miércoles, 18 de junio de 2014

Festejo cocodrilesco en homenaje a Efraín Huerta

 
Por: Jesús Alejo Santiago
 
Ya había publicado Los hombres del alba, apareció en 1944, cuando apenas contaba con 30 años de edad, y cinco años después, junto con varios amigos se propuso formar, no de manera tan oficial o académica como parece, el movimiento cocodrilista, concebido como una "escuela lírica y social que en mucho se opone al existencialismo", pues es una "extraordinaria escuela de optimismo y alegría".
 
Desde su definición había mucho del espíritu lúdico que definió vida y obra de Efraín Huerta, de quien hoy se conmemora el centenario de su nacimiento, en una atmósfera mucho menos formal que la de otras celebraciones: ni conferencias magistrales o solemnes mesas redondas, sino con mucha música, lecturas en voz alta y hasta la transformación de sus versos en hip-hop.
 
Ya el secretario de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, Eduardo Vázquez Martín, lo había definido como "el nuevo nómada del siglo XX", porque fue un poeta que se desplazó por las calles, "que miró y admiró a sus habitantes, que entendió el nacimiento del día y el manto oscuro de la noche como un mismo movimiento.
 
"Huerta es el gran amante de la ciudad, aunque su amor no es sencillo sino conflictivo, real, porque no es el amante que sólo cuenta los rasgos de la belleza de lo que ama, sino un amante que confronta, que quiere y que odia.
 
"De entrada, podríamos decir que Efraín Huerta es uno de los poetas más importantes de los primeros 70 años de la poesía en México, por dos razones: es compañero de un grupo de poetas posteriores a la llamada generación de Contemporáneos, pero también por la inclusión de temáticas no necesariamente presentes en la poesía mexicana, como el erotismo, el decididamente social y político, o el uso del sarcasmo, la ironía o la vulgaridad en su obra, que la hacen ser distinta a lo que entendíamos como poesía mexicana", en palabras de Israel Ramírez, de la Coordinación de Letras Hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
 
Diversas actividades
 
Una de las características de la obra de Efraín Huerta es el humor, incluso el sarcasmo con que solía abordar diferentes acontecimientos en sus textos periodísticos, de ahí que el homenaje planeado por diferentes instituciones en el centenario de su nacimiento haya apostado por ese sello lúdico.
 
"No estamos celebrando a una estatua inmóvil paralizada en la adoración, oficial o académica exclusivamente", a decir de David Huerta, "estamos celebrando a un poeta vivo, cuya obra está presente, la gente lo conoce, y es posible que lo conozca mejor todavía a raíz de esto".
 
Aunque hay actividades a desarrollarse hoy, en el día del centenario, el homenaje a Efraín Huerta empezó desde febrero pasado: hubo lecturas en voz alta en la UNAM, la Poesía completa se ha reeditado por el FCE y también hay ediciones conmemorativas, libros del poeta y de homenaje a su obra, que es de múltiples registros, en palabras de su hija, Andrea Huerta Bravo.
"Efraín era un hombre de muchas facetas, un poeta muy comprensible, le puedes entrar por donde se quiera, ya sea por los poemínimos o por la poesía política, la de amor o la erótica".
 
Efraín Huerta nació en Silao, Guanajuato; sus primeros años los pasó entre León y Querétaro, antes de llegar a la Ciudad de México, con la idea de estudiar en la Academia de San Carlos, aunque terminó estudiando leyes, donde conoció a quienes se convirtieron en amigos durante muchos años, como Rafael Solana, Alberto Quintero e, incluso, Octavio Paz.
 
Su primer libro fue Absoluto amor, aparecido en 1935, luego vinieron Línea del alba, Los hombres del alba, La rosa primitiva, La raíz amarga, aunque el Fondo de Cultura Económica recopiló su Poesía completa, editada por Martí Soler, con un prólogo de David Huerta.
 
Un poeta de la urbe, pero también del amor y de la crítica social, sin olvidar su crítica cinematográfica o sus textos periodísticos, de quien hoy se conmemora el primer centenario de El Gran Cocodrilo.
 
Lo mejor de la fiesta callejera en su honor
 
Miércoles
12 horas. Anfiteatro Simón Bolívar. Lectura de poemínimos y poemas sobre la Ciudad de México, así como dos actos musicales para voz y piano. Al final, el poeta David Huerta dará algunas palabras.
17:45 horas. Primera presentación de Definiciones de libertad, monólogo escrito por Nicolás Alvarado que rinde homenaje a Efraín Huerta en su centenario, a partir de la integración de diversos textos. Explanada del Palacio de Bellas Artes.
 
Jueves
19 horas. Centro Cultural Bella Época. Presentación de la Edición Facsimilar de Los hombres del alba, con la participación de Julio Trujillo, Emiliano Delgadillo, Ricardo Cayuela y David Huerta.
 
Domingo
12 horas. Kiosco de la Alameda Central. Se inicia la fiesta callejera El Gran Cocodrilo en avenida Juárez y Paseo de la Reforma, con un desfile coordinado por Gilberto Guerrero, director de la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT). Lo encabezará un alebrije-cocodrilo realizado por el Colectivo Última Hora, del Faro de Oriente. A partir de esa hora y hasta las 15:00 habrá música, lectura en voz alta y poemas musicalizados.

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