de un avión, es Lindbergh cruzando el Atlántico en 1927, se escuchan también transmisiones de radio Walky-talky. Carlota está en medio del escenario, casi desnuda, bañándose en leche y cantando en frecuencias muy altas, acompañadas por los sonidos del ensamble orquestal, como queriendo alcanzar las nubes que cruzan el mar. Muchas de mis ideas sobre la realidad y la imaginación estarán ahí plasmadas. Este verano viajo a México, tengo filmación en puerta, ahora, Carlota está acostada en el desierto, cubierta de polvo, unos drones harán tomas aéreas, otras tomas a ras de suelo llegan como serpientes, es Carlota que imagina su muerte en México y su vida en esa tierra que nunca más pisó. El vacío del desierto, el vacío de la memoria, el aire en movimiento perpetuo… alguna idea me llegará estando ahí.
 
En torno a Memorias del Vacío: entrevista con Arturo Fuentes por Paloma Cuadrado Miranda, a excepción del contenido de terceros y de que se indique lo contrario, se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Licencia.
 

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