Por: Roberto A. Valenciano Capín
No hay mejor forma que festejar diez años de un proyecto independiente como es Círculo Escénico Odeón, quienes ha logrado permear y colocar esa semilla de este arte danzario en sus alumnos, gracias al talante, el trabajo profesional y sobre todo el amor hacia el mismo que la integran, con el espectáculo -Travesía Magicolor- que se presentó en el Teatro del Centro Universitario Bicentenario.
Un espectáculo que a pesar de narrar la llegada a la edad adulta de la joven Sally, interpretado por Cynthia Irurzo Arriaga en su afán de viajar, vivir y compartir un sin fin de emociones y descubrimiento que la llevarán a encontrar al final de su travesía lo más esencial de la vida como es el amor hacia su padre y la vida misma.
Y de esta manera comparten sin cortapisas su pasión por la danza, la música, el teatro y la poesía para volverse un platillo exquisito para el deleite de los espectadores, y sobre todo, para el gozo de los que comparten un escenario.
A pesar de tener muy claro que hablamos de una academia, es de destacar una preocupación tanto de su directora, Elizabeth Hernández Torres, así como de su planta de maestros por una estética y un nivel técnico que logra permearse en el escenario.
Con un planteamiento escénico interesante, aunado con el trazado de una historia lineal que sin más se frivoliza por la inmediata y el inconnexo trazo de 17 escenas, entre coreografía y escenas.
Y de esta manera comparten sin cortapisas su pasión por la danza, la música, el teatro y la poesía para volverse un platillo exquisito para el deleite de los espectadores, y sobre todo, para el gozo de los que comparten un escenario.
A pesar de tener muy claro que hablamos de una academia, es de destacar una preocupación tanto de su directora, Elizabeth Hernández Torres, así como de su planta de maestros por una estética y un nivel técnico que logra permearse en el escenario.
Con un planteamiento escénico interesante, aunado con el trazado de una historia lineal que sin más se frivoliza por la inmediata y el inconnexo trazo de 17 escenas, entre coreografía y escenas.
Aunado de perderse el sentido escénico tanto por una mala disposición escénica como saturarlo injustificadamente de alumnas y de esta manera perder su trazo y armonía, queda de manifiesto el efecto de agradar a las familias y amigos de las alumnas y por lo tanto, dejar en un segundo plano la dramaturgia tanto escénico como dancística.
Prueba de este agradecimiento, fue un texto emotivo de agradecimiento de uno de sus maestro por ser inducido a este acto amoroso danzario, y ante una emocionada directora recibió un reconocimiento por estos diez años de fomentar este arte danzario y claro no faltó el pastel y las flores.
Una emocionada directora agradeció a Dios y recalcó que su vida y su pasión es la danza, al agradecer que ésta es su vocación ante una contención de no llorar cuando su hija le entregó un ramo de flores, aprovechó Elizabeth para felicitar a los papás por su día a través de las tradicionales mañanitas y ser cantada tanto por sus alumnas y el público, así como felicitó con un cálido abrazo a su padre.
Para dar por terminada esta fiesta danzaria con una espontánea porra al unísono a su directora de este proyecto formativo, Elizabeth Hernández Torres, quien en conjunción con sus cómplices como son: Luis Armando Sauceda Bernal, Gustavo Armando Betancourt Segura y Dr. Baruvi Hernández Torres le dan sustancialidad a este proyecto potosino de Círculo Escénico Odeón.
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