lunes, 3 de junio de 2013

Emotivo adiós a Armando Belmontes en Bellas Artes


 
Entre aplausos y lágrimas, familiares y amigos despidieron los restos mortales del artista plástico Armando Belmontes, en la galería II del Centro de Difusión Cultural “Raúl Gamboa” del IPBA.
La primera guardia de honor que se montó alrededor del féretro estuvo encabezada por el Secretario de Cultura   Xavier Torres Arpi,  Laura Elena González Sánchez ; directora  general del Instituto Potosino  de Bellas Artes, el Secretario de Educación de Gobierno del Estado Juan Antonio Martínez Martínez, y familiares del maestro.
Los presentes recibieron los restos mortales de Belmontes  con la proyección de un video homenaje a la vida y obra del maestro.

Pasando a las palabras del Ing. Xavier Torres Arpi: - Nos encontramos reunidos el día de hoy para despedir al Maestro Armando Belmontes, para honrar la vida de un artista visual que dejó una huella honda en la vida cultural de San Luis Potosí y en la generación a la que perteneció.  A nombre del Gobierno del Estado, del gobernador Dr. Fernando Toranzo Fernández, a través de la Secretaria de Cultura y del mío propio, me uno a la pena que embarga a sus familiares; a la comunidad artística; a sus compañeros de trabajo, docentes y alumnos, del Instituto Potosino de Bellas Artes, su casa de trabajo durante los últimos once años, por esta irreparable pérdida. Sabedor de que la obra de un artista permanece para dar fe de sus apuestas y riesgos, me queda la certeza de que las propuestas del Maestro Belmontes navegaran hacia puertos venturosos. Descanse en paz. –

La titular del IPBA destacó: - La obra que se ofrecía a los espectadores en las exposiciones de Armando Belmontes pronto los instalaban en lo que parecía una clara certeza: la de encontrarse ante un lenguaje plástico muy logrado, limpísimo y sereno. Después, otras reflexiones completaban el juicio y afinaban el gusto. En mi caso, tuve el privilegio de atestiguar el trabajo de este pintor a lo largo de un poco más de veinte años. Y después el de compartir con él un espacio laboral en el Instituto Potosino de Bellas Artes. Así he creído desentrañar algunos indicios y motivos que me permitieron entender su obra como una propuesta rigurosa y efectiva. El paso de los años, hasta poco antes de su partida, cuando ya su trabajo plástico le resultaba imposible, no hizo sino depurar aún más estas virtudes. A ellas, sin embargo, se sumaron diversos logros que han de permitirnos reconocer en Armando, de ahora en adelante y para siempre, a un artista visual de primera línea: un maestro que controló la técnica y un hombre de amplia pasión creadora hasta el fin de sus días.

Eso se reflejó en la personalidad de un artista dedicado y lleno de mesura, alejado de la banalidad de cierta vida pública y de toda presunción. Cada uno de los trabajos de Armando Belmontes parece provenir de una gran lucidez creativa, la que entiende cómo conseguir la fascinación inicial; y cómo transformar la conciencia y la memoria del que abandona la contemplación.

Así, estoy segura de que tras su partida, ya sin su presencia física, nos restará su obra total para seguir promoviendo en nosotros  una aligerante confianza: si algo quisiéramos esperar de la postmodernidad podríamos preferir que tal sea el aniquilamiento de algunos equívocos sobre los que hemos cimentado distracciones y mentiras. Entonces habría que esperar, como nos lo advirtió concienzuda y reiteradamente Armando Belmontes, que los colores tuvieran olor, que los aromas fueran visibles, que el concepto y el símbolo, la figura y la metáfora nos condujeran a un fin sereno y sonriente...
 
Integrantes de la comunidad artística potosina asistieron a la ceremonia del adiós a Belmontes entre los que se encontraban  Fernando Carrillo, quién dedicara unas palabras a su gran amigo y Martha Franco quien ofreció una emotivas palabras sobre su maestro,  precursor de su carrera artística, los demás asistentes lo recordaron como el gran artista siempre apegado a su trabajo el cual era reflejo de la gran persona que era.
Los restos de Armando Belmontes  fueron trasladados  a la iglesia del Señor de los milagros  en la Unidad Ponciano Arriaga para efectuar la misa de cuerpo presente donde se reunirá de forma íntima la familia para posteriormente  ser  llevado a la cripta familiar del panteón del Morro del Municipio de Soledad de Graciano Sánchez.

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