En el marco del Bicentenario de la Independencia Nacional y el Centenario de la Revolución Mexicana, la Orquesta Sinfónica Juvenil Julián Carrillo, que dirige el maestro Julio de Santiago Castillo, presentará un Concierto de Música Mexicana interpretando a compositores como Ricardo Castro, Juventino Rosas, José Pablo Moncayo y el contemporáneo Arturo Márquez este sábado 29 de mayo en punto de las 20:00 horas en el Teatro de la Paz.
El programa abrirá con el muy famoso vals Sobre las Olas, de Juventino Rosas, obra que compusiera inspirado en el murmullo de los manantiales del entonces pueblo de la Magdalena Contreras, ubicado en el suroeste del Distrito Federal. Luego vendrá la joven pianista potosina Malkuth Zavala Díaz de León a ejecutar la obra más conocida de Ricardo Castro: el Vals Capricho. De gran complejidad técnica y atrevidos pasajes que permiten el lucimiento del solista, esta obra también destaca por el concienzudo trabajo de orquestación realizado por Castro en esta obra, convirtiéndolo en un verdadero poema, un testimonio de vida.
Para la segunda parte, los asistentes a este concierto de entrada gratuita con boleto que se consigue en la taquilla del Teatro, podrán escuchar la bellísima Chacona, pieza original del compositor y organista danés Dietrich –o Diderich- Buxtehude, de la que Carlos Chávez se “apropiara” al ponerle orquestación, que demostró su saber como sinfonista y lo mucho que tiene que decir la obra de este autor.
El Danzón no. 2 será otra de las obras que engalanan esta velada de música mexicana. Retomando el estilo de composición del Movimiento Nacionalista de los años veinte en México pero con recursos más modernos en cuanto a la armonía e instrumentación, Arturo Márquez destaca en su muy conocido danzón dualidades como la nostalgia y el júbilo, los ambientes de bailes de salón de la ciudad de México o Veracruz volviéndose un tributo a ese medio que lo nutre.
Y por último, los integrantes de la Orquesta Sinfónica Juvenil Julián Carrillo interpretarán del maestro José Pablo Moncayo la Sinfonieta y el muy popular Huapango, creado en 1941 y que está formado por tres sones veracruzanos: “Ziqui-zirí”, “Balajú” y el “Gavilán”, homenajeando así la geocultura donde recopiló el material, manifestando el mestizaje musical de la región Huasteca y la cuenca del Golfo de México, con la fusión de ritmos cercanos al jarabe español y de cierto mulataje.
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