sábado, 10 de febrero de 2018

Historia de la Casa de la Moneda en Durango ( 1811-1895)


Por: José Antonio Juárez / Comisario de la Asociación Numismática de Durango (ANUD).
El 8 de Octubre de 1810 en una reunión urgente en Sombrerete, Zacatecas, convocada por el gobernador de las provincias internas, el comandante General Nemesio Salcedo, que residía en la villa de San Felipe de Chihuahua, dio permiso para que se abrieran casas provisionales de moneda en Chihuahua, Durango y Sombrerete. Las autoridades realistas permitieron el establecimiento y la operación de casa de moneda en algunos reales mineros de la Nueva España, como lo fue en la provincia de Nueva Vizcaya, las cuales tenían el propósito de abastecer de numerario los mismos y evitar los riesgos que implicaba trasladar los metales finos a la Ciudad de México para su acuñación.
Al inicio del movimiento insurgente, la interrupción de las comunicaciones con la capital y en consecuencia, la falta de numerario, se sobrevendría en las provincias del norte de la Nueva España, pero este permiso se hizo oficial el día 25 de enero de 1811, la Casa Provisional de Durango comenzó sus acuñaciones hasta el día 1 de febrero de ese mismo año, en principio, este establecimiento estuvo bajo la dirección de los comerciantes Felipe López y Manuel Iglesias.
Las primeras monedas en acuñarse fueron las de 8 reales con el escudo de la Nueva Vizcaya, en su reverso, y por el anverso, el escudo de armas de España y su equivalencia, siendo su primer ensayador, el maestro Ramón Mendoza, iniciales R.M. y el signo de la ceca Do. A pesar del cuidado que se dio al proceso de acuñación, el productor fue de monedas toscas e imperfectas, cuya cotización se desplomó hasta un 50%.
Se continuaron las acuñaciones en el año de 1812 con la diferencia de estampar en el reverso, el busto armado del monarca Fernando VII, además, las de equivalencias menores desde ½ 1,2 y 4 reales, aun así, se realizaron con muy mal diseño por la falta de pericia del mismo ensayador.
Inclusive, el gobernador de las provincias solicitó al virrey en mayo de 1814 que se enviara a esta ceca provisional un grabador hueco, además de un experto para la construcción de maquinaria y compostura de la existente; pero dicha petición fue desatendida por la guerra en que se encontraba la Nueva España.
La Casa Provisional de Durango fue la única que acuñó moneda en cobre, como los octavos de real con el monograma coronado de Fernando VII en su anverso, y por el reverso, la leyenda “En Durango Octavo de Real”, desde el año 1812 al 1818.
No existe la cifra exacta del numerario de acuñación en esta ceca, sin embargo, Orozco y Berra, la estima en más de 5.3 millones de pesos entre 1811 1818 en moneda de plata y en cobre, nos dice que fue de 1814 a 1818, poco más de 56 mil pesos.
Tras más de una década de guerra, al obtenerse la independencia, el país se encontraba en bancarrota y urgía encontrar mecanismos que contribuyeran a resolver tal situación. La ceca de Durango continuó sus labores de troquelación durante el primer imperio de Iturbide durante los años 1821 y 1822, siendo las monedas de 8 reales iguales a las anteriores con el busto de Fernando VII, y las piezas más pequeñas las fiduciarias para el comercio en pequeño las de 1/8 y ¼ de real, en cobre, teniendo por el reverso la leyenda “De la provincia de Nueva Vizcaya” y el año en su parte inferior, por el anverso en su escudo coronado en su parte superior, así como una D mayúscula y la equivalencia a la derecha.
Cuando se logra terminar con este espurio imperio y se pensó en un régimen Republicano, una de las opciones encontradas para los estados en 1823 era que obtuvieran recursos económicos propios y fue poner en operación las casas e moneda, ya que los beneficios obtenidos por las acuñaciones quedarían en poder de las propias entidades. Para la época de la república se menciona que la ceca de Durango tiene cambios importantes en sus acuñaciones. El 9 de abril de 1823, el consejo de gobierno encomendó al congreso establecer escudo y banderas nacionales, el emblema diseñado por José Torreblanca fue aprobado y establecido bajo decreto de fecha, 14 de abril de 1823 y presenta el diseño conocido: que el escudo sea el águila mexicana parada en la pata izquierda sobre un nopal que nazca de una peña, entre las aguas de la laguna y agarrando con la derecha una serpiente, en actitud de despedazarla con el pico y que orlen este blasón de dos ramas, una de laurel y la otra de encino, conforme al diseño que usaba el gobierno de los primeros defensores de la independencia.
La ceca de Durango comienza a funcionar en la época de la República por un decreto con fecha del 1 de agosto de 1823 en el que el gobierno tendría a su cargo el establecimiento para la acuñación de la moneda. El gobierno federal decidió el 14 de agosto y en noviembre de 1824, no incluirlos entre los ingresos federales y de acuerdo con el artículo XI de la misma ley de clasificación de rentas, cedió a los propios estados donde operaban estos establecimientos los privilegios de acuñación pasándolos a beneficio de los mismos. El estado de Durango resolvió establecer su casa de moneda, la cual les daría una estabilidad económica fuerte.
La ceca de Durango comenzó a acuñar monedas de ½ , 1,2 y 8 reales con águilas de perfil hasta el año de 1824. Ésta, en la historia numismática de México, es una de las más antiguas y con tradición entre las casas foráneas. Sus piezas de 8 reales con águila de perfil tienen variedades en las serpientes y en las letras del símbolo de la ceca y en el tamaño del gorro frigio del reverso, además, se distinguen por tener los cospeles más pequeño, debido a las características que presentan los anversos de sus águilas de perfil. Las monedas de 8 reales de Durango es probable que los cuños hayan sido realizados por el grabador de nombre Bernardo Cásale, toda vez que existen varias pruebas y troqueles de su autoría que ostentan la ceca Mo y el estilo de águilas y serpientes utilizados en la acuñación de Durango.
El 1 de Septiembre de 1824, el pregonero de la ciudad dio a conocer con todo el aparato y costumbre de la época el bando No.38 del 11 de agosto, en el cual se decía el cambio que sufría toda la amonedación en las casas de moneda que funcionaban y que este cambio se refería exclusivamente a la figura del águila de perfil y que sería esta misma pero de frente.
La ceca de Durango tuvo muchas variaciones de sus águilas conociéndose alrededor de 17 pasando por varias épocas desde 1824 a 1895 en que fue clausurada, esta ceca comenzó a troquelar piezas de oro en el año de 1832 en equivalencias desde ½, 1,2 y 8 escudos, también se troquelaron piezas de equivalencias menores en cobre como octavos y cuartillas, éstas eran con emblemas parecidos, muchos de ellos a las de plata por sus águilas nacionales pero con distintas leyendas de acuerdo a que si estaba asentado un gobierno Liberal llevaban la palabra “ESTADO” y si eran del orden Conservador llevaban la leyenda “DEPARTAMENTO”. Muchas son sumamente escasas o raras por haberse acuñado en diferentes metales de cómo lo decía su decreto por el cual habían sido producidas, los octavos fueron puestos en circulación desde el año de 1824 hasta 1854 y las cuartillas de 1845 a 1872.
También se troquelaron piezas del sistema métrico decimal conocidas como centavos y pesos por un decreto del 15 de marzo de 1861, en que el presidente Benito Juárez lo disponía para mejorar la economía de México, siendo sólo la de 1 centavo en cobre y equivalencias desde 5,10,25 y 50 centavos en plata y de un peso llamadas balanzas o pesos Juaristas en los años de 1870 hasta 1873, regresando ese mismo año a la acuñación de los famosos 8 reales para su exportación a otros continentes hasta el año de 1895, ya que éstas circulaban como divisas como las monedas columnarias y bustos de la época virreinal; y piezas de este sistema decimal en oro desde el año de 1870 con piezas en equivalencias de 5,10 y 20 pesos hasta el año de 1884. Esta ceca fue la cuarta más productiva en acuñación de plata del país después de las de México, Guanajuato y Zacatecas.
Como dato histórico, para su clausura, tenemos que fue un decreto que emitió el Congreso de la Unión y lo anunció el Presidente Don Porfirio Díaz el día 9 de diciembre de 1892, tres años antes de su clausura total, el día 30 de junio de 1895, cuando el gobierno federal estuvo en condiciones de saldar el adeudo con los arrendatarios y poder tomar la posesión de la ceca de Durango; en este trayecto de producción tuvo a 23 directores, 18 ensayadores y más personas que le dieron una gran relevancia por las majestuosas obras de arte llamadas monedas.

No hay comentarios: