Esta semana tuve un interesante conversatorio sobre comunicación y periodismo
con un grupo de estudiantes próximo a recibirse como bachilleres; se trata de
jóvenes en búsqueda de su futuro, para lo cual, me parece interesante que la
institución donde estudian les proporcione no sólo información sobre opciones
profesionales, asesoría vocacional, oportunidades educativas nacionales e
internacionales, sino también conversar con profesionales de diversas ramas para
conocer las experiencias de estos.
La primera pregunta que me hice ---y lo platicamos con los jóvenes-- es sobre
comunicación y periodismo; una segunda interrogante fue cómo definir las
características de estas profesiones, y tercera, los retos que se plantean a
estas disciplinas ahora muy de moda. Todo ello en el contexto de la sociedad
actual; hoy, más que nunca, los comunicadores y periodistas tienen gran
relevancia.
Al referirme a la comunicación y al periodismo, he de decir que la primera es
un concepto mucho más amplio: uno, en cuanto disciplina del conocimiento que
busca dar cuenta de las relaciones entre los seres humanos, cómo interactúan y
por qué medios. Se trata de analizar el fenómeno comunicativo. Dos, la
comunicación busca, en términos generales, persuadir, mover a otras personas a
aceptar nuestro punto de vista de manera voluntaria, para lo cual existen las
diferentes áreas del quehacer comunicativo, y el tercer punto, la incidencia de
la publicidad, la propaganda, el mercadeo político, la comunicación interna y
externa, las relaciones públicas.
Todas estas áreas de la comunicación, de una u otra manera, tratan de
persuadir a otros, para lo cual utilizan la tecnología al alcance de la sociedad
moderna como lo es ahora toda la dimensión virtual que nos da la Internet y las
llamadas redes sociales.
En cambio el periodismo, al menos teóricamente, busca informar sobre lo que
sucede en la sociedad; algunos intentan utilizar a la prensa para persuadir pero
no es esta su función fundamental, lo esencial de su ejercicio es contribuir a
formar la conciencia de los ciudadanos, para que estos hagan sus propios juicios
sobre lo que sucede en su entorno social.
A partir de esta primera pregunta, tanto la comunicación, con sus variantes y
aplicaciones técnicas, como el periodismo, son prácticas profesionales que
poseen, al menos, tres dinámicas claras: una, fuerte dimensión humanística y
artística que nos permite entender y valorizar los fenómenos sociales no sólo
para explicarlos sino además para transmitirlos hacia conglomerados mayores de
manera que les interese, que les guste y les atraiga sin perder de vida el fondo
de las cosas. Dos, un alto componente ético que muestre, en cada momento,
principios que van desde la defensa de la vida, hasta la búsqueda de la verdad,
temas que implican, por ejemplo, el balance informativo, la veracidad de las
cosas y abstenerse de mentir, distorsionar, hacer prevalecer mensajes nefastos
como la discriminación o la justificación de la destrucción del otro. Y, tres,
el uso de las herramientas no sólo de la comunicación y la prensa, propias de la
profesión, sino asimismo las propias de la tecnología actual como lo son las
redes sociales y, en general, el mundo de la virtualidad que brinda Internet.
Por si fuera poco, y este es un cuarto punto, los grandes retos que presentan
tanto los comunicadores como los periodistas están relacionados a su vez con un
par de circunstancias, dos caras de una misma moneda. Por un lado, la tentación
permanente de utilizarlos no para persuadir e informar sino para manipular y
embaucar a las audiencias con objetivos personales, grupales e incluso
institucionales alejados del bien común. Un ejemplo histórico que permite
visualizar con claridad este riesgo es el de los nazis, especialistas en
manipular a través de su maquinaria propagandística, con la finalidad, no sólo
de justificar la guerra y la invasión a otras naciones sino además el exterminio
de los judíos.
Por otro lado, los desafíos tienen también perspectiva diferente, la misma
realidad de los comunicadores profesionales que deben tener una formación
adecuada para entender lo que sucede en la sociedad y poder trasladar este saber
a otros a través del uso de las herramientas teóricas y prácticas de la
comunicación y el periodismo.
El debido proceso informativo requiere de personas con sólida formación
teórica y técnica, pero sobre todo, y con esto cierro, deben poseer principios y
valores bien cimentados para enfrentar a aquellos que quieren manipular y
engañar.
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*Editor Jefe de El Diario de Hoy.
ricardo.chacon@eldiariodehoy.com
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