domingo, 9 de octubre de 2016

Pentagrama, 35 años de "crear la memoria musical de México"


La base ideológica de Pentagrama siempre ha sido hacer lo que se debe, sin pensar en la cuestión económica, afirma López. Foto María Meléndrez Parada



Por: Arturo Cruz Bárcenas



Ediciones Pentagrama cumplió ayer 35 años de andar en el surco, 35 años de trabajo, con 750 títulos discográficos, 10 documentales, varios libros publicados... de navegar en un barco en medio de tempestades, expresó en entrevista Modesto López, director de esta compañía independiente.



Como parte de los festejos se realizó la conferencia Logros y desafíos de Pentagrama en la industria independiente, en el Mutiforo Cultural Alicia, a cargo del propio Modesto.



Mientras las poderosas disqueras trasnacionales lloran como Magdalenas la baja en la venta del disco físico y se contradicen al afirmar que sus artistas venden miles y miles de unidades, los sellos independientes de México sí ven las de Caín.



“Nosotros hicimos un catálogo, nunca éxitos; un catálogo que quedara en la memoria, en la historia de la música de México y de América Latina, para difundir la música que contribuya a enriquecer el pensamiento de las personas. Nunca hemos tenido límites en los géneros musicales e incluso tenemos una colección que se llama La Palabra, con los poetas en su propia voz; una colección de guitarra, que encabeza Mariña, eximio guitarrista; una colección muy importante de música para niños, que incluye a Bandula, Luis Pescetti, Los Hermanos Rincón y La Trouppe... ¡infinidad de gente!



“Nos sentimos contentos por esta empresa que se ha hecho con base en la amistad, el cariño y el amor por lo que hacemos. Se ha construido algo que tiene que ver con toda nuestra gente, con una parte de la realidad que nos toca vivir en México, difícil de llevar, porque nuestra música no se difunde en nuestros grandes medios de comunicación, donde prácticamente no existe para la televisión ni para las radios comerciales, salvo las culturales, como el Imer, Radio Educación y radios universitarias, o periódicos como La Jornada y otros similares, pero es realmente una labor titánica. Somos de la estirpe del salmón: nadamos contra la corriente. Existimos gracias a los compañeros, a los músicos que han trabajado y permanecido para difundir la música que realizan, mientras los acompañamos en la publicación y difusión.”



Política y realidad social

La cultura siempre está ligada a la realidad social que nos toca vivir. Todo lo que el hombre hace tiene que ver con su realidad y ésta lo determina a su vez. También existen políticas culturales que tal vez no son favorables a la cultura que se debe difundir. Nosotros tenemos que estar ligados a la realidad. Alguien decía que si no te ocupas de la política entonces la política se ocupa de ti. Somos seres políticos, aunque no tendamos a hacerla, lo cual no quiere decir que debamos ser partidistas.



El negocio

“Comparo cuando yo hacía teatro. Uno hace teatro porque necesita hacerlo, y eso se asume; no se hace por el aplauso, sino por gusto, por estudio, porque se quiere. Una de la cosas importantes de Pentagrama es que siempre pensamos que teníamos que hacer lo que se debe, sin pensar en lo económico. Eso es una consecuencia dentro de los conceptos y parámetros de lo que se quiere difundir. Para nosotros nunca ha sido un propósito hacer dinero. Si lo que hacemos no está no nos merecemos el dinero, y cuando lo hemos tenido ha sido para seguir haciendo cosas. Pentagrama es una organización cuyo trabajo hasta la fecha le ha permitido poder reinvertir las ganancias para producir más. Esto a pesar de las dificultades, como la baja en la venta del disco, que está en etapa de extinción. Somos los últimos mohicanos. No obstante, pensamos que el disco físico aún tiene vigencia... aunque no sabemos hasta cuándo.



Las grandes trasnacionales son las que imponen las condiciones de lo que se debe hacer, sobre los gustos. ¡Esto es terrible! Los gustos están trazados por las grandes difusoras, por las televisoras. Los mismos políticos se guían por esos parámetros y se olvidan de lo que está haciendo el pueblo. ¡A la gran mayoría no le interesa la cultura! Hacen de esa postura una manera de llenar su bolsillo, más que de beneficiar a la gente.



¿Los errores?

Tal vez haya sido no haber encarado a tiempo cosas que deberíamos haber hecho, pero a veces la realidad económica no nos lo permitía. Hay cosas que debimos haber hecho, pero nos planteamos una coyuntura: lo hacemos ahora, con nuestra situación económica, o nunca. No había tiempo para conseguir más fondos. Eso fue determinante. Lo importante era el testimonio.


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