martes, 20 de mayo de 2014

En una danza cuesta arriba: Gerardo Olivares. El bailarín tapatío

 
 
De los vals de quinceañeras y de la película Billy Eliot (2000) surgió su interés por la danza. A sus 14 años de edad, Gerardo Olivares tuvo su primer encuentro con el baile, fue chambelán. Desde entonces, el joven tapatío, se puso como meta ser un bailarín profesional. Pero el camino no ha sido fácil. La búsqueda de apoyos para forjarse y encontrar un espacio en el mundo dancístico ha sido para él un trayecto cuesta arriba.

A pesar de que pudiera creerse que sus inicios en la danza fueron tardíos —por el rigor en la preparación que requiere la disciplina clásico—, Gerardo siempre tuvo la firme convicción de adentrarse en ese mundo.

La danza contemporánea sería su primer acercamiento formalmente. La escuela de Conrado Morales, quien imparte técnicas contemporáneas, fue donde adquirió conocimientos que le despertaron el interés por experimentar en el ballet clásico, pero la falta de recursos económicos significó uno de los primero obstáculos que se le presentarían en el camino.

‘‘El maestro Héctor Hernández, papá de Isaac Hernández (bailarín tapatío miembro de Ballet Nacional de Holanda) me ofreció una beca, donde pude estudiar con él como año y medio (en el Centro de formación Releve). También pude estudiar con Ana Torquemada (en la Real Academia de Ballet), estuve con los dos al mismo tiempo, y así estuve dos años estudiando Ballet’’.

Luego, en 2011, vendría la oportunidad de ir a Veracruz, donde participó en el Festival Internacional de Córdoba y que significó un parteaguas en su carrera como bailarín, al ser invitado por primera vez para ir al extranjero a perfeccionar su técnica en un curso de verano en el Orlando Ballet School (Estados Unidos) en el año 2012.

Desde entonces continúa sus estudios en dicha institución; eso al menos hasta ayer, su último día en la estancia académica trad dos años de trabajar día tras día en su formación como bailarín clásico.


LA ESCENA DANCÍSTICA EN JALISCO

El Joven Ballet de Jalisco es un proyecto plausible del Gobierno en turno, en la opinión de Gerardo Olivares, pero él aún visualiza un panorama pobre en el Estado en lo que respecta a la danza.

“Espero que el proyecto del Joven Ballet de Jalisco sea con buenos objetivos, pero de los demás no sé si pase algo. Yo espero que el Gobierno abra los ojos y que vea que hay gente en el extranjero haciendo algo por sobresalir y que está poniendo el nombre de México en alto”.

ESTADOS UNIDOS, ESCAPARATE PARA BAILARINES TAPATÍOS

Tanto para los hermanos Hernández (Isaac y Esteban) como para Gerardo Olivares, en el país vecino del Norte han encontrado instituciones que han sabido valorar la belleza en la técnica de sus movimientos. En el caso de Gerardo, con tan sólo 19 años de edad, fue acogido por el Orlando Ballet School, adonde llegó sin saber hablar inglés, lo que representó un reto más en su formación como bailarín profesional.

“Durante el curso de verano audicioné para quedarme en la división Trainee, que es la más alta de la escuela, fue como recibí la beca de todo el año. Respecto a aprender a hablar inglés, fue muy difícil para mí, ya que en el departamento en el que vivía habíamos cinco mexicanos y todo el tiempo hablaba en español. Pero después empecé a hablar inglés por mi novia, así aprendí hablar inglés”.

No obstante, el apoyo que brinda la institución académica en Orlando, que es únicamente para su formación como bailarín, Gerardo ha buscado la ayuda monetaria de instituciones como el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y del Programa de Estímulos a la Creación y al Desarrollo Artístico (PECDA); en los primeros meses de su estancia —cuenta— obtuvo respuestas favorables, pero después “no me pudieron apoyar”, por lo que ha recurrido a buscar empleo como cortador de césped, haciendo limpieza o “de lo que caiga”, enfatiza Gerardo Olivares.

“En ocasiones he tenido funciones como invitado y de ahí sale algo más de dinero, es de donde puedo pagar mi renta y comprar algo de comida, pero en sí tengo que vivir al día”.

Gerardo recibió en los últimos meses ofertas de becas para asistir durante este 2014 a curso de verano en instituciones como Milwaukee Ballet, Gelsey Kirkland de New York, Texas Ballet School y Pittsburgh Ballet, así como la oferta de cursar con Pittsburgh Ballet en la división pre-professional y en el Ballet Spartanburg como trainee. Sin embargo, la falta de dinero podría obstaculizar su crecimiento en el mundo de la danza clásica, ya que todas estas instituciones únicamente cubren los gastos que genera la formación dancística.

“En algunas instituciones me han pedido que asista a sus clases para audicionar, pero lamentablemente no cuento con el dinero para viajar, por eso estoy buscando apoyo económico del gobierno”.


LA DINASTÍA HERNÁNDEZ, UNA FUENTE DE INSPIRACIÓN

El apoyo de la familia de Gerardo Olivares ha sido uno de los soportes fundamentales en su camino para cumplir sus metas, pero también figuras como Isaac y Esteban Hernández son para él modelos a seguir.

“Hace unos años hice Pas de trois de Paquita, en la Estación de la Danza (La Estación Universidad del Tren Ligero en Guadalajara) e Isaac estaba de visita y él vino a mí para hacerme algunos correcciones. Después de eso tuve otros acercamientos con Isaac; iba a su casa y él estaba ahí, y una vez llegó a darme clase. Y con Esteban Hernández fue en el 2011, en el curso de verano de Pirouetteando’’.

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