viernes, 28 de marzo de 2014

Un poético instructivo sobre masturbación femenina

 
 
Por: Amy Bellete
 
Encontramos este texto de la autora española Itsasne Gaubeca, el cual, invita al contacto de las mujeres con su propio cuerpo desde una perspectiva poética más que técnica: lo que es indispensable para acceder al disfrute es dejarnos estar con nosotras mismas.
 
Instrucciones para masturbarse
 
Comience por deshilachar los sentidos ácidos de su camiseta. Lama pausadamente cada rincón de sus decencias y absorba todas las fragancias hasta que el decoro se convierta en caramelo y la lluvia acompase sus latidos. Aderezca su piel con feromonas y transporte esa música a lo largo de su cuello, su torso y espalda. Nutra su mirada de espejos desenfocados; y cuando desde el campanario la acústica de su matriz implore a los feligreses atención, añada tres cucharadas soperas de libidinosa tempestad. Continúe palpando espontáneamente sus entrañas sin dejar de remover los vapores que exhale. Sobretodo, no respete los consejos y apague el telediario. Ríase del porno tradicional mientras canta una nana, un  irrintzi, un gregoriano, o lo que usted prefiera. Recomendamos comerse la boina y quitarse el chocolate de las uñas, para disminuir la hiperventilación y no agitar a las vecinas que riegan sus atardeceres. Con sus manos amase el flujo sanguíneo, suba el volumen, arañe la almohada, nivele la presión del agua y espolvoree sus mamas. Maúlle, brinque, escriba un par de poemas e invente dragones sin espinas. No olvide rociarse con jengibre y contornear ilustraciones labiales hasta que su pelvis rezume una sonrisa ancha. Repítalo al menos una vez por semana, antes de que la sopa se enfríe y a los ladridos se los lleve la corriente.
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