lunes, 6 de octubre de 2008

Un divertido cuento transformado en danza: “En la noche cuando no sueño” de la coreógrafa Alicia Sánchez


Por: Elisa García Turriza/ Roberto A. Valenciano Capìn.

No solamente causo el asombro de los pequeños sino también de los adultos que esperaban el disfrutar del único día programado y dedicado a los pequeños, al ser abordados por dos hombres vestidos de traje negro y bombín -Claro de Luna y Cielo Nocturno- entre el asombro, la risa contagiosa fueron descubriendo con el tiempo que eran aquellos enviados en recolectar esas partículas de sueño y de esta forma contribuir a que la pequeña Ana pudiera poder conciliar su sueño.

De esta forma se gesto una interesante interacción con los pequeños y el arte escénico que se dieron cita en este espacio para disfrutar de esta propuesta dancística “En la noche cuando no sueño” de la coreógrafa Àlicia Sánchez que se presento en el Centro de Difusión Cultural del IPBA “Raúl Gamboa Cantú”.

Estos dos bailarines llamados -los magos de los sueños o señores de la noche- demuestran un manejo corporal, al expresarlo tanto gestualmente como oralmente- a la vez causar una expectación tanto en los niños como en los adultos y generar que la piel se enchine y vibre el cuerpo, lo cual hace que surja el interés y la pregunta obligada: ¿ Que es lo que sucederá después?.

En cuanto a sus nombres me parecieron muy apropiados; justificados, al tener en cuenta que es una obra dirigida a los niños al tener una relación con palabras muy sencillas conectadas con imágenes y de esta forma surge el interés de los pequeños al hablar sobre temas oníricos, ficticios, de cierto modo irreales, fantásticos e imaginarios, para ser parte de la creación de un ambiente lírico usado en los cuentos y llenos de color.

Para después trasportar y guiar a los pequeños a través de una cinta plateada hacia el foro, es importante hacer notar la simplicidad de los objetos utilizados y adecuados; puesto que la complejidad en el uso de éstos causaría talvez en los niños una extrañeza y les haría desconfiar.

De esta forma, parte sustancial de esta puesta coreográfica son los niños, esas pequeñas partículas de sueño sentados en unas pequeñas y cómodas almohaditas, para incidir en la motivación y confianza consigo mismos y dándoles la idea de que ellos también pueden ser parte de la magia del foro y descubrir que los bailarines-actores- no son seres de otro planeta ni superiores a ellos de ningún modo, a la vez que les ayuda también a la creatividad de los pequeños y sienten bienestar por ser parte de algo tan extraordinario.

Además de la cercanía del espacio de Ana, que es y puede o podrá llegar a ser tan conocido por ellos mismos no solo idealmente sino físicamente, aunado a la simple cama donde en casi toda la obra se desenvuelve la historia, en el cual se vuelve un espacio que nos acompañará por mucho tiempo de nuestras vidas.

En cuanto a la bailarina que interpretó a Ana considero que es bastante buena en la cuestión actoral, sin embargo, en el caso del personaje creo que no convence totalmente, al no existir mucha complicidad con los niños, es decir, creo que ella por muchos momentos se olvidaba de que había un público muy cerca, al cual se dirigía, siendo el propósito de la obra, al hacerlo siempre a través del monólogo, de esta forma se exagera la situación de que ella duerme sola en su cuarto.

Al respecto de su vestuario no me pareció agradable; ciertamente que sólo pude contemplarlo desde un plano, pero desde esa perspectiva no encajaba con el todo. Mas bien en cuanto a la textura que en el color.

En cuanto a la utilización de las palabras usadas por Ana fueron bastante difíciles, es decir los niños relacionan como ya he dicho anteriormente palabras conocidas con imágenes automáticamente, aunque es bueno que conozcan un vocabulario más extenso, creo que lo importante es hacerles llegar el mensaje de una forma fácil que ellos puedan traducir, es decir, contarle un cuento a un niño usando palabras sencillas. Las ideas aunque muy digeribles para el espectador adulto creo que más que causar en los niños interés, causó dudas y lagunas que son difíciles de resolver a esa edad, incluso se tocan cuestiones que aún en la adolescencia todavía nos preguntamos y otras que ni la humanidad entiende y puede comprender, sin embargo considero que es bueno que se presenten cosas que hagan pensar a los niños pequeños prematuramente.

De esta forma, esperemos que el público infantil recuerde las cuestiones expuestas en la obra, (lo cual dudo) cuando sean mayores y que piensen en ellas en las noches en las que no sueñan... Aunque estoy de acuerdo que las imágenes son lo primero que los pequeños registran y captan, pero creo que debe de haber un modo clave, una llave maestra para encontrar el paso a ese mundo mágico que es la imaginación, sensación y emotividad de los niños, independientemente de su edad.

Para finalizar, debo señalar que el final llego de forma un poco rápida, cortante e inesperada y me dejó un vacío mucho mas grande, creo que el coreógrafo no supo solucionar el desenlace aunque estoy completamente de acuerdo de que es difícil mantener a un niño entretenido y quieto atendiendo algo por más de treinta minutos pero ese sería el reto, ¿no creen?

En conclusión puedo decir que fue una obra que definitivamente alcanzó el objetivo de dar satisfacción a un niño que es, pienso el espectador mas difícil de complacer...

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