domingo, 9 de octubre de 2011

Una década sin Lila López


Por: Emilia Cervantes

Una década sin Lila, y ¿qué es una década en la inmensidad del tiempo? La gente se va pero quedan sus obras, sus proezas; el trabajo trasciende el tiempo, los frutos no se marchitan. Así, la obra de Lila López. a diez años de su viaje, sigue presente.

Lila visionaria, Lila danza, Lila arte, Lila música, Lila, México entero cabía en ti; en tus vestidos, en tus abalorios, en tu afán por preservar la esencia de México, pero también dabas cabida a lo nuevo y así lo demuestran tus coreografías como Cactus y Atavismos.

Su llegada

Un día Lila llegó de México por unas cuantas semanas y se quedó toda una vida, fue el génesis del Ballet Provincial que sigue vigente, que sigue vivo. Lila también fue génesis del Festival Internacional de Danza, parteaguas en la historia de la danza contemporánea en México. Gracias a este festival, San Luis fue el centro del mundo dancístico durante años, constituyéndose como uno de los pilares del arte y semillero de artistas, todas las disciplinas se reunieron en torno a la danza.

Lila y el maestro Gamboa fueron unos de los pilares del los movimientos artísticos más importante del siglo XX en San Luis, la danza y la pintura despegaron. Hay mucho que agradecerles, por ejemplo, el acercar las manifestaciones artísticas al pueblo, a los trabajadores, a los estudiantes. Esta gente llenaba los salones, donde se impartían disciplinas artísticas, eran secretarias, empleadas, obreros ferrocarrileros, obreros, todos encontraron eco en el IPBA.

Años intensos

Fueron años de ebullición cultural y artística, fueron sin duda las bases en las que hoy se sustenta la promotoría cultural y un público ávido de estas manifestaciones.

Se recuerda a Lila tocando el tambor, marcando el compás de los pasos dancísticos, armando coreografías en el salón de danza de Bellas Artes hasta altas horas de la noche con sus jóvenes discípulos; hombres y mujeres, bailarines que no se cansaban nunca.

Asimismo, la memoria acoge los recuerdos de cuando Lila llevaba al Provincial a municipios, escuelas, Centros de Readaptación Social, así como en convenciones. Lila tenía el don de la amistad, gracias a la amistad que tenía con personalidades de la danza o que sabían de su trabajo, colaboraban con ella, gente como Flores Canelo, Michel Descombey, Guillermina Bravo y tantos otros.

Su mundo

San Luis recuerda a Lila tocando puertas para pedir apoyo para el Festival de Danza, haciendo antesala en instituciones gubernamentales, dando clase, tomado café, pensando en nuevas coreografías, o caminando junto a la maestra Carmen Alvarado - su gran amiga-, por las calles potosinas; la recuerdan en su casa junto a Gamboa y sus hijos Antonio de Rabinal y Raúl.

Aquí están los cactus de su casa, sus danzas, sus logros y su presencia que no se olvida nunca.

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