jueves, 14 de mayo de 2009

Publican en EU libro sobre la historia del chicle


Por: David Rico


Jennifer Mathews, arqueóloga y antropóloga estadounidense, afirma en su libro “Chicle: la goma de mascar de las Américas”, que los orígenes de este producto se remontan a más de 11 mil años atrás en la Península de Yucatán.


La investigadora de la Universidad Trinity de San Antonio aborda en ese trabajo la historia del chicle y plantea en sus primeros capítulos que el árbol de zapotilla o chicozapote, del cual se extrae el chicle, se origina principalmente en la región de México, Guatemala y Belice, y, de acuerdo con la autora, la mayoría de estos árboles se encuentran en Quintana Roo, por lo que todavía persiste allí este tipo de sembrados mayas.


En sus pasajes más amenos, el libro explora el chicle en la cultura popular estadounidense y, al otro lado de la frontera, la imagen del chiclero en la cultura popular de Yucatán.


El libro se basa en las crónicas de Fray Bernardino de Sahagún para ilustrar algunas de las costumbres precolombinas de mascar chicle.“En la sociedad azteca sólo se les permitía mascar chicle en público a las mujeres solteras y a los niños pequeños”, explica la autora.


Además se plantea que las restricciones sociales de esa época se daban principalmente por el sonido que producía la goma al mascarse, que de acuerdo con Sahagún, semejaba al de las castañuelas y que identificaba a las prostitutas aztecas.


“El simple hecho de mascar chicle en público identificaba a una mujer, casada o viuda, como prostituta y a un hombre como homosexual”, señala la obra.


La autora menciona que a pesar de las restricciones el chicle tenía otros usos en aquellos tiempos, en rituales y en la actividad artesanal, como adhesivo o capa protectora, por ejemplo.


Así, plantea que la goma de mascar moderna data de la década de 1870 y que nace del encuentro casual del entonces presidente Antonio López de Santa Ana y el industrial estadounidense Thomas Adams, quienes buscarían en el chicle un sustituto del caucho.


Se menciona, sin embargo, que el proyecto no resultó viable cuando por casualidad el empresario norteamericano descubrió su uso como goma de mascar, al observar a una niña comprando parafina para mascar en una farmacia.


Entonces mascar chicle se convirtió en una actividad popular entre las poblaciones indígenas de México y cambió el rumbo de su proyecto.


En 1859, Thomas padre y sus hijos comenzaron a trabajar en lo que se convertiría en la primera goma de mascar moderna a base de chicle, la cual se volvió sumamente popular, sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial, pero como no se pudo abastecer la demanda, las compañías de Estados Unidos optaron por el uso de materiales sintéticos.


El libro de Mathews es una suerte de biografía del chicle, donde se narra su historia milenaria, características botánicas y el desarrollo de una industria provechosa que llegó, en su apogeo, a ser símbolo de la juventud estadounidense.

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