Por: Roberto A. Valenciano Capín
Con una propuesta que engloba ideas, sentimientos y entidades musicales de varias partes del mundo, llega la propuesta musical de la banda tapatía de Radaid a esta capital potosina dentro de las actividades de la XI Edición del Festival San Luis.
A pesar del insuficiente espacio para albergar a los gustosos de esta banda y a la vez de la falta de la organización en cuanto al acceso del público a este espacio cultural, en donde afortunadamente no se dio ningún incidente, entre el impetú y las ansias por conseguir un lugar, fue colmado el espacio dispuesto para el mismo en su mayoría por jóvenes y hasta familias con pequeños.
Ante todo este suceso, lo que más quedaron sorprendidos y a la vez felices fueron los integrantes de Radaid por el poder de convocatoria y por aplaudir y reconocer sus canciones en su primera visita a estas tierras del Tunal Grande a traves del foro abierto del Museo Francisco Cossío.
Al presentar para esta sesión musical, un set de canciones que se desentrañan sustancialmente de su tercera producción discográfica titulada-L´intent- y de sus otros dos CD´s , así como una canción que se desprende del DVD grabado el año pasado en el Lunario.
Un L´intent que incorpora más tendencias de la música alternativa actual y menos elementos étnicos sin dejar de integrar instrumentos, cantos, etc de diferentes partes del mundo. De esta manera estar cantado en otra idioma.
A pesar de la complicación que se tuvo en la cuestión técnica se pudo constastar el trabajo creativo y composicional que se transmina en piezas con una gran sentido evocador atmosférico y que se conjugan con esa vertiente de texturas, matices a través de una serie de instrumentos compilados en sus viajes, los cuales inciden en saber articular el pasado con el presente.
De ahí que escuchar a Radaid es una invitación a viajar, así como pintar en base a una estética que has definido, de ahí que procura ser muy plástica y atmosférica, de ahí que sea un viaje bastante disfrutable.
Por lo que da una sonoridad muy ecléctica, en la cual Radaid logra combinar lo electrónico con lo electroacústico bajo esa constante búsqueda de renovar y a la vez definir tanto el lenguaje de la banda como de una estética como tal, al experimentar más en las cuestiones vocales y no solo con nuevos instrumentos sino también con tonalidades.
" nunca estamos conforme con lo que haces, pero si nos gusta lo que hemos logrado hasta ahorita e incluso en la respuesta de la gente vemos el resultado, estamos contentos" comento Sofía Orozco.
En cuanto a la apertura de una ventana en torno a esta tipo de propuestas musical comentaron: " tenemos años abriendo un nuevo campos y a medida que nos hemos ido transformando, hemos visto surgir tendencias y bandas y de cosas de experimentación muy interesante y muy chidas".
Al respecto, comento Mary Carmen Camarena : " yo me atrevo a decir que hemos abierto un campo y además con el tiempo que llevamos es lo que nos hace ver que sigamos"
En donde cada pieza era celebrada con el aplauso, así como el incondicional y espontáneo si no solo de conformidad, sino para ser copartícipes de este sublime viaje propuesto por este grupo tapatío y más se acentuó éste cuando invitaron a su público a trasgredir los límites marcados por los organizadores, para estar más en contactos con ellos, parte sustancial de sus presentaciones.
No cabe duda que Radaid es una de las pocas bandas mexicanas que han logrado plasmar unas atmósferas muy coherentes, con sonidos muy equilibrados donde cada instrumento tiene su presencia perfectamente medida y convergen en este sentido, aunado a la virtud y el encanto que sus piezas o canciones son demasiadas cautivantes no solo para el escucha sino también incidir en esta sustancial travesía que nos propone este pequeña orquesta sonora.
Tanto lo fue así, que por casi una hora y media estuvieron en conviviendo con su ávido público potosino, dando autógrafos, tomándose fotos o firmando discos, así como platicando con esa parte sustancial que le da vida como es su público.
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