Por: Roberto A. Valenciano Capín
Antes de caer la tarde, ya una multitud disfrutaba al ritmo de la fusión del blues con el rock propuesta por la banda de rock chiapaneco “Lumal Tok” sobre la plancha de la Plaza de Fundadores, como parte de su presentación dentro del Primer festival de música indígena contemporánea “Kasahast Vanut”, en una tarde-noche que fue por si muy agradable para ser parte de este hecho histórico en estas tierras potosinas.
Al hacer partícipe al público al interpretar para ellos tres canciones, los cuales transitaron a través de los sentidos riffs de una lira, los acordes punzantes de un ponchado y creativo bajo y ser complementado por una aguerrida voz en lengua tzotzil al plantearnos con ellos temas sobre la ecología, la descriminación y acordes a su devenir cotidiano de este cuarteto de comprometidos y jóvenes músicos oriundos de los Altos de Chiapas.
De esta forma se dieron cita en este espacio público, gente de diversas generaciones, pero fundamentalmente jóvenes, para no solamente disfrutar de esta banda sino de todo el paisaje sonoro emanado de esta gran logia cultural indígena viviente en nuestro país.
Lumal Tok-niebla- en tzotzil es una de las noveles agrupaciones que esta conformado por jóvenes tzotziles de Zinacantán, siendo su campo de invención musical se desarrolla en Chiapas como parte del resultado de estar comprometidos con la ráiz y la identidad indígena del pueblo Tzotzil, de ahí que combinen en un diálogo ineludible, las diversidad de la palabra y la música como ocurre también con la agrupación como la de otrora banda Sac Tzevul, con el propósito de este proyecto de trascender sin perder su identidad, así como la lucha constante de abrir espacios para este voz permanente y viva de una riqueza culrural que durante siglos de historia se ha tejido en esta "tierra del murciélago" como se conoce también Zinacatán .
Una propuesta que va más encaminada a la fusión de un blues más clásico con el rock, al respecto nos comentan en una pequeña charla que tuvimos la oportunidad de tener con ellos en el lobby del hotel sede, que se les fue dándose ese gusto de tocar este penetrante y sentido ritmo, sin saber que el blues actual tiene el mismo compás que se usa en la música tradicional de los altos de Chiapas, de tres cuartos, “de eso no nos habíamos dado cuenta, es lo que se usa en el jazz” afirman entre su propia sorpresa. Así como también hablarnos que a través de sus letras sobre la ecología, sobre la discriminación y la libertad.
Al enfatizar sus integrantes que su propuesta musical esta más encaminada en llegarle a los jóvenes, siendo su público este último, de ahí quea que “lo que decimos le llegamos más a través de no hablar de cosas más complicadas, sino mas bien hablamos de los que vivimos cotidianamente”, en contraposición con la banda Sac Tzevul que son más políticos, aseguraron.
En cuanto a participar en este primer festival significó para ellos un hálito, al aseverar que cumple un importante cometido ante “una sustancial falta de espacios para los indígenas y sobre todo la música que es lo que menos ahí, sobre todo al apoyo de esto” comento Eugenio Hernández.
Por ahí nos comentaron que muy pronto saldrá a la venta-a mediados de este mes- su primera producción discográfica de forma independiente. Así, este proyecto de vida, poesía y sobre todo de compromiso con su identidad indígena, se hermana con una cantidad importante de esfuerzos en el país por recuperar y mantener la diversidad de lenguas indígenas con la que un importante número de mexicanos ha crecido. Pues representan un constitutivo elemental de conocimientos.
Integrado por: José Julián Hernández Gómez (primera guitarra), Edilberto de Jesús Sánchez Aguilar (segunda guitarra voz), Sergio Omar Pérez Méndez (bajo), Pedro Martín Pérez Pérez (contrabajo), Antonio Moisés Pérez Pérez (batería) y Juan Ángel Pérez Pérez (teclado).
Antes de caer la tarde, ya una multitud disfrutaba al ritmo de la fusión del blues con el rock propuesta por la banda de rock chiapaneco “Lumal Tok” sobre la plancha de la Plaza de Fundadores, como parte de su presentación dentro del Primer festival de música indígena contemporánea “Kasahast Vanut”, en una tarde-noche que fue por si muy agradable para ser parte de este hecho histórico en estas tierras potosinas.
Al hacer partícipe al público al interpretar para ellos tres canciones, los cuales transitaron a través de los sentidos riffs de una lira, los acordes punzantes de un ponchado y creativo bajo y ser complementado por una aguerrida voz en lengua tzotzil al plantearnos con ellos temas sobre la ecología, la descriminación y acordes a su devenir cotidiano de este cuarteto de comprometidos y jóvenes músicos oriundos de los Altos de Chiapas.
De esta forma se dieron cita en este espacio público, gente de diversas generaciones, pero fundamentalmente jóvenes, para no solamente disfrutar de esta banda sino de todo el paisaje sonoro emanado de esta gran logia cultural indígena viviente en nuestro país.
Lumal Tok-niebla- en tzotzil es una de las noveles agrupaciones que esta conformado por jóvenes tzotziles de Zinacantán, siendo su campo de invención musical se desarrolla en Chiapas como parte del resultado de estar comprometidos con la ráiz y la identidad indígena del pueblo Tzotzil, de ahí que combinen en un diálogo ineludible, las diversidad de la palabra y la música como ocurre también con la agrupación como la de otrora banda Sac Tzevul, con el propósito de este proyecto de trascender sin perder su identidad, así como la lucha constante de abrir espacios para este voz permanente y viva de una riqueza culrural que durante siglos de historia se ha tejido en esta "tierra del murciélago" como se conoce también Zinacatán .
Una propuesta que va más encaminada a la fusión de un blues más clásico con el rock, al respecto nos comentan en una pequeña charla que tuvimos la oportunidad de tener con ellos en el lobby del hotel sede, que se les fue dándose ese gusto de tocar este penetrante y sentido ritmo, sin saber que el blues actual tiene el mismo compás que se usa en la música tradicional de los altos de Chiapas, de tres cuartos, “de eso no nos habíamos dado cuenta, es lo que se usa en el jazz” afirman entre su propia sorpresa. Así como también hablarnos que a través de sus letras sobre la ecología, sobre la discriminación y la libertad.
Al enfatizar sus integrantes que su propuesta musical esta más encaminada en llegarle a los jóvenes, siendo su público este último, de ahí quea que “lo que decimos le llegamos más a través de no hablar de cosas más complicadas, sino mas bien hablamos de los que vivimos cotidianamente”, en contraposición con la banda Sac Tzevul que son más políticos, aseguraron.
En cuanto a participar en este primer festival significó para ellos un hálito, al aseverar que cumple un importante cometido ante “una sustancial falta de espacios para los indígenas y sobre todo la música que es lo que menos ahí, sobre todo al apoyo de esto” comento Eugenio Hernández.
Por ahí nos comentaron que muy pronto saldrá a la venta-a mediados de este mes- su primera producción discográfica de forma independiente. Así, este proyecto de vida, poesía y sobre todo de compromiso con su identidad indígena, se hermana con una cantidad importante de esfuerzos en el país por recuperar y mantener la diversidad de lenguas indígenas con la que un importante número de mexicanos ha crecido. Pues representan un constitutivo elemental de conocimientos.
Integrado por: José Julián Hernández Gómez (primera guitarra), Edilberto de Jesús Sánchez Aguilar (segunda guitarra voz), Sergio Omar Pérez Méndez (bajo), Pedro Martín Pérez Pérez (contrabajo), Antonio Moisés Pérez Pérez (batería) y Juan Ángel Pérez Pérez (teclado).
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