domingo, 25 de enero de 2009

Trazan coreografía del fandango con el espectáculo 'Al sol y al sereno'

Por Jorge Ricardo

El fandango se volvió un bailemonótono y previsible desde que se habló de globalización, asegura la antropóloga y bailadora Rubí Oceguera, creadora de Al sol y al sereno.Coreografías y zapateados del son jarocho.

"En el fandango se dice que cada uno baila su historia, pero ahora todo mundo baila lo ajeno", explicó la coreógrafa, quien investigó durante 12 años sobre las fiestas tradicionales del sur de Veracruz.


Oceguera consiguió una beca del Fondo Nacional para la Cultura y lasArtes (FONCA) de 2007 a 2008 que le permitió realizar el estudio, a partir del cual, creó el espectáculo Al sol y al sereno, que se presentó en el Multiforo Ollin Kan.


"En el fandango, la teatralización de los sones, el baile ha caído en el olvido. Se ha vuelto muy monótono ver bailar. Antes había mucho dinamismo y cada bailador tenía diferentes maneras de interpretar los sones pues no había un estándar; cada región y cada familia tenia su propia forma".


Por ello, en su espectáculo, la antropóloga pretende mostrar que la diversidad del son tiene más de unos cuantos pasos y reinterpretó las danzas y bailes que forman el sotavento veracruzano, con un elenco demás de 20 artistas.Adela Cazarín, Martha Vega, Elvia Pérez, Araceli Galván, Maribel Cabañas, Marciano Torralba y Paulino Domínguez, bailadores tradicionales de fandango; las cantadoras Agustina Ramos del Comején,Rosario Fernández de Almagres y Raquel Palacios, los grupos Son deMadera y Relicario, y los versadores Samuel Aguilera y Julio Domínguez, conforman el espectáculo.


La tradición del son jarocho ofrece desde la posibilidad de agregar las versos a las letras, hasta la integración entre el público que baila y la música: las percusiones hacen los bailadores sobre el tablado.Es algo que se aprende desde la niñez en las regiones veracruzanas,afirma Oceguera.


La fuerza con que Martha Vega, quien durante varios años acompañó al grupo a Mono Blanco, puede golpear la tarima durante unas 12 horas seguidas sin disminuir su fuerza tiene relación con que siempre ha vivido en el campo, dice la investigadora.


"Existen movimientos básicos, pero cada quien debe de agregar sus propios movimientos. Antes al bailar 'La Iguana', en el estribillo, se pedía imitar a una iguana, ahora nadie teatraliza eso, se repite el son pero no se recrea nada, porque además ya no hay conocimiento de la tradición".

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