jueves, 21 de agosto de 2014

Auge del teatro infantil

 
Por: Emiliano Balerini Casal
 
A pesar del bajo presupuesto que tienen respecto al teatro que se hace para adultos, de que no hay una muestra nacional de teatro infantil, un recinto cultural espacial para presentar montajes para niños y de que México no tiene una compañía nacional de teatro especializada en los pequeños, artistas y funcionarios, coinciden: el teatro para niños va a la alza.
 
Tan solo el año pasado, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la Secretaría de Cultura del Distrito Federal y el programa Alas y Raíces, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) recibieron en distintos recintos culturales, todos los sábados y domingos, alrededor de 43 mil, 30 mil y 50 mil espectadores, respectivamente.
 
En 2014, el INBA programó 14 agrupaciones que darán entre 12 y 28 funciones cada una. Además, anualmente, hace un Maratón de Teatro para niños en el que participan otras 14 compañías, dice Marisa Giménez Cacho, subdirectora del Programa de Teatro para Niños y Jóvenes de ese organismo.
 
El Sistema de Teatros del Distrito Federal presentó 12 obras que dieron 90 funciones entre enero y junio de este año, logrando hasta el momento una asistencia de poco más de siete mil personas, explica Ángel Ancona, titular de esa dependencia.
 
Alas y Raíces proyectó a 31 compañías que fueron escogidas por medio de una convocatoria pública y nacional a la que se inscribieron 200 propuestas escénicas, menciona Edwin Trujeque Woods, secretario Ejecutivo de ese programa de Conaculta.
 
Los datos, sin embargo, contrastan al compararse con lo que estas mismas dependencias destinan anualmente en materia de teatro para adultos. En 2013, por ejemplo, la Coordinación  Nacional de Teatro (CNT) del INBA tuvo una asistencia de 138 mil 766 personas en puestas en escena para mayores de edad. En los meses que llevamos de 2014, solo en el Distrito Federal, esa misma dependencia presentó 51 obras para adultos con 553 funciones. Hasta el 20 de julio acudieron 81 mil 319 personas. En los montajes para niños hay una diferencia sustancial: de enero a julio han acudido 23 mil 842 personas a ver las 185 puestas en escena en la materia, informa la oficina de prensa de la CNT.
 
El Sistema de Teatro del Distrito Federal programó el primer semestre del año a 76 compañías para adultos, que dieron 463 funciones en los recintos culturales controlados por esa dependencia: Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, Teatro Sergio Magaña, Teatro Benito Juárez, Foro A Poco No y diferentes espacios alternativos, a las que acudieron 47 mil 18 personas a, recuerda el titular de esa institución. El año anterior, la misma dependencia programó durante el año 202 obras para adultos, con 967 funciones para adultos, a las que acudieron 123 mil 748 asistentes. En cambio se montaron 44 puestas en escena para niños que dieron 311 funciones y a las que llegaron 30 mil 357 personas, dice Ángel Ancona.
 
En crecimiento
 
Lucio Espíndola, director y fundador de la compañía de teatro Marionetas de la Esquina, atiende a los alumnos del Taller de Títeres que da los miércoles en el Centro Cultural La Titería. La misma paciencia dedicada a esas ocho personas que escuchan sus consejos, es la que lo ha llevado a ser uno de los decanos del teatro para niños en México.
 
Con más de 40 años de experiencia, junto a su mujer Lourdes Pérez Gay, han conformado una de las agrupaciones teatrales más relevantes de las últimas décadas en México. En medio de su intensa actividad, se da el tiempo para platicar de su pasión: el teatro para niños, y de reafirmar que, a pesar de los inconvenientes a los que suelen enfrentarse como compañía

—actualmente no tienen la beca México en Escena, por ejemplo—, salen adelante como sea y de todas formas.
 

¿Crees que en los últimos años ha crecido el teatro para niños?
En general ha crecido la oferta, la demanda, la calidad y la cantidad. Digo en general porque tiene sus particularidades. En este país estamos acostumbrados a que el teatro para niños sea casi subvencionado. Las mayores programaciones son auspiciadas por entidades federales. Esto obliga a que la programación dependa de los criterios, las voluntades y los gustos de los funcionarios públicos, así como de la disponibilidad de recursos.
 
¿A qué se debe el interés por este tipo de teatro?
El interés de la demanda es consecuencia del interés que ha tenido la oferta. Desde los años setenta hasta ahora ha habido un avance con mayor o menor celeridad y resultado. Recuerdo épocas esplendorosas de alcance nacional, lo que permitió el crecimiento de ambas partes: la oferta y la demanda.
 
¿Qué crees que le hace falta al teatro para niños en la actualidad?
Apoyo. Tendrían que acompañarse, estimularse y financiarse programas de los creadores de teatro para niños. Hoy es mucho más fácil llegar a los padres de familia.
 
Hacia una Compañía Nacional de Teatro para Niños
Sería estupendo. Todo lo que agregue, sume y promueva, lo recibo con alegría. Carmen Luna, gestora de la compañía de teatro La Trouppe, coincide con Espíndola en la necesidad de crear una compañía nacional de teatro para niños. Incluso, dice: “Nosotros presentamos un proyecto a las autoridades del INBA el año pasado y nos dijeron que no era el momento. Nuestro planteamiento era que se hiciera algo similar a la Compañía Nacional de Teatro”.
 
Emiliano Cárdenas, director artístico de la compañía Triciclo Rojo, sin embargo cree que el problema de tener una compañía nacional de teatro para niños, es un tema polémico porque se debe llamar a varios actores a coordinarse: Estado, directores, dramaturgos, actores, bailarines; y crear una línea de producción para niños: “Si creas una compañía nacional tendrías que hacer una agrupación similar de danza y música, y aunque estarías hablando de brindar una atención especializada a un sector del público, sería algo difícil de estructurar. Una pregunta que habría que hacerse es cuánto presupuesto vas a otorgar para que se cree esa compañía, siendo que ese dinero lo podrías distribuir entre las agrupaciones experimentadas o nuevas, o en la creación de espacios que ofrezcan una sinergia entre las compañías y la creación independientes de espectáculos para niños. La propuesta no es descabellada, pero habría que subir la incentivación de la creación de espectáculos para niños”.
 
En lo que sí coinciden los tres dramaturgos es en la necesidad de crear una muestra nacional de teatro infantil —además de las cinco regionales que ya existen— que no solamente sirva para presentar obras relacionadas con los niños, sino que permita crear debates, mesas redondas, discusiones y coloquios en torno al desarrollo de este tema.
 
Luna también piensa que ha aumentado el interés por el teatro para niños: “En años anteriores, cuando íbamos con las instituciones a presentar nuestras obras nos solían responder: ‘hay si son payasitos pónganse ahí y hagan un número’. Ahora, en cambio, ya te creen que puedes llenar un teatro, que la gente va a pagar un boleto para ir a verte”.
 
¿Crees que ha evolucionado el teatro para niños en los últimos tiempos?
El movimiento de los 70 del teatro independiente fue la semilla de lo que estamos viviendo ahora. Las compañías empezamos a empujar exigiendo con nuestro trabajo la necesidad de abrir espacios para el teatro que hacemos.
 
Los que contratan y pagan
El mayor problema al que se enfrentan las compañías de teatro para niños son los bajos salarios que perciben por sus presentaciones, respecto a las agrupaciones de teatro para adultos: ¿Quién los contrata? ¿Quién les paga? ¿Cuánto cobran por alguna de sus producciones escénicas? Son algunas de las preguntas que rodean a los grupos mexicanos.
 
“Cada dependencia pública tiene tabuladores para pagarles a las compañías y actores. El INBA, por ejemplo, considera actores A, AA, AAA; directores A, AA y AAA, pues no es lo mismo un director egresado de la Escuela Nacional de Arte Teatral, que presenta su segunda propuesta, que Claudio Valdés Kuri, Mauricio García Lozano o José Caballero. No se puede tratar a todos con el mismo rasero”, comenta Marisa Giménez Cacho.
 
¿En promedio qué presupuesto piden las compañías de teatro infantil?
Depende. Si tú tienes un proyecto hecho y lo único que quieres es dar funciones y pagar nómina de actores y remontage de escenografía es muy distinto a hacer un proyecto desde cero. A veces tienes que pagar traducciones de texto, diseño, escenografía, iluminación, vestuario y las funciones. Una cosa es que me pidas un presupuesto para dar 20 presentaciones con una producción ya hecha y otra con una producción nueva. Entonces habrá que preguntarse también a qué teatro vamos: al Julio Castillo o a la sala Xavier Villaurrutia, pues las necesidades de cada espectáculo varían. Hay obras de 200 mil, 300 mil y 450 mil pesos.
 
¿El INBA negocia la taquilla con las compañías que se presentan?
Sí, por supuesto; 90 por ciento de la taquilla se va para las compañías de teatro para niños y jóvenes. Este 90 por ciento se redondea con el presupuesto de la obra. Si tú compañía me pide 650 mil pesos para una obra nueva en el Teatro Julio Castillo, y yo te digo que por contrato solo te puedo dar como máximo 450 mil pesos, nos apoyamos en la taquilla, pero sí ese dinero restante no lo recuperamos, no es problema del INBA.
 
El tabulador de Alas y Raíces es distinto: “Estamos entre los seis mil 500 pesos hasta los 18 mil pesos aproximadamente, que pueden cambiar dependiendo cuántos actores tenga la obra, la trayectoria de la compañía y los artistas”, explica Trujeque Woods.
 
Anualmente, Marionetas de la Esquina realiza entre 80 y 140 funciones. Según Lourdes Pérez Gay, codirectora de la agrupación, mínimo necesitan obtener 200 mil pesos al mes para mantenerse.
 
¿Dónde suelen presentarse más?
En 2013 tuvimos 81 funciones en Estados Unidos. Hemos estado en Nueva York, Washington, Miami y distintas ciudades de California, entre otros lugares. Este año haremos 14 funciones en la Brooklyn Academy Music.
 
¿Cuáles son los lugares más emblemáticos que han visitado en Estados Unidos?
El Adrienne Arts Center nos invita cada año. En 2016, Amaranta Leyva, dramaturga de la compañía, estrenará una obra ahí. En 2012, el Kennedy Center de Washington nos invitó a presentar por primera vez el montaje: El sueño de la bella durmiente. 
 
Triciclo Rojo hace unas 20 giras anuales, a lugares como Tijuana,  Culiacán o cerca del Distrito Federal. La agrupación, dirigida por Emiliano y Natalia Cárdenas, puede llegar a cobrar en un festival en el extranjero alrededor de los 60 o 70 mil pesos: “Le pusimos precio a cada obra, porque realmente tenemos gente trabajando a nuestro alrededor. Nosotros hemos crecido porque hemos decidido cobrar lo mismo por cada producción. Esto lo hacemos porque trabajamos todos los días en función de un sistema”, cuenta Emiliano.
 
La Trouppe, por su parte, desde 1984 decidieron tener una temporada fija al año en un Teatro de la Ciudad de México: “Nuestra primera temporada, con la obra El rompecabezas, fue hace 30 años en el teatro Julio Jiménez Rueda”, explica Carmen Luna.

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