viernes, 23 de agosto de 2013

El ejercicio es una buena alternativa para dormir… si se tiene la paciencia para esperar los resultados

Dormir y hacer ejercicio tienen una relación de estira y afloja. Hay evidencia de que el ejercicio puede mejorar el sueño, pero en el extremo opuesto también la hay de que el ejercicio no mejora las horas en la cama. sin embargo, al igual que la teoría del “huevo y la gallina”, se desconoce cual de los dos viene primero.
 
Para investigar esta “relación bidireccional”, un grupo de investigadores publicaron en Journal of Clinical Sleep Medicine que llevaron a cabo una investigación en el que reunieron a 11 mujeres que padecían de insomnio para observar la manera en la que el ejercicio podría afectar su rutina de sueño.
 
Las participantes del estudio fueron mujeres de edad avanzada, que son las que presentan la prevalencia más elevada de insomnio. De esta manera, el ejercicio fue la mejor aproximación para promover el sueño, ya que los fármacos a esta edad pueden ocasionar deterioro en la memoria y caídas.
 
Por su parte, las damas se sometieron al experimento por 16 semanas, mismas en las que se les instruyó que se ejercitaran al menos tres días a la semana en un tiempo mínimo de 30 minutos diarios.
 
Los investigadores también les pidieron a las participantes que se colocaran unas bandas especiales en sus muñecas con las cuales el registro de su actividad física quedaría grabado, así como la calidad de su sueño y la cantidad de éste. Sin embargo, los resultados resultaron un poco contradictorios.
 
“Los resultados sugieren que el sueño influye en el ejercicio al día siguiente en lugar de que el ejercicio influya en el sueño”, concluyen Kelly Glazer, Kathryn Reid y Phyllis Zeeen, las autoras del trabajo.
 
Foto: Wikimedia Commons
Foto: Wikimedia Commons
 
La clave en este caso apunta a que es el sueño el factor determinante para incrementar la actividad física, al menos es lo que las expertas sugieren con sus observaciones.”Estos resultados sugieren que la mejora del sueño puede fomentar la participación de ejercicio”, añaden en el artículo las investigadoras.
 
No obstante, las autoras encontraron que el ejercicio no afectó inmediatamente a su noche de sueño inmediata, aunque luego de 16 semanas con esa rutina, se encontró que dormían una hora más en la noche que antes, publicó el blog de la revista Scientific American.
 
Sin embargo, en una noche cualquiera, si no hay ejercicio de por medio no afecta la calidad de sueño. En cambio, la cantidad de sueño en la noche anterior puede predecir la cantidad de ejercicio que las personas pueden tener al día siguiente.
 
De esta manera, mientras más horas de sueño tuvieron las mujeres del experimento, fue mayor la cantidad de ejercicio que pudieron manejar al día siguiente. En otras palabras, el ejercicio no es una solución rápida para el insomnio.
 
Por otra parte, mientras que las horas acumuladas en el gimnasio pueden mejorar el sueño con el tiempo, otras opciones clásicas como somníferos o remedios caseros siguen siendo la mejor opción para quedar dormido de la manera más rápida posible cuando el cuerpo se rehúsa a hacerlo por sí mismo.

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