Mama Carlota degusto su locura, nobleza y complejidad con los potosinos

Por: Roberto A. Valenciano Capín.

Con un libreto escrito ex profesamente por el dramaturgo y director, Miguel Sabido, para la primera actriz Jacqueline Andere, al presentarse la exitosa puesta en escena de “Carlota Emperatriz” en tierras potosinas.
Después de sus más de doscientas representaciones cumplidas en la ciudad de México y en el interior del país, además de ser premiada por la ATP como la mejor actriz, mejor vestuario y mejor dramaturgo, así como fue premiada por la ACPT como; mejor actriz, mejor vestuario, mejor obra del año y mejor dramaturgo, llega esta obra en un acto a la capital potosina.
Al transportar al espectador de forma inmediata al siglo XIX, siendo el escenario del Teatro de la Paz adecuado a la época sucinta, donde se narra la historia de María Carlota Amalia Augusta Victoria Clementina Leopoldina de Bélgica, menor conocida como la emperatriz de México y su esposo Maximiliano I de México en su vida azarosa en México, a la vez ser una de las novedades de esta obra el manejo de aspectos desconocidos de la emperatriz de Bélgica-su lado humano-como lo fue su locura que le duró 60 años que la deterioraron como mujer, aunado a su lento proceso de su detrimento que se suscita en la puesta en escena, hasta su muerte a los 86 años de edad, de ahí que nunca volvió a tierras mexicanas.
Aunque no se puede desligar de su contexto histórico, nos suscribe a episodios fundamentales de su devenir personal como fue el salir de México y cruzar el Océano Atlántico hacia Europa para pedir que intercediera Napoleón III por su esposo Maximiliano de Hamburgo, negándosela él como lo hiciera por su parte el Papa Pío IX, de esta forma morir fusilado su esposo en el Cerro de las Campanas en Querétaro por las tropas mexicanas.
Por lo tanto es una obra que demuestra con cierto tacto y astucia los momentos de aflicción y deterioro del ser humano personificados por Carlota, quien es rechazada por su misma familia debido a su locura que la llevo en momento de tomar agua de la Fuente de Trevi, en Italia, masturbarse enfrente de la gente a pesar de los intermitentes momentos de lucidez o crear de los retazos de sus vestidos un muñeco que lo viste según la ocasión en base a la similitud de su querido amor, como lo citan en sus cartas-, por cierto, tenía frecuentes pláticas y enojos ante el azoro de sus sirvientes, simplemente en lo que resta de su vida que transcurre en una hora y media de este espectáculo teatral.
Se destaca el extraordinario elenco de actores que dieron vida a personajes que fueron detallando momentos cruciales de la vida de estos infortunados, así como la narración por particular del devenir de esta plenamente enamorada de México, quien rememora en algunos momentos de poder asistir a Mitlán, lugar de las calaveras sonrientes, entre la alegoría de las máscaras de calaveras, diablitos que danzan en razón de este personaje que es sinónimo de locura, nobleza y complejidad.
Al lado de la primera actriz que hizo que el respetable la saludo y agradeció con una ovación de pie, al consiguiente clamor de los aplausos, que fueron compartidos a sus compañeros de escena; Rodrigo Lecuona, Patricia Martínez, Joanna Brito, Lisbi Cuellar, Lourdes Garza, Jorge Suárez, Pedro Mira, Servando Manzetti, Oscar Cisneros, Saúl Osbaldo, Christo Muñoz y Juan Carlos Revelo.