Por. Roberto A. Valenciano Capín
Un concierto que reunió el romanticismo, el nacionalismo sacro y la alquimia musical contemporánea con tintes nacionalista dentro de la temporada Otoño-invierno 2008 que nos propone la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí(OSSLP) bajo la atinada dirección del Mtro. José Miramontes Zapata que tiene como sede el Coloso de Villerías.
Un programa ex profesamente integrado por compositores- íconos dentro del quehacer compositivo nacional, con el atractivo adicional de ser obras interpretadas por primera vez en estas tierras del Tunal Grande; “Ángelus” de Miguel Bernal Jiménez, el concierto para piano y orquesta “Romántico” de Manuel M. Ponce y el reestreno de la Cantata Popular Coro, Orquesta y Narrador del maestro Jorge Martínez Zapata.
Dio inicio este concierto con un bello preludio bajo el encanto de este gran exponente michoacano del nacionalismo sacro. Un “Ángelus” basado en las letanías de todos los Santos, de ahí la sutileza del éxtasis religioso compaginado con el romanticismo y ser de esta forma de las delicias de los asistentes que se dieron cita en este espacio cultural.
Dentro de este tenor del romanticismo, se presento el único concierto para piano y orquesta del consumado compositor musical Manuel M. Ponce, al desentrañarse en tres movimientos: Apassionato-andantino-amoroso y Allegro que a pesar de desarrollarse dentro del corte tradicional, logran un gran efecto de texturas y ambientes totalmente románticos, al transitar libremente y a la vez quedar plasmado inherentemente sus grandes influencias musicales como lo son; Fréderic Chopin y Franz Liszt, esta forma ser una obra congruente y honesta en su intensidad, reflejada en su segundo movimiento con un let motiv libre que desarrolló y explícito perfectamente su ejecutante, el pianista Antonio Manzo D´Nes.
De ahí su importancia que sea conveniente que Bernal es uno de los compositores que necesita estar en los repertorios sinfónicos y así concluir la primera parte del programa pactado en este viernes musical.
Concluye este concierto, con cierto nerviosismo que se percibió en los pasillos de este recinto por los integrantes del coro de la escuela estatal y público en general en torno al reestreno de la Cantata Popular Coro, Orquesta y Narrador del maestro Jorge Martínez Zapata, al ser escrita en el 2002 con motivo de conmemorar los 400 años de la fundación de la ciudad. Al ser estrenado el 29 de octubre de 1994 en el Teatro de la Paz con el coro académico de la U.N.A.M. dirigido por el maestro Gabriel Saldívar, y Fernando del Castillo como narrador.
Una cantata popular que en palabras de su creador pudo por fin ser apreciado en todas su magnitud en relación a su estreno, al tenerle una gran confianza en la calidad del coro, de la orquesta y de la dirección del Mtro. José Miramontes Zapata.
En esta ocasión fue complementada con la participación del coro de la escuela estatal de música que dirige el Mtro. José Concepción Hernández Estrada y en la relatoría a cargo de del simpático Fernando del Castillo.
Sin mas la chispa emanó del maestro, pianista, compositor y arreglista, al verse proyectada en su cantata, con un inicio casi al unísono de unas voces masculinas y proseguir la OSSLP para inmediatamente inundar este espacio con la frase que sostiene la obra -Mi ciudad es- basada en la obra del escritor y poeta Manuel Álvarez Acosta, para transitar por un claro equilibrio del lego de las raíces de la música popular mexicana, el jazz en sus diversos temperamentos y matices al congregarse en una visión unitaria muy bien lograda de manera colectiva por los participantes, en una obra que dura más de 30 minutos.
Al respecto de la obra de este artista original, arriesgado y difícil de catalogar, creador de un sonido que puede ser considerado como una propuesta sólida a la música popular mexicana y el jazz, comento-con su característica energía y alegría por la ocasión- “ahora sí, escuche todo lo que escribí-en alusión al comentario que le hizo al Mtro. Miramontes”, de ahí que el reto de esta obra haya sido “ más bien, para cualquier composición- asevera-, es que encaje las cosas como deben de ser y se convierta aquello en un discurso que sea fácilmente discernible”.
“Pero cuando escribes una obra de estas dimensiones de treinta minutos y lo haces con la obligatoriedad de tener un texto en el cual va a seguir, entonces las dificultades se ponen muy graves”-comenta.
Remarco que en cuanto al texto del escritor Álvarez Acosta “es una obra adecuada que cumpliera las condiciones que tenían que cumplir ésta, como es la celebración del aniversario de la ciudad... de ahí que la música se fue dando siguiendo la trama de los versos y el ritmo del poeta Álvarez Acosta que no tiene vuelta de hoja”.
Actualmente el Mtro. Martínez Zapata se encuentra trabajando en el Centro de las Artes y esta por solicitar la licenciatura de jazz, y hay mucho entusiasmo en hacerlo, asevera, ya que de concretarse este proyecto sería la segunda licenciatura dentro de este renglón musical en México.
No obstante que Martínez Zapata realmente nunca escribe obras dentro de la formalidades mismas de un compositor de oficio, si comento que “más bien-compone o arregla- cuando me ofrecen hacerlas y es como decirlo de alguna manera” comenta.
Sin embargo comento como primicia que tiene por ahí un encargo del Mtro. Tararin para la orquesta de cámara, el cual se hará en base a un par de sones propios y ser combinarlos para gestarse una suite muy potosina de uno de los pocos artistas en San Luis Potosí que ha sido reconocido por su destacada trayectoria como músico y docente.
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