jueves, 12 de octubre de 2017

La magia de un beso. La Bella Durmiente en el Coloso de Villerías

                                                      

                                             Fotografías: Cortesía de la OSSLP


Por: Roberto A. Valenciano Capín


Ante los más recientes embates que han dado la naturaleza y que han sufrido sus efectos nuestros compatriotas, fue muy oportuno esta puesta en escena de una de las más representativas obras del repertorio balletístico como es el Lago de los Cisnes de Piotr Ilich Tchaikovsky, gracias a este binomio creativo de la American Ballet Dance Studio y la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí, al tener como escenario el Teatro de la Paz.

Es así como asumen el compromiso de montar esta magistral obra de ballet, en donde queda de manifiesto este compromiso tanto de ir generando este movimiento formativo de este arte dancístico en San Luis y por consiguiente, "ir creando una cultura de que la gente identifique los ballets, que las niñas se motiven de que se puede hacer carrera como bailarina y que no se muera el ballet clásico,  ya que hay una crisis mundial del ballet clásico, ya que todos piensan que es la parte romántica pero no es así, el ballet atrás tiene muchísimos sacrificios, muchísima incomodidad, muchísimas frustraciones, entonces si se muere ese mundo nos vamos a quedar sin ballet y eso va a ser super triste".






En esta ocasión, gracias a ser “La bella durmiente”, una de las tres joyas del ballet creadas por la dupla Tchaikovsky-Petipa, junto con “El Cascanueces” (1892) y “Lago de los cisnes” (1895), es un cuento de hadas llevado al ballet. Estructurado en un prólogo y tres actos, fue encargado por el director de los Teatros Imperiales en 1888, el ballet está basado en “La bella durmiente del bosque”, del escritor francés Charles Perrault.

La historia comienza con el bautismo de la princesa Aurora. Seis hadas son las invitadas a la ceremonia para agasajar a la niña, pero en el medio de la fiesta irrumpe furiosa la bruja Carabosse. Ofendida por no haber sido invitada, vaticina la muerte de la niña, que se pinchará un dedo con un huso al cumplir sus 16 años. El hada de las lilas interviene, modifica la maldición y sumerge a Aurora en un sueño profundo durante cien años. Hechizo que sólo se romperá con el beso de un príncipe.




Una recreación que indudablemente no solamente contribuye en el poder disfrutar de esta magia en escena, sino el presentar una exposición balletista sumamente respetable, así como de una sobria escenografía, un exquisito vestuario y crear un ambiente incomparable que se conjuga el esfuerzo, trabajo y disciplina del corpo de aprendices bailarines potosinos, como de los invitados, alumnos del sexto semestre de la Escuela de danza del CENART.

Para esta edición se contó con los bailarines invitados: Regina Palomar, primera bailarina del Ballet de Monterrey como la Princesa Aurora (Bella Durmiente) y Gerardo Gil, director, maestro y bailarín de la Compañía de Nuevo Laredo, como el príncipe Désiré.

"Siento que se enriquecen mucho las producciones y cada quien puede mostrar su talento y repotenciarlo", así como reconocer la directora general y artístico de American Ballet Dance Studio, Mtra. Giselle  F. Gálvez que es "mucho más difícil este ballet que el Cascanueces por su virtuosismo", aunado a la puntualidad en cuanto a este acompañamiento musical por parte de la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí, bajo la batuta del Mtro. José Miramontes Zapata.





"Me quejaba mucho de que no teníamos cultura, de que no teníamos ballet, siempre venia ballet de afuera y muy deficiente y con muchas quejas, entonces ahora lo tome de otra manera diferente, voy a tomar de que no hay ballet para yo impulsarlo, voy a verle ese lado de hacer algo y no es que me estoy quejando, sino, si te gustara que hubiera más ballet, pues tú hazlo, entonces en eso estamos".

Aunando al reconocimiento al Mtro. José Miramontes Zapata por la "esta disponibilidad  para trabajar con niñas, con gente que no es profesional, con sus consejos, en sus direcciones y que eso también es estar culturizando en el momento de la música, al momento en que daba corrección o daba una indicación de música a una bailarina, eso también es un lujo invaluable, porque no tenemos la fortuna de tener clases de música y  ya  uno como ser humano que uno baila y  escucha a la orquesta es una forma muy distinta de tener un disco,  de ahí que ya somos muy afortunados como ciudad y a la hora que podemos trabajar  juntos es una fortuna porque el ballet con la orquesta es como un plato de delicatesen, un manjar para los ejecutantes, los bailarines, los músicos y el público es un binomio de arte y es fantástico".






En esta puesta en escena se ha denotado a Giselle F. Gálvez no solo este amor al ballet sino esta preocupación por hacer mejor las cosas, siendo esta, la continuidad y congruencia en esta adaptación, pero siguiendo en gran parte la pauta original de esta gran obra balletistica. En general, la producción fue “quasi” perfecta, salvo algunos pequeños detalles, como la sincronización de telones, pero lo más importante fue esta entrega de quienes le dieron vida a este icónico ballet.

Después de ser esta su segunda puesta en escena, ya se prepara para presentar un mejorado ballet "Cascanueces" para el mes de diciembre en forma conjunta con la Orquesta Sinfónica Potosina, en donde " se buscará dos buenos solistas y un buen elenco y tener un Cascanueces potosino todos los años como en otros estados. Aguascalientes, Cancún y México". 

No hay comentarios: