domingo, 17 de noviembre de 2013

Luis Jaime Córtez presentó su disco de su ‘Ópera Luna’ en " los Recitales de Otoño" del Centro de las Artes Centenario



Por: Roberto A. Valenciano Capín

Como punto de partida, esta historia en torno de Margarita, una niña que al salir la Luna queda fascinada con su reflejo en el lago. Su amigo Panalachi le advierte que no debe tocarla, pues los mayores dicen que si lo hace corre el riesgo de ser atrapada por la Luna. Ella hace caso omiso y se pierde para siempre en las profundidades del resplandor.
 
De ahí las peripecias de Panalachi por rescatarla lo llevan a solicitar la ayuda de su abuela, un chamán y de un gigante. Sin embargo, descubrirá que no es posible hacer regresar a Margarita. Luna es una ópera salpicada de humor que explora el tema de la muerte de manera poética, para niños y público adulto.
 
Es así como su creador, el compositor michoacano, Luis Jaime Cortéz fue desmenuzando esta vertiente creativo de lo que es su segunda ópera con niños como él asevera. "Luna" bajo la dramaturgia de Antonio Zúñiga y la participación de los Niños Cantores de Morelia bajo la dirección del Mtro. Hernán Cortéz.
 
Todo como parte del ciclo " los Recitales de Otoño" que organiza el Área de Música del Centro de las Artes Centenario.
 
El también maestro, pianista michoacano  con el cuidado de un buen artesano fue llevando a un público mayoritariamente estudiante a través de esta travesía creativa al desentrañar los múltiples hallazgos, recursos y elementos claves que contienen esta opera de cámara y así poder  disfrutar plenamente de la misma.

A pesar de ser parte de esta ambientación por esta incesante lluvia que cubrió a esta capital potosina.

Aún así fue parte de esta presentación, pero no hay mejor forma que escuchando puntuales fragmentos de esta obra y así cumplir esta premisa de una ópera de cámara en un solo acto que fue estrenada el  21 de octubre de 2003 en el Teatro Juárez, dentro de la edición del XXXI del Festival Internacional Cervantino.


" Siempre hacer una ópera es un reto, primero de concepción, e imaginación, luego de escritura y luego de poner todo eso que imagina junto,  de pensar en las escenas, de llevar un texto a su forma musical, de hacer que eso corra por tu imaginario y luego hacer que todo esto  se conecte con algunos interpretes  de carne y hueso y eso funcione en escena. Eso implica una convocatoria multidinaria y compleja que implica que muchos músicos, muchos cantantes están cada uno aprendiendo su parte para que luego hacer que funcione en conjunto, es una cosa maravillosa". 

Por los fragmentos que se pudo escuchar, podríamos referirnos a  una ópera didacta o una opera para niños, a lo que comento el compositor michoacano: " Fíjate que es una opera cuando me decían si era un opera para niños, yo respondía que no categóricamente, respondía que era una ópera con niños, en el momento en que lo hacen niños es distinto. Pero yo desconfió mucho en la música para niños, porque casi siempre la música para niños es  muy mala casi siempre, entonces no quise hacer una mala música para niños sino quise hacer la mejor música que soy capaz de hacer contando con los niños como aliados, entonces no los subestimo sino al contrario los reto y ellos me retan a mi y hacemos cosas que parecían que eran imposibles en cuanto a sonido, en cuanto a capacidad vocal y muchas cosas".

"Por supuesto que hacerlo con niños, la historia es de niños, los solistas son niños y  lo pueden oír niños. No es una música para niños, es una música retadora para cualquier  oyente".

Destaco que en esta opera hay una gran fantasía gracias a la creación del gran dramaturgo Antonio Zúñiga quien "  recupera cosas fantásticas y logra crear personajes que creo es lo mas importante que hace un dramaturgo, ese personaje que habla y automáticamente tiene una existencia por lo que dice y, me parece que este trabajo de Antonio Zúñiga es extraordinario por ese tono  tarahumara lo logra en parte porque es de Chihuahua y vivió gran parte de su niñez entre tarahumaras, entonces no es una anécdota  que cite de manera intelectual lejano sabe de que habla".

Luis Jaime Cortéz comenta que su primera opera fue sobre un texto de Gustav Flaubert -La tentación de San Antonio-, de ahí que asegura que busca temas que sean teatralmente funcionales y " que sean finalmente fantasía".
 

 "La ópera es una fantasía, una fantasía llena de contradicciones  maravillosas. Pero uno cree en la convención y desde esta convención pasan cosas extraordinarias como tenemos medio milenio de ópera y yo creo que son varios de miles de óperas escritas y, las cientas de óperas que yo conozco son maravillosas. "

Citas en tu presentación de tu ópera, ver el mundo con sonidos y . "Fíjate que eso es muy importante, el siglo veinte en muchos sentidos es un siglo visual y las computadoras, la televisión y las pantallas terminaron el proceso educativo visual que tenemos, pensamos el mundo con los ojos y me parece que una educación integral  tendría que recuperar la sonoridad del mundo, hemos dejado de oír incluso el silencio".

 "Muchas de las grandes experiencias sonoras de la música contemporánea  van en la dirección de oír, de recuperar la audición del mundo y en este sentido, el  trabajo con los niños fue fantástico porque  lo que ellos aprendieron sobre todo fue a escuchar los sonidos que hay están la mayoría de las veces pero los anulamos al no tener conciencia de ellos".

Entre los proyectos se encuentran casi finalizando el trabajo de lo que será una tercera ópera bajo el formato de cámara. "Ahora estoy trabajando con un libreto mas pequeño, serán cuando mucho ocho músicos en escena  con electroacústica.  Basada en una obra de teatro de la dramaturga Sabina Berman que se llama -Caracol y Colibrí-.

"Es muy bonito el tema porque aparece al inicio un caracol y dice que el mundo es muy aburrido; es que todo pasa tan lento, pero si fuera rápido como el colibrí  el mundo seria mas divertido, !!uyy¡¡ esta lentitud, enseguida aparece el colibrí a su vez en un soliloquio y ve que este mundo frenético, prisas para todo y si yo tuviera la lentitud del caracol quizás seria feliz. Se encuentran y empiezan a platicar de esto y se dan cuenta de que no hay modo de ser felices, ni siendo lentos ni siendo rápidos, no hay opción y cuando están en el centro de  la discusión pasa un niño tocando una flauta, oyen eso y se dan cuenta que eso si les da sentido, eso es lo que nos falta y entonces van y le roban la flauta  al niño, tratan de tocarla y  no pueden, entonces tienen que regresar con el niño: oye aquí esta tu flauta  pero por favor dinos donde esta la música".

Así como también esta la pronta publicación de las partituras de las obras fundamentales del compositor Miguel Bernal Jiménez,  como parte de una de sus ramas de investigación sobre el trabajo de la edición critica de la música sinfónica mexicana, en el área de rescate de partituras, " el cual es casi abandonado y menospreciado".

Y en lo que respecta a lo teórico se encuentra la investigación sobre el tema de "la música y la modernidad. Básicamente es un estudio sobre la música  del siglo XX".

En cuanto a si goza de buena salud la opera en México, dejando al montaje en su propia dinámica" a lo que comento: "Creo que va en ambos sentidos, porque hay muchas óperas  que se han revitalizado. Yo pienso que mas que el siglo veinte yo creo que tuvo unas pocas óperas, pero el siglo veintiuno tiene en su primera década mas óperas  mexicanas mas que el siglo veinte, hay un Federico Ibarra que tiene como ya ocho óperas ya; Mario Lavista ya tiene una; Daniel Catán, Miguel Trigos, Gabriela Ortiz, Víctor Rasgado, Ricardo Song, Julio Estrada, en fin, si lo ves es mas impresionante,  hay una vitalidad enorme en la ópera contemporánea en México".

Que no se corresponde con el nivel de montaje y frecuencia de montaje, "pero creo aunque uno se pueda quejar de esas cosas y siempre son un problema por muchas razones, creo que todas las óperas se han montado y grabado y, eso también habla de la salud del medio".

 Pueden estar mas informado de sus proyectos en el Facebook: Luis Jaime Cortéz.

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