lunes, 2 de junio de 2014

La Costumbre de Vestirse. Sí, yo maté una muñeca inflable" de Saeed Pezeshki


Por: Roberto A. Valenciano Capín

Una obra que a pesar de ser una fuerte reflexión sobre la pena de muerte y la angustia que genera en el condenado, sacude y conmueve al tratar temas como esta conformidad de la forma de actuar a través del vestirte ante una sociedad, la violencia y la indiferencia.
 
Todo esto conlleva la puesta en escena que te desnuda y a la vez te hace cómplice,  "La Costumbre de Vestirse. Sí, yo maté una muñeca inflable", una obra contemporánea con la dramaturgia y dirección de Saeed Pezeshki
 
Desde esta contundente orden de una grabación de que alguien tiene que romper  el vidrio para iniciar este recorrido de escenas o trazos de vidas, un ejemplo de ello es lo es el pasar por esta escena de un hombre condenado, rondado por dos buitres que desean devorarlo, el absurdo convencionalismo de la rutina, la soez desfachatez de reírnos de la otredad a sabiendas que nos burlamos o flagelamos a uno mismo.
 
O que decir, de este pernicioso sistema de justicia, donde los documentos y la espera no logran solucionar nada, sino alude de forma infalible a la agonía del condenado a muerte.
 
No basta transmutarte las veces que quieras a través del cambio de vestimentas ya que al fin de cuentas tu identidad se diluye en ser un obtuso mirador de lo que no ocurre.
 
Así como una fehaciente demostración de una sociedad ipso facta en su propia esquizofrenia, en donde la vida y la muerte se tornan en un espectáculo que duele, así como una insoportable maquinaria donde la dignidad del hombre no existe a pesar de un discurso que le da cierta coherencia creada a través de esta muñeca de hule que representa sin mas el mismo tiempo. 

Sin lugar a dudas, una desafiante exposición que sin mas invade sin cortapisas este espacio privado, tu espacio para producir-te una complicidad a partir de la reflexión crítica sobre lo que ocurre en el mundo y ser expuestos a través de los castigos que se merecen los delincuentes en algunos países del mundo, inverosimilitud de la conciencia humana.
 
Así como también exhibirte impúdicamente en este mundo en donde los individuos son despojados de identidad, voluntad y deseo, para ser controlados por la impunidad misma creada por esta dualidad hombre/sociedad.

Un trabajo corporal como emocional muy bien resuelto por los actores aunado a una solvente dramaturgia, así como también  un interesante utilización de este mutable espacio que se transformó en: oficina, cuarto de ejecución, dormitorio, vestuario y el lugar de tu imaginario.
 
Una segunda producción del Centro de Investigación Escénica del Instituto Potosino de Bellas Artes (CIE), dirigido por el Mtro. Marcos Vieyra.
 
Un elenco conformado por Rafael Becerra, Daniela Saldierna, Pablo Nieto, Darío Álvarez, Ricardo Moreno e Irma Hermoso Luna.

Ante una variante de final del ejecutado, caos dentro de la ironía misma y el aplauso del público, anuncia este hálito de congruencia el director del CIE en esta última función de una exitosa primera temporada, el ser seleccionada para participar en este gran escaparate de teatro mundial, el Festival  Fringe en su cuarta edición que se llevara a cabo del 4 al 27 de julio en la ciudad de Matadero (Madrid).
 

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