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Por: Roberto A. Valenciano Capín.
Solamente bastaron las primeras notas del cambio de última hora y algunas notas musicales para sin más adentrarnos a ese mundo mágico de esta destacada compañía Les Ballet Trockadero de Monte Carlo, al presentarse en el Coloso de Villerías, como parte de las actividades de la XXVII edición del Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López.
Con una clara propuesta de realizar parodias de obras de danzas clásicas y aderezadas con la puntualidad del humorismo y una altísima calidad interpretativa de ballet clásico, siendo uno de los puntos culminantes el ver a los bailarines vestidos de bailarinas.
Por cierto, uno de los eventos más esperado del festival por el público no solamente potosino. Tanto jóvenes como adultos se dieron cita y ser testigos de ser parte de la serie de presentaciones que ha tenido esta agrupación dancística por tierras mexicanas.
Un programa que dio inicio con una particular visión coreográfica y creativa de ese sutil reino de cisnes y pájaros de esta fantasmagórica elegía, donde la hermosa princesa Odette convertida en cisne por el malvado hechicero, pero es casi salvada por el amor del príncipe, pero muere a pesar de la perfecta metamorfosis de los mortales en lúdicos pájaros. Todo esto dentro del segundo acto del Lagos de los Cisnes del coreógrafo Alter Lev Ivanovic Ivanov, con música de Pyotr Ilyich Tchaikovsky.
Continua la obra “La Esmeralda”, destacándose por la interpretación del bailarín mexicano, Roberto Lara, alias “ Vera Tchumpakova/ Tino Xirau López-“,”, bailarín egresado de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporáneo del Centro Nacional de las Artes y ex integrante de la Compañía Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
Se disfruto de uno de los mejores momentos de una imprescindible obra del gran repertorio del ballet clásico, “El Quijote” con la interpretación del Pas de Deux, interpretado con maestría y la inevitable irreverencia sobre las formas puras de la danza clásica.
De esta forma, la compañía itinerante e integrada por 16 bailarines de diversas nacionalidades, tienen el compromiso de que cualquier persona disfruten cada una de las presentaciones, reflejado en el oportuno aplauso o el agradecido grito del respetable que interrumpió varias veces la continuidad del programa.
Un sutil momento fue la interpretación de la “Muerte del Cisne”, creación sobre la música del compositor francés Camilo Saint-Saens, con una puesta en escena por Miguel Fokine, y perteneciente al cuento "El Carnaval de los Animales" de Saint-Saens.
Una vereda de plumas de un agónico cisne sobre el escenario, las cuales se entrelazan irremediable a través de un turbio ludismo como una dulce invitación al espectador para ser parte de la complicidad de su próxima muerte, a pesar de unos placenteros momentos de su trance, los cuales son solventados por una oleada de cálidos aplausos del público.
Heredero del estilo Balanchine en el período Middle-Blue-Verging-On-Black-and White, se presentó la coreografía “Go for Barroco” de Peter Anastos y una selección musical del compositor alemán Johan Sebastián Bach.
Una obra fresca, divertida, sin desenfado, a pesar de la
puntual de-construcción de la narrativa de la danza clásica, sin olvidar los placenteros chispazos de humor.
Para terminar esta histórica sesión danzaria y de esta forma compensar de muy buena forma para aquellos decepcionados por esa famosa Gala de Ballet “Virtuosos del Mundo en una edición pasada, participaron en esa desdibujada función; el bailarín cubano, José Carreño, el norteamericano Rasta Thomas, la mexicana Laura Morelos y dos bailarines más.
Solamente bastaron las primeras notas del cambio de última hora y algunas notas musicales para sin más adentrarnos a ese mundo mágico de esta destacada compañía Les Ballet Trockadero de Monte Carlo, al presentarse en el Coloso de Villerías, como parte de las actividades de la XXVII edición del Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López.
Con una clara propuesta de realizar parodias de obras de danzas clásicas y aderezadas con la puntualidad del humorismo y una altísima calidad interpretativa de ballet clásico, siendo uno de los puntos culminantes el ver a los bailarines vestidos de bailarinas.
Por cierto, uno de los eventos más esperado del festival por el público no solamente potosino. Tanto jóvenes como adultos se dieron cita y ser testigos de ser parte de la serie de presentaciones que ha tenido esta agrupación dancística por tierras mexicanas.
Un programa que dio inicio con una particular visión coreográfica y creativa de ese sutil reino de cisnes y pájaros de esta fantasmagórica elegía, donde la hermosa princesa Odette convertida en cisne por el malvado hechicero, pero es casi salvada por el amor del príncipe, pero muere a pesar de la perfecta metamorfosis de los mortales en lúdicos pájaros. Todo esto dentro del segundo acto del Lagos de los Cisnes del coreógrafo Alter Lev Ivanovic Ivanov, con música de Pyotr Ilyich Tchaikovsky.
Continua la obra “La Esmeralda”, destacándose por la interpretación del bailarín mexicano, Roberto Lara, alias “ Vera Tchumpakova/ Tino Xirau López-“,”, bailarín egresado de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporáneo del Centro Nacional de las Artes y ex integrante de la Compañía Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
Se disfruto de uno de los mejores momentos de una imprescindible obra del gran repertorio del ballet clásico, “El Quijote” con la interpretación del Pas de Deux, interpretado con maestría y la inevitable irreverencia sobre las formas puras de la danza clásica.
De esta forma, la compañía itinerante e integrada por 16 bailarines de diversas nacionalidades, tienen el compromiso de que cualquier persona disfruten cada una de las presentaciones, reflejado en el oportuno aplauso o el agradecido grito del respetable que interrumpió varias veces la continuidad del programa.
Un sutil momento fue la interpretación de la “Muerte del Cisne”, creación sobre la música del compositor francés Camilo Saint-Saens, con una puesta en escena por Miguel Fokine, y perteneciente al cuento "El Carnaval de los Animales" de Saint-Saens.
Una vereda de plumas de un agónico cisne sobre el escenario, las cuales se entrelazan irremediable a través de un turbio ludismo como una dulce invitación al espectador para ser parte de la complicidad de su próxima muerte, a pesar de unos placenteros momentos de su trance, los cuales son solventados por una oleada de cálidos aplausos del público.
Heredero del estilo Balanchine en el período Middle-Blue-Verging-On-Black-and White, se presentó la coreografía “Go for Barroco” de Peter Anastos y una selección musical del compositor alemán Johan Sebastián Bach.
Una obra fresca, divertida, sin desenfado, a pesar de la
puntual de-construcción de la narrativa de la danza clásica, sin olvidar los placenteros chispazos de humor.
Para terminar esta histórica sesión danzaria y de esta forma compensar de muy buena forma para aquellos decepcionados por esa famosa Gala de Ballet “Virtuosos del Mundo en una edición pasada, participaron en esa desdibujada función; el bailarín cubano, José Carreño, el norteamericano Rasta Thomas, la mexicana Laura Morelos y dos bailarines más.
Con la presentación del divertimento "Paquita" de After Marius Petisa y música de Ludwing Minkus, el cual constituye un ejemplo soberbio del estilo francés exportado a San Petersburgo. Integrado por 7 variaciones, donde se notó el sumo cuidadoso del trabajo coreográfico, aunado a la gran calidad técnica e interpretativa de sus solista como grupal.
Una compañía fundada en 1974, integrado solo por bailarines varones, el cual se distingue por la ejecución de todos los roles-el peso de un hombre balanceándose precariamente sobre las puntas de los pies y pretendiendo ser cisnes, sílfides, ninfas de agua, princesas románticas y féminas victorianas. Y de esta forma cumplir cabalmente su premisa de llevar el placer y la gracia de la danza a la mayor audiencia posible.
Una compañía fundada en 1974, integrado solo por bailarines varones, el cual se distingue por la ejecución de todos los roles-el peso de un hombre balanceándose precariamente sobre las puntas de los pies y pretendiendo ser cisnes, sílfides, ninfas de agua, princesas románticas y féminas victorianas. Y de esta forma cumplir cabalmente su premisa de llevar el placer y la gracia de la danza a la mayor audiencia posible.
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