viernes, 9 de mayo de 2008

Un solemne platillo musical; Pettite Solemne Misse de Gioacchino Rossini en tierras potosinas.


Por: Roberto A. Valenciano Capín.

La sobriedad y la solemnidad quedaron impregnados en la belleza del templo de San Francisco, con la presentación de la Pettite Solemne Misse – pequeña misa solemne- del icono de la ópera italiana, Gioacchino Rossini.
Donde los melómanos potosinos disfrutaron de las facetas desconocidas de este compositor italiano, a cargo de este singular Cuarteto Arveiros, que dejo énfasis de su calidad tanto interpretativa como vocal, así como su seriedad y compromiso en la búsqueda de una amalgama de libre musicalidad, pero sustentada, explorada exhaustivamente en su preparación, de técnica solvente en los géneros musicales diversos, así como el análisis musical e histórico del repertorio que abarcan.
Considerada como una de las obras sacras más importantes del compositor italiano, la cual fue estrenada en el año de 1864 en la capilla de una dama noble, y orquestada más tarde por el autor.
Una obra seria, bellamente ordenada, en momentos se percibe con momentos melancólicos y cierta serenidad en sus planos vocal como instrumental, sin hacer dejo de su sentido sarcástico.
Es interesante saber que, aunque pareciera ser que respeta la estructura de una misa, no lo es, más bien hablamos de una misa virtual, es decir, esta construida en base a fragmentos sacros compuestos por Rossini, fue colocados por el compositor en cierto orden que establece la iglesia católica, apostólica y romana.
Cuarteto Arveiros esta constituido por destacados solistas de la lírica mexicana: Irasema Terrazas (soprano), Verónica Alexanderson (mezzosoprano), Armando Gama (barítono) y Óscar de la Torre (tenor).
En esta ocasión tuvieron como invitado al tenor, Mario Hoyos, quien logró cautivar con su potente tesitura y así como gran interpretación, al sustituir al tenor Óscar de la Torre, bajo el acompañamiento del joven pianista Carlos Vázquez y el organista Miguel Cicero.
Una peculiar obra Rossiana fue estrenada en la pasada edición del Festival Internacional Cervantino; fue escrita originalmente para cuatro solistas, un pequeño coro, dos pianos y un armonio, se caracteriza por su gran dificultad y una línea vocal muy fuerte.
Se destacan el ”Miserere” por su manera reverenciosa y seria de interpretar por parte del bajo y el tenor; “Sacrificio deum” por su sentido sombrío y melancólico y sin más el “Kirie” que plasma la alternancia musical lúgubre y sombría con la musicalidad luminosa y brillante que se complementa con el tono reverencial y solemne del tenor y el bajo, para finalizar éste como un acto gozoso.
Una pieza religiosa que duro un poco menos de los ochenta minutos, sin más, incidió en el público que se dio en buena cita en este recinto religioso, al brindarles un extendido aplauso y de pie por este bello recital de esta agrupación vocal apasionada de la música de cámara, para concederles sin preámbulos una pieza más en una noche tranquila y agradable de la llamada gran fiesta de los potosinos, transita en su octava edición.

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