viernes, 15 de agosto de 2008

Se realizó el. 1er. Festival de Música Indígena Contemporánea ”Kasahast Vanut”.


Por. Roberto A. Valenciano Capín

Con la finalidad de abrir un espacio para difundir la música como una manifestación de las culturas indígenas de nuestro país, así como promover su conocimiento, respeto y valoración entre la sociedad no indígena.

Un hecho contundente y que puede cambiar un poco la concepción de ver a nuestros hermanos indígenas, aunque este último término no me sea gustoso; fue la realización del primer festival de música contemporánea indígena “Kasahast Vanut” (que significa músicos vivos, en lengua Pame) como parte sustancial de los festejos del día internacional de los pueblos indígenas. El cual fue organizado por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, autoridades estatales y municipales potosinas.

Al realizarse en la Plaza de Fundadores de esta capital potosina, donde el público tunero como algunos turistas pudieron disfrutar de una pequeña muestra del quehacer musical de las diferentes regiones que competen a este universo tan particular como es la indígena.
A pesar de los contratiempos por cuestiones no dadas a conocer por el comité organizador tanto a los cien músicos participantes como al público que abarroto este espacio público. Pero aun así dio inicio con la presentación de los músicos provenientes de las comunidades: tzotziles, cucupá, pame, mixtecos-mestizos, hñañú, afromestizos, zapotecos, chinantecos kikapú y mayas.

Entre el coloridos de sus vestuarios y el gran legado de sus costumbres, prácticas y rituales que se sincretizan y dan voz en los mayordomos y alférez de San Idelfonso, Tenejapa. Chiapas; los tepehuanos de Arco Musical con su mitote y danza; la fusión de mixteno-jazz de los Nanduva Yaa; la flauta de Mirlitón y danzas de la comunidad Pamé de Santa Maria Acapulco, San Luis Potosí; el rock-blues de los jóvenes tzotziles de Tumal Tok; la música tradicional mixteca de la comunidad de Tezotlán, Huajupa de León Oaxaca a través de Pasatono; el canto y danzas tradicionales de los Cucupá en la comunidad de San Luis Río Colorado, Sonora; la cautivadora joven voz hñañú de Marisela González de Cardonal, Hidalgo; el legado familiar de la comunidad mixe en el “Brillo y Destello”; el espléndido muestrario de musical tradicional, popular y académica de las regiones: zapoteca, chinanteca y mixteca del quinteto de metales Cisbrass de Zoogocho, Villa Alta, Oaxaca; Siete Mares y su música tradicional huave de San Mateo del Mar, Oaxaca; música y danza de Diablos de la comunidad afromestiza de Collantes, Pinotepa Nacional, Oaxaca y terminar este espléndido muestrario musical con Santos Santiago con su pegajoso reggae y su música maya, desde Carrillo Puerto, Quintana Roo.

Se destaca la participación de la joven Marisela González, quien logró cautivar al público por su empatía y su tierna voz, así como la soltura de cantar tres canciones de transitaban desde el desamor hasta el arraigo de su tierra, aunado a la chispa musical de compositor maya Santo Santiago que incurrió en terminar en un gran mitote, para continuarlo con el mismos entusiasmo y algarabía de unos inquietos Diablos que sin más tomaron el escenario para bailar y contagiar a los músicos participantes, así como al público en general.

Pero los que se llevaron la noche fueron los afromestizos de la comunidad de Collantes, ubicados en la región de la Costa Chica de Oaxaca, al presentarnos la danza de los Diablos con una comparsa de 15 diablos, un jefe y una divertida minga-y su bebé- que incidió en la plena interacción con el público.
La gente de Collante comenta: “Se es negro si se toca el tambor y al charrasca o se baila los Diablos. Si no hace eso, no es negro”.

De esta forma se tuvo la oportunidad de disfrutar las expresiones tradicionales con propuestas actuales e innovadoras.

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