lunes, 21 de mayo de 2012

Vivian Abenshunshan: El ensayo es la búsqueda de respuestas alrededor de un tema las haga un individuo que piensa por si mismo, libremente


Por: Roberto A. Valenciano Capín


Para la narradora, ensayista y editora, Vivian Abenshunshan. El ensayo debe concebirse por sí mismo como un género literario libre, abierto, errabundo, "que a mí me gusta llamarlo el -vago de los géneros literarios-, el ocioso".

"El cual tiene una estructura menos rígida en diferencia con el cuento que tiene esta forma cerrada debido a su brevedad y ciertas condiciones que vivimos en una época en que los géneros literarios se están difuminando y se están mezclando entre ellos".

Esta reflexión deviene entorno al laboratorio de ensayo creativo que propuso a un grupo de entusiastas jóvenes escritores en las instalaciones de la Escuela de Formación Musical Julián Carrillo, como parte de las actividades de los talleres que se ofrecieron en esta novena edición del Festival de las Letras San Luis 2012.

Continúa reflexionando la también editora y fundadora de la Tumbona Editorial entorno a una de las principales bondades y características del ensayo. "Siempre ha sido en este sentido un género moderno y abierto a la contaminación y al diálogo con la poesía, con la novela. Fundamentalmente es pensar con nuestras propias ideas ¿qué es el mundo?".

Quien enfatiza que se puede usar el ensayo para acercarnos a cualquier voz, cualquier tema, cualquier asunto, "no importa que tan importante y que tan trivial sea, ya que el ensayo puede reflexionar lo mismo sobre la relación entre padres e hijos como sobre la muerte, la amistad y sobre el sentido de la pérdida de la amistad en nuestra época que sobre el dolor de muelas, sobre la moscas, las banquetas de las ciudades, la pérdida del espacio público en las grandes ciudades. De ahi que el ensayo puede hablar de cualquier cosa, igual que la poesía y que la novela".

Consideró la creadora del libro de ensayos-Una habitación desordenada- la relevancia del ensayo misma, la cual estriba "en que todo este asedio a un tema, a esta búsqueda de respuestas alrededor de un tema las haga un individuo que piensa por sí mismo, libremente y que llegue a sus propias conclusiones, que se va planteando preguntas y las va respondiendo".

En contraparte desde su perspectiva, uno de los grandes equívocos o confusión en torno al ensayo. Acota: " Buena parte de la responsabilidad de esta confusión la tienen los maestros de español, los maestros de literatura, de la escuela básica y hasta de la prepa es que al ensayo se le ha confundido con la investigación o con el informe. -Al poner como ejemplo-. Hagan un ensayo sobre la fauna en la selva, que hacen los chavos, van a internet, copian lo que encuentran en wikipedia y, simplemente es buscar información, simplemente es hacer un investigación, eso no es un ensayo".

"Es que muchos de los maestros creen que el ensayo es escribir sobre literatura o sobre libros. Pasa que les dicen -a sus alumnos-para mañana me traes un ensayo sobre el Quijote; tienes una semana para leer el Quijote completo de principio a fin y además -con una inquisitiva mirada- ojalá que lo disfrutes leyéndolo a toda velocidad, ya que te voy a hacer un examen aterrador. Yo creo que con este tipo de ensayos-express- y con estas castigadas estrategias y a la vez- dolorosas alrededor de la lectura, le hacen más daño a la lectura que a las telenovelas".


Por lo cual para Vivian Abenshunshan recomienda que los maestros deberían de invitar a los alumnos a leer y en lugar de traer un reporte de lectura, que es lo que les piden con el nombre de ensayo. Acota: "Eso no es un ensayo, es conversar con el libro, bajo las simples preguntas: ¿Porque te gusta?, ¿Porqué no te gusta?, ¿con qué personajes te sientes identificado?, ¿a qué personajes se parecen tu padre, tu madre o tus amigos?, ¿qué cosas les preguntarías a los personajes?".


Y no fomentar que a los alumnos se les enseñan como: introducción, desarrollo y conclusión, así como siempre tienen que probar algo. "El ensayo por eso se llama ensayo, se funda en el ensayo-error, entonces puedes llegar a algunas conclusiones pero no tienen que ser las netas ni mucho menos, son intuiciones en algún momento".


De ahí que antes de iniciar un ensayo es necesario preguntarse, por ejemplo: ¿Porqué pasan las cosas?, ¿porqué hay este tipo de fauna en la selva y no en otra?, ¿porqué cuando soñamos se pierden las relaciones de causa y efecto y nuestros sueños son absurdos?, ¿porqué un libro nos gusta o nos repele?.
"En fin, en el ensayo se puede preguntar sobre cualquier cosa y se investiga, pero no solo es una investigación, sino buscar respuestas individuales, propias, libres".

"El ensayo no debe de tratar de los grandes temas y ni de las grandes coyunturas, sino precisamente ayudarnos a vivir esa cotidianidad diaria que se hace en la vida".


De ahí que otras de las cualidades del ensayo es que te permite disfrutar de este sentido del humor y esa mirada crítica hacia la realidad y, "no ser ese género solemne, riguroso y teórico que nos han hecho creer en las escuelas y en las academias".

De ahí que con estas sustanciales preguntas se vuelve irremediablemente en una lectura más personal y no solo una investigación de quien es el autor, ¿en donde nació?, ¿en qué época? y no solo se reduce a ser solo reportes de lectura, de solo aprenderse datos duros que no sirven para nada y "que uno olvida al día siguiente del examen y que no tienen nada que ver con el tipo de cosas que nos suceden últimamente cuando nos relacionamos con un libro que puede cambiar nuestros puntos de vista y pueda hacernos recordar momentos singulares de nuestra vida o sugerirnos otras formas de vida, otros pensamientos y otros mundos posibles".

De esta manera, se logra darse esta relación íntima entre el libro y el lector, cuando empiezas a interrogar al libro o el libro te interroga a ti al proponerte preguntas. "Por lo tanto el ensayo es un vehículo para hallar esas respuestas sobre los libros", -pero aclara que el ensayo y enfatiza que no es un simple reporte de lectura.

Para soltar la risa y proseguir: " Fue Michel de Montaigne quien inventó el ensayo y entendía el ensayo de una forma muy diferente, justamente lo que pensamos cuando no estamos pensando en las cosas útiles, importantes, pragmáticas y cuando nos preguntamos sobre el mundo que nos rodea".

De ahí que el ensayo más allá de promover la lectura es más bien una lectura a leerte a ti mismo. "Eso es muy interesante, Montaigne escribía ensayos para conocerse a sí mismo, para entenderse a sí mismo. El punto de vista subjetivo y personal en el ensayo es muy importante, es todo lo contrario a toda esa objetividad fría que nos hacen creer".

Abogó la también colaboradora de diversas publicaciones: Paréntesis, Replicante, Cuaderno Salmón, Fahrenheit, Picnic, Hoja por Hoja, Tierra Adentro, Letras Libres, Pauta, La Gaceta del Fondo de Cultura y Nouvelles du Mexique en desescolarizar el ensayo para recuperar el placer de leer y escribirlo. "No hay mayor placer que aprender por uno mismo. Esa experiencia de entender algo que te parecía enteramente oscuro e incomprensible y de pronto tienes la intención de haber entendido algo, aunque sea parcialmente; pero esta experiencia del conocimiento adquirido por propia cuenta se vuelve fundamental en el ensayo".

Por lo tanto, para concluir esta amena charla, resumió los puntos principales que debe contener un ensayo son:

Primero: Darse tiempo todos los días para sentarse en una silla y ponerse a pensar. "Eso sería fundamental ya que no tenemos tiempo para pensar al vivir en una era de tal velocidad y tal precipitación que no tenemos tiempo para pensar".

Segundo: Enfrentarse a la página y pasar esas primeras impresiones e ideas generales, asociaciones que por más descabelladas que parezcan en principio y ponerlas por escrito, luego investigar un poco más y responder a las preguntas que surjan en ese primer momento sentado en la silla, nos hacemos preguntas y no es necesario llegar a una conclusión en un ensayo.

Entre los ensayistas que han sido importantes y la han acercado al ensayo a Vivian Abenshunshan se encuentran: En México están por supuesto, Julio Torri con su ensayo sobre el ensayo corto, Juan José Arreola. Augusto Monterroso con su gran sentido del humor y su sentido de la brevedad como valor estético. Jorge Ibargüengoitia Antillón quien tiene ensayos que parecen más bien crónicas.  Sin olvidar a esta joven camada de ensayistas como: José Israel Carranza de Guadalajara y Guillermo Espinoza, al aclarar que hay muchos ensayistas muy buenos tanto en México como en Inglaterra.

En Latinoamérica, se encuentran los ensayos del escritor argentino, Jorge Luis Borges, así como también, los ensayistas norteamericanos como: David Foster Wallace, quien ha  cambiando la forma de concebir actualmente el ensayo y Phillipe Lopate.

De esta manera, dejar esta cómoda banca en donde ha reflexionado y sin más retomar el laboratorio con estos chicos futuros y posibles hacedores- provocadores de este arte del ensayo.

Vuelve el silencio y...

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