viernes, 25 de mayo de 2018

XII Maratón Universitario de Lectura en homenaje a Juan José Arreola



La División de Difusión Cultural celebró el XII Maratón Universitario de Lectura. Esta edición está dedicada al escritorJuan José Arreola para conmemorar el centenario de su nacimiento. Se llevó a cabo en la explanada de la Plaza de los Fundadores teniendo como invitados especiales a la población infantil, así como de todas las edades.

Acompañó a la jefa de la División de Difusión Cultural, licenciada Cynthia Valle Meade, el secretario de Cultura de gobierno del estado, Armando Herrera Silva, y el invitado especial, José María Arreola, nieto del escritor. También estuvo presente la licenciada Lucía Delgado Oviedo, jefa del Departamento de Arte y Cultura, escuelas participantes, funcionarios de la administración central y público en general.

Lucía Delgado Oviedo destacó que desde hace 12 años iniciaron esta actividad con el propósito de fomentar la lectura entre el público. Recordó que el primer maratón inició a las 6:00 horas y concluyó a las 23:00 horas debido a que en aquella primera vez se leyó el libro Cien años de Soledad, de Gabriel García Márquez.

“En esta ocasión nos congratula celebrar 12 años de un trabajo que ha fructificado porque además está dentro de un programa de promoción a la lectura propuesto por el rector M. en Arq. Manuel Villar Rubio y lo hemos complementado con círculos y talleres de lectura. Además del Café Literario Musical que llega a sus tres años de aniversario”.

José María Arreola expresó que convivió gran parte de su vida con el escritor, quien falleció cuando él tenía 27 años, “siempre que estoy en una plaza pública y veo niños me emociona. Eso le gustaba a mi abuelo, tomar la plaza con la palabra”.

Añadió, “lo primero que se me ocurre en este momento y que viene a cuento en este centenario de su nacimiento, es trasladarme a mi infancia en Zapotlán, Ciudad Guzmán, Jalisco, durante las vacaciones, y recordar como de pronto lo podía acompañar al mercado y otras actividades del día, cuando de pronto se tomaba para acudir al jardín de Ciudad Guzmán con el bolero, comprar el periódico, y ahí empezar una cátedra a plaza abierta”.

Chema Arreola resaltó que para él significaba un espectáculo de la oralidad, “comenzaba a hablar de lo que se ocurriera. Recitaba. Imposible para mi abuelo no hablar de López Velarde. Era un hombre que se la pasó describiendo los días para el regocijo de los que lo acompañamos en diferentes situaciones. Fue un hombre que utilizaba una capa, sombrero y que de repente resultaba un personaje mágico en el contexto de Ciudad Guzmán y luego en el contexto de la Ciudad de México”.

Finalmente, expresó, “para mí fue un libro que todo el tiempo se leyó en voz alta. Lo mejor de su obra está en esas conversaciones que algunos han compilado. Su obra fue breve pero desde mi punto de vista contundente”.

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