viernes, 17 de agosto de 2018

Héctor Manjarrez busca cómplices

                                         Foto: Archivo

Por :  Virginia Bautista

Para el escritor Héctor Manjarrez (1945), confeccionar un cuento es “como andar en bicicleta”, porque debes “avanzar sin agarrarte, en equilibrio”. Tras 50 años de explorar el género breve, el narrador confiesa que se ha caído de la bicicleta en varias ocasiones.

“Pero esos cuentos no los he publicado. Esos son los desechados”.

El también poeta y dramaturgo explica en entrevista que sí se da cuenta cuando se cae de esa bicicleta creativa.

“No necesariamente de inmediato, pero todo lo que escribo lo dejo a que se enfríe para releerlo. Siempre hay tiempo para darse cuenta si la bicicleta quedó toda torcida y no va a servir. O si a lo mejor es sólo un pequeño problema, que hay que enderezar por aquí o por allá. Entonces, borras lo que tienes que borrar y empiezas de nuevo donde te caíste”.

Quien acaba de presentar el libro Historia (editorial Era), que reúne 45 relatos publicados entre 1967 y 2016, agrega que, al final de cuentas, escribir no es sólo escribir.

“Es en gran medida borrar, equivocarse, caerse y levantarse, volverlo a intentar”.

Para dar vida a este volumen de 828 páginas, el ensayista tuvo que hacer algo que no acostumbra: releer todos sus textos.

“No fue un proceso fácil la relectura, aunque tampoco desagradable y penoso. No es fácil leerme a mí mismo, excepto para cachar cualquier error que se hubiera colado, o detectar el mal uso de una palabra.

“Fue más bien un proceso parecido a quien va caminando a lo largo de una mina y vas viendo cómo es por dentro, dónde estaban las betas que utilizaste. Las conclusiones que haya sacado son totalmente orgánicas. No son conscientes, son cosas que se quedaron dentro de mí para que, cuando esté escribiendo, diga esto no o esto sí”, agrega.

El ensayista aclara que una cosa que sí notó al releerse es que “con mis escritos he cubierto la infancia, la pubertad, la adolescencia, la juventud, la edad adulta; y parecería que sólo me faltan los viejos. ¿Qué es ser viejo? Es algo que estoy conociendo ahora”.

LARGO O CORTO

Añade que aún desconoce cuál es la diferencia entre crear un personaje para un cuento o para una novela.

“Por lo regular no digo si voy a escribir un cuento o una novela, sólo tengo un personaje. Me pongo a escribir para ver qué le va a pasar, imaginar eso, no sé cuánto tiempo me va a tardar llegar a eso. Cuando ya lo sé es cuando empiezo a ver si será cuento o novela, largo o corto. Lo que iba a ser un cuento, se puede convertir en el primer capítulo de una novela”.

De lo que sí está seguro Manjarrez es de que quiere convertir a su lector en un cómplice.

“Aunque no sé cómo se logra. Diferentes autores lo logran de diferentes maneras. No hay una receta. Cortázar lo logra con esa narración que no se detiene, te habla y te habla y te va contando. Borges haciéndote pensar con él. Rulfo con esa mezcla de prosa que parece sencilla, pero tiene palabras que son como piedras, con las que te tropiezas, que brillan y se quedan pesando en el recuerdo. La mía no sé cuál es, no me puedo ver a mí mismo, ni diagnosticar”.

A lo largo de estas cinco décadas de explorar el cuento ha creado personajes entrañables.

“Es difícil mencionarlos a todos. Son como los hijos. Pero sin duda les tengo mucho cariño a las niñas de Yo te conozco: me son muy simpáticas, me conmueve mucho cómo les hacen daño, cómo los lastiman los adultos y los otros niños”.

El escritor adelanta que trabaja en varios cuentos a la vez y que lo que ahora observa en los mexicanos es esperanza y confianza en el futuro por el resultado de las elecciones.

“Estamos en un momento plástico de nuestra historia, es decir, que en todo instante se está modificando la realidad. Las esperanzas son peligrosas, pero no son malas. Veremos qué pasa”.

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