domingo, 26 de noviembre de 2017

En las entrañas de los cenotes mayas



Por: Eduardo Bautista

No todos los niños que leen las historias de Julio Verne se convierten en exploradores y no todos los exploradores que están a punto de morir deciden continuar con sus carreras. Guillermo de Anda es un caso único. Como el Capitán Nemo de Veinte mil leguas de viaje submarino, ha dedicado su vida a descubrir los misterios que yacen debajo de la Tierra. Recuerda su infancia entre libros, pero la imaginación le quedó corta. Él quería habitar los libros: vivirlos.

Como los poetas, supo desde muy joven que estaba hecho para la arqueología subacuática, porque combina sus dos pasiones: el buceo y la historia. Aún tiene fresco el recuerdo de cuando tocó su primer cráneo humano: “fue como haber tocado la historia de la civilización”, recuerda. Pero el gran momento de su vida, dice, fue cuando vio a la muerte de cerca en una cueva inundada de Morelos, en la que se sumergió con su hermano y dos amigos sin las medidas de protección adecuadas.

“Sobreviví de milagro. Llevábamos una lámpara para los tres. Creí que no iba a salir de ahí, pero cuando lo logré, en lugar de asustarme y dejar todo, supe para qué estaba hecho. Bucear es como volar: es alucinante”, asegura este hombre, que ha explorado más de 350 cuevas, trabaja para National Geographic y hoy es el director del Proyecto Gran Acuífero Maya, una iniciativa única en la historia de la arqueología latinoamericana, a través de la cual se estudia el subsuelo de la península de Yucatán.





La península de Yucatán ha sido explorada muchas veces. ¿Qué hace especial a esta exploración que lidera desde el año pasado?___Hemos estudiado esta zona desde distintas perspectivas. La han estudiado arqueólogos, biólogos e historiadores, pero nunca se había hecho un proyecto multidisciplinario que nos permitiera entender de mejor forma el subsuelo de la península, que es muy complejo. Estamos ante un verdadero tesoro: hay una gran cantidad de agua y hemos descubierto muchísimas cavidades que se han formado a lo largo de miles de años. Es la zona arqueológica subacuática más importante de América. Pero lo más importante es que estamos ante el sustento de vida de los pobladores de la región.

___¿Han encontrado elementos tóxicos o cancerígenos en las aguas del subsuelo a causa de la actividad humana?
___Sí hemos encontrado elementos tóxicos, pero aún no tenemos comprobación de que sean cancerígenos. Es un área muy vulnerable que debemos proteger adecuadamente, porque si no lo hacemos, pondremos en peligro a toda la península.

___¿Qué clase de elementos tóxicos han hallado?

___Principalmente partículas en suspensión y coliformes, lo cual es grave porque son desechos humanos. Hace año y medio había muchas versiones. Había quien decía que el acuífero estaba perdido por la cantidad de elementos cancerígenos, pero también había quien afirmaba que todo estaba bien. Después de un año de exploración, hemos comprobado que sí hay cenotes muy vulnerables, sobre todo en las zonas urbanas, como Cancún, Playa del Carmen y Tulum.
La contaminación se debe a lo que escurre de los basureros que están al aire libre. El peligro, naturalmente, es que el agua se vuelve muy ácida y luego desembocará en la costa y llegará a los manglares y los arrecifes. Sin embargo, también hemos explorado cenotes alejados de las regiones urbanas que se encuentran en muy buen estado. No todo está perdido. Aún podemos salvar este gran acuífero, pero debemos frenar la contaminación ya.

___¿Cuántas personas integran este proyecto?

___Tenemos 14 investigadores de planta, pero hay una gran cantidad de tesistas, becarios, estudiantes, voluntarios y científicos independientes. El proyecto está destinado a crecer. Se había planeado para cinco años, pero serán más. El acuífero es enorme. La tarea es colosal. Pero estamos conscientes de que esto dependerá de los apoyos financieros que nos brinden.

___¿Quién financiará el proyecto?
___El Aspen Institute México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Universidad Tecnológica de la Riviera Maya, National Geographic y el Banco de desarrollo de América Latina.
Es la zona arqueológica subacuática más importante de América. Pero lo más importante es que estamos ante el sustento de vida de los pobladores de la región

___¿Cuáles son las grandes sorpresas que se han llevado?
___Los cenotes limpios siempre son grandes descubrimientos. Descubrimos uno sin huella humana, con la fauna cavernícola bien equilibrada, tanto debajo del agua como en la superficie. Por otra parte, también nos ha sorprendido la gran cantidad de arqueología intacta.

Encontramos una mandíbula completa inferior, con todos sus dientes, de un gonfoterio, que es un elefante antiguo; la pieza está en un estado de preservación increíble y pertenece a la última Edad de Hielo. También nos encontramos con un cráneo humano de al menos 10 mil años de antigüedad del Periodo Precerámico, aunque puede ser más antiguo. Lo hallamos concrecionado en el suelo de una cueva en la zona de Tulum, lo cual indica una gran antigüedad. Debió haber estado ahí antes de que la cueva se inundara.

Algo muy interesante acerca de este cráneo es que no hay huesos largos cerca del hallazgo. Además, tiene dos marcas en el parietal derecho debido a la interacción con algún carnívoro. Estos descubrimientos nos permitirán aportar datos sobre el cambio climático, los primeros pobladores de América y las manifestaciones materiales de la ritualidad maya.

___¿Esto ayudará a entender de mejor manera el inframundo maya?
___Claro. Hemos visto muchos altares mayas, al menos 15, en una zona de la selva donde prácticamente no hay sitios arqueológicos grandes. A raíz de estos descubrimientos, una de nuestras hipótesis es que los mayas tenían una especie de travesía ritual que probablemente hacían en un recorrido de alguna petición o alguna ofrenda en las cuevas asociadas al agua.

En uno de los altares esta interpretación es notable, porque está en perfecto estado de preservación. Está cubierto de estuco, que es un tipo de yeso con el que se cubrían todas las esculturas prehispánicas. Hay una imagen de un mono, una cara humana y una estructura de estalagmita, formación calcárea que los mayas vinculaban con la fertilidad.


Fuente: El Financiero


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