sábado, 28 de diciembre de 2013

Músicos con trastornos mentales crean orquesta para borrar estigmas

 
La carrera de Ronald Braunstein como director musical no pudo haber tenido un mejor comienzo. Estudió en la Escuela de Juilliard, fue invitado de orquestas como la Sinfónica de San Francisco y la Filarmónica de Berlín, y ganó la prestigiosa competencia de directores Herbert von Karajan en 1979.
Sin embargo, su trastorno bipolar frenó lo que de otro modo habría sido una carrera brillante, incluyendo tres periodos de cinco años en los que tuvo dificultades para siquiera levantarse de la cama, dice.
Conoció a su esposa, la trompetista francesa Caroline Whiddon, cuando ella era mánager de la Orquesta Juvenil de Vermont y Braunstein fue contratado como director musical. Ella había tenido problemas de ansiedad y depresión.
El trastorno bipolar de Braunstein fue un factor en su despido de la orquesta juvenil en 2011. La pareja respondió formando la Me2/orchestra, una formación en la que comparten sus problemas con sus músicos. (Me2, una variación de me, too en inglés, quiere decir yo también.)
Es la única organización de música de concierto en el mundo para individuos con enfermedades mentales y personas que los apoyan, afirma Whiddon con base en sus búsquedas en Internet. No puedo encontrar a nadie en línea que esté haciendo algo parecido a lo que nosotros realizamos.
Festival First Night Burlington
Esperan que una actuación en el First Night Burlington, festival de artes en la ciudad más grande de Vermont que se realiza cada víspera de Año Nuevo, le genere algo de atención a la orquesta de dos años de formada.
Parte de la misión de First Night es llevar las artes a una amplia franja de la comunidad e invitarla a participar, dijo el director ejecutivo del encuentro Tom Ayers. Así que cuando la Me2/orchestra presentó su solicitud, nos resultó idóneo.
Realmente va a tono con el corazón de nuestra misión, dijo Ayers.
Esos encuentros son lo que Whiddon, de 44 años y directora ejecutiva de la orquesta, y Braunstein buscan al tratar de usar el grupo para concientizar y aminorar los temores del público respecto de las enfermedades mentales.
Dijeron que se inspiraron en parte en el movimiento del Coro de Hombres Gays (Gay Men’s Chorus), que tiene grupos cantores en diversas ciudades alrededor del mundo. Quieren hacer por la gente con enfermedades mentales lo que esos grupos hicieron por los gays.
La idea es eliminar el estigma, dijo Whiddon. Agregó: Ellos inspiraron a la gente alrededor del país a reunirse y a apoyarse unos a otros.
Braunstein, de 58 años, afirmó que ve su enfermedad como una parte clave de su talento.
Me siento mucho más capaz de conectar con la grandiosidad, la emoción y la profundidad, más que una persona que no es bipolar, dijo. Realmente paso por momentos altos y bajos, extremadamente remotos.
Braunstein dijo que su compositor predilecto es Beethoven y que siente una afinidad con el director de orquesta, del siglo XX, Otto Klemperer. Se cree que tanto Beethoven como Klemperer tuvieron trastorno bipolar.
Una manifestación de su trastorno bipolar: una vez se perdió camino a un ensayo reciente en una sala donde había trabajado con el grupo una docena de veces.
Sin embargo, los músicos de la Me2/orchestra lo entienden. La aceptación, más que la perfección, es la razón de la existencia del grupo. Y los músicos tienen la oportunidad de tocar para un director de gran talla.
Durante un ensayo reciente, la orquesta se preparaba para conciertos en el Centro de Detención Juvenil de Woodside en Vermont y para la celebración de First Night en Burlington, este último creado a semejanza de la celebración anual en Viena con la Marcha Radetzky y el vals Danubio azul.
Braunstein trabajó con los músicos en fraseo, articulación y otros aspectos técnicos. Durante la primera hora de ensayo, las mejoras fueron evidentes.
Me estás siguiendo demasiado, le dijo a un timbalero que pensó que no seguía el ritmo.
¿Pueden hacer los cuatro compases en un respiro?, le preguntó a los trompetistas.
La contrabajista Christa Mordoff, asesora juvenil en el centro de detenciones, durante el receso de un ensayo, dijo que una de las cosas que la motivaron fue el concierto en el sitio de trabajo.
Explicó que trató de ver de manera realista cómo la música de concierto sería recibida en un centro de detención juvenil. A algunas personas les va a encantar, pero hay otras que son muy negativas sin importar de qué se trate.
Sin embargo, cuando se sentó a esperar que el ensayo se reanudara, Jake Belcher no dio señales de negativismo. Belcher, de 23 años, un violinista y estudiante de matemáticas en la Universidad de Vermont, dijo que hace 18 meses le diagnosticaron ansiedad y depresión, por lo que se refugió en la música.
La orquesta, expresó, es una zona tácita y no crítica donde uno puede relajarse y saber que está entre buenas personas.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario