En el ámbito internacional, figuras de la música, la literatura, las artes plásticas y la fotografía murieron durante el 2014, año que despidió a personajes como el compositor español Paco de Lucia, el escritor argentino Juan Gelman y la pianista uruguaya Nibya Mariño, entre otros.
El 2014 inició con la muerte del escritor argentino Juan Gelman, a los 83 años de edad, el 14 de enero en la Ciudad de México, país que lo cobijó como a uno de los suyos por más de 20 años.
La muerte del Premio Cervantes 2007 y autor de más de 30 obras, provocó un profundo dolor en el corazón la sociedad argentina, donde, su presidenta Cristina Fernández decretó tres días de luto nacional.
Condolencias por el deceso de Gelman fueron emitidas en diversas partes del mundo; en Venezuela, República Dominicana y España se le rindió homenaje a quien recordaron como "gran figura de las letras argentinas e insigne defensor de los derechos humanos".
El 20 de enero, la escena musical vio partir a uno de sus más destacados directores, el italiano Claudio Abbado, quien estuvo al frente de la Orquesta Sinfónica de Londres y de la Filarmónica de Berlín y de Milán, y perdió una larga batalla contra el cáncer de estómago que mantuvo por 13 años.
Los mexicanos lamentaron la muerte de uno de sus más queridos autores, el escritor, poeta, ensayista y traductor José Emilio Pacheco, ganador del Premio Reina Sofía 2009, ocurrida el 26 de enero.
En febrero, las artes se vistieron de luto tras la pérdida del pintor panameño Alfredo Sinclair conocido como "El colorista" (2 de febrero); el escritor español Isaac de Vega (3 de febrero) y el guitarrista español Paco de Lucía (25 de febrero).
El 5 de marzo se dio a conocer que Leopoldo María Panero, el llamado “poeta maldito”, murió a los 65 años de edad, dejando como legado obras como “Teoría” y “Así se fundó Carnaby Street”, entre otras.
El 6 de marzo, en la Ciudad de México, murió el célebre escritor colombiano Gabriel García Márquez, ganador del Premio Nobel de Literatura 1982, “un genio de la literatura universal”, como lo calificó el diario español “El País”.
El presidente de Colombia, Manuel Santos, fue uno de los primeros en mostrar el dolor que provocó el fallecimiento de quien calificó como “el más grande colombiano de todos los tiempos”.
A ese primer mandatario le siguieron sus homólogos de Estados Unidos, Barack Obama; de Brasil, Dilma Rousseff; de Cuba, Raúl Castro; de Francia, François Hollande, de la Comisión Europa, José Manuel Durao Barroso, y de México, Enrique Peña Nieto.
Mientras que el 14 de marzo, Costa Rica lloró el deceso de Alberto Cañas Escalante, también conocido como “Don Beto”, quien cultivó lo mismo las letras, que el periodismo, la política y diplomacia de su país.
La literatura brasileña despidió al escritor, periodista y guionista João Ubaldo Ribeiro, y al poeta, filósofo y cronista Rubem Alves, quienes fallecieron el 18 y 19 de julio, respectivamente.
El 19 de julio también murió el jazzista estadunidense Lionel Ferbos, quien estuvo activo hasta los 102 años de edad, tocando en parques, escuelas, iglesias, salones de baile y prisiones.
Antes de que acabara julio, el día 25, falleció el cantante de ópera italiano Carlo Bergonzi, quien a los 90 años de edad, pasó a la historia de la música como el “tenor verdiano por naturaleza”.
El mes de agosto golpeó fuertemente a la poesía; el 19 de agosto murió la poetisa iraní Simin Behbahani conocida como la “Leona de Irán”, por defender los derechos de las mujeres, así como el autor palestino Samih al-Qasim, "El poeta de la resistencia", por luchar a favor a de los derechos de la minoría árabe.
Desde el primer día de septiembre se registraron bajas, la primera de ellas la de la pianista uruguaya Nibya Mariño, quien dedicó la mayor parte de su vida a la música clásica.
Le siguió la escultora Ana Mercedes Hoyos, quien falleció el 5 de septiembre; tres días después murió, a los 104 años de edad, la soprano italiano Magda Olivero, quien debutó en La Scala de Milán, y el 24 de dicho mes, murió el director de orquesta británico Christopher Hogwood, fundamental en el cambio de visión sobre el repertorio barroco y del primer clasicismo.
Octubre inició con decesos, primero con la muerte del pintor colombiano Manuel Hernández, a quien se le considera el padre del surrealismo en su país de origen y quien falleció a los 87 años de edad, el 1 de octubre. Ese mismo día la artista Matilde Pérez, precursora del arte cinético en Chile, falleció a los 97 años.
Tres días después murió el director de orquesta argentino Carlos Bertazza, quien estuvo al frente de la Sinfónicas de la Universidad de San Juan, de Corrientes, de la Universidad Nacional de Tucumán y de Mar del Plata.
El 7 de octubre tocó el turno al escritor Siegfriend Lenz, figura representativa de las letras alemanas de la posguerra y autor de “El teatro de la vida” y “Minuto de silencio”.
El mundo de la fotografía perdió a uno de sus más destacados exponentes, el 20 de octubre, día en que falleció René Burri, quien con su lente fue capaz de capturar imágenes de personalidades como Ernesto “Che” Guevara y Pablo Picasso, entre otras.
La lirica brasileña fue la siguiente en ser golpeada con el fallecimiento del vate Mano el de Barros, uno de los autores más vanguardistas del siglo XX, quien dejo de existir el 13 de noviembre.
El mes cerró con el deceso del filósofo chileno Humberto Gianni y del poeta, ensayista y traductor Mark Strand, finados el 25 y 29 de noviembre, respectivamente.
El escritor, periodista, dramaturgo y guionista Vicente Leñero murió el 3 de diciembre a los 81 años de edad.
El mundo de los artes y la cultura vio partir al filósofo alemán Otto Pöggeler, quien exhaló su último aliento el 10 de diciembre, a dos días de cumplir 86 años de edad.
El 13 de diciembre murió el pintor, escultor y teórico del arte español Antoni Tápies, quien es recordado como uno de los mayores renovadores del arte contemporáneo español durante el siglo XX.
Un día después, la mezzosoprano estadunidense Irene Dalis falleció a los 89 años, dejando como su legado una compañía de ópera que fundó en San José California, su ciudad natal.
Mientras que el 20 de diciembre, el editor y traductor argentino-español Francisco Porrúa falleció en Barcelona, España, a la edad 92 años.
Finalmente, el pasado 28 de diciembre el humor gráfico se vistió de luto con el fallecimiento de caricaturista español Máximo San Juan, quien dejó de existir a los 82 años de edad, y cuya obra fue publicada en diversos medios de comunicación de alcance internacional.