El espacio -Guarida del Coyote-que sin mas se convierte en todas estas fronteras, las cuales inciden en esta joven por ser llamada alguna vez por su nombre, Estefani, interpretada por Montserrat Chávez, quien comparte no solo su travesía sino todas las de aquellos que anhelan por cumplir un sueño, un anhelo para el mejor devenir tanto personal como familiar o, simplemente estar.
Unas "sombras en el Paraíso". Un solo que establece un diálogo a través de la reflexión de su coreógrafa, Alejandra Mendoza sobre este doloso pero infalible suceso como es la migración, en donde el miedo, la incertidumbre, la indiferencia, la invisibilidad son algunos de los elementos que conversan, se entremiran y le van dando sentido a esta ruta escénica.
A través de una gramática corporal bien trazada y lograda, aunado con una narratividad como solo una ubicuidad temporal y ser a la vez este hilo conductor que gesta este infalible entrelazamiento de su-ahora compartida- realidad con una fuerza poética en imágenes en movimiento, a pesar de ser violentados por este acto permanente de confrontación, el obtuso diálogo, la perenne biografía de esta viajera y el ser virtualmente observados y denigrados.
Unas "sombras en el Paraíso". Un solo que establece un diálogo a través de la reflexión de su coreógrafa, Alejandra Mendoza sobre este doloso pero infalible suceso como es la migración, en donde el miedo, la incertidumbre, la indiferencia, la invisibilidad son algunos de los elementos que conversan, se entremiran y le van dando sentido a esta ruta escénica.
Una ruta escénica que no solamente buscar respuestas sino mas bien surgen mas preguntas que inciden en la gravedad de entrelazar la infalible complejidad humana, la violencia desde su mismo caos, la pasión, la soledad, la esperanza y así como esta importancia a la sensibilidad particular de ser escuchados y vistos en la otredad.
Una travesía que también puede ir por esta vertiente de esta búsqueda de la reflexión sobre la mediatez de la vida y la muerte, el cambio contante del cual en ocasiones no somos completamente conscientes y quedar muchas de las veces en solo este constante intento de este forzado destino manifiesto que cada uno llevamos a cuestas.
En donde se destaca el trabajo tanto en iluminación como producción de Madeleine Ramírez Beltrán.
Un trabajo coreográfico que se presento en esta corta temporada en la Guarida del Coyote, como parte de las actividades culturales del Segundo Encuentro Fronteras en Tránsito.
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