Por: Judith Álvarez
Cual metáfora de la matríz, espacio que donde se
gesta, fecunda y reclama el entorno de lo simbólico, de lo onírico a la
realidad…y de regreso. Mente y subconsciente
se abrazan en una amalgama de
danzas como espejos de la vida, de la
niña, la pareja, los amigos, los grupos, toda la humanidad integrada en flashes
de emociones intensas;así fue la función presentada por la Compañía Nacional de
Ecuador que dirige María Luisa González.
En la segunda
semana de la XXXIV Festival
Internacional de Danza Contemporánea Lila López el público abarrotó
nuevamente el Teatro de la Paz solo para
interactuar con la cadena de emociones de amor, angustia, alegría, humor,
fortaleza, ilusión, miedos…A similitud de universos paralelos los espectadores se
sintieron atraídos y sorprendidos por cada escena del montaje titulado: “Una
puerta”. Metacomunicación que sólo es posible cuando se integran varios
elementos en una obra estética
Se colocó una
gran pantalla al centro y fondo del escenario, con cortinas rojas enmarcándolo,
simulando un telón …la escenificación inmersa en sí misma. Con música de varias
bandas electrónicas como la israelita Balkan Beat Box, Hugher Le Bars,
alternando con un Brian Eno o un clásico Shubert, fueron turnándose una a una
la piezas coreográficas dando un sentido ecléctico a la función.
Apoyados también
en proyecciones en ese
muro-pantalla que sostenía
la puerta, animaciones, videos y sonidos que dibujaron o reprodujeron los
anhelos o miedos traducidos en un gran corazón, una mano gigante que atrapa a
una mujer, un ramo de flores, un perro ladrando, una parvada de pájaros
atacando al estilo Hitchock y hasta una serie de Mandalas . Mujeres y hombres
salían detrás del artefacto que dividía su consciente del subconsciente.
Danzaron solistas o en grupos. Atinada iluminación producía el efecto de
conectarse anterior o posterior con la realidad. Simultáneos efectos de
conmoción, impacto, sorpresa, agrado e impresión entre los asistentes.
La escena de la
pareja además de bailar con un gran nivel técnico introducen el arte de los
mimos con vasta expresividad en sus rostros. Eso también logran ejecutar tres
bailarines hombres en otro turno realizando una dinámica de intercambiar un
saco y un sombrero. Disciplina que implica mucha coordinación para alcanzar el
efecto deseado de magia visual.
Esa misma
sensación se logra en la propuesta de proyectar mandalas sobre ese muro
–puerta, de donde nacen criaturas
sutiles, las cuales se mueven en círculos en el escenario, se integran y se
desplazan para finalmente retornar a fundirse en los maravillosos colores de la
joyas psicodélicas.
Previo al desenlace,
se repiten breves fragmentos de cada uno de los capítulos de la obra, en un
estilo circular. ¿Quién o qué impide que la mente reaccione ante tanta
esquizofrenia social? La psiquis empuña y desarrolla mecanismos de defensa
salvándose del caos, de la indiferencia y vacío de sentido humano…más que
humano, diría Nietzche.
En otra
danza , el cuerpo de baile se desplaza
con giros, cargadas, abrazos y desprendimientos … alternando movimientos
sobre sillas que incorporan, mueven o
brincan en diferentes direcciones, para finalmente promover una a una de las
personas a de hacer algo con el objetivo:
una puerta, mientras escalan el muro que la enmarca en un intento de cubrirla,
desaparecerla…trascenderla.
El despliegue
coreográfico, insistimos fue posible por
las excelentes interpretaciones tanto dancísticas como teatrales, se mantiene
una carácter homogéneo de calidad en todo el grupo, buen nivel técnico que en conjunto
con los demás elementos se logra el
proyecto artístico. El público premia complacido con prolongados aplausos. El
acto de reciprocidad siempre es mágico.
Sin demora…en menos de sesenta minutos, la Compañía
Nacional de Danza de Ecuador lleva de la mano a toda alma, abordaje intensivo
de los más recónditos sentimientos. Sin
pretensiones, sólo con la honestidad, entrega, técnica, belleza, respeto y
admiración al
quehacer que
realizan, al trabajo que como forma de vida ofrendan en cualquier espacio donde
se presentan por el mundo.
Se confirma que
la gente profesional no requiere grandes
montajes o presupuestos para demostrar
el talento, vocación, respeto y compromiso con la danza. Mediante una interiorización
desde su entrenamiento, sus dinámicas cotidianas y cómo resuelven a través de
cada montaje, conquistan el espacio diseñado como su nombre lo indica,
internacional..otro nivel. Potencializan las ideas, impactan en el auditorio ejercitando esa gran
facultad humana de hacer sentir en una escala de valores estéticos
Gente
sudamericana viajó con alegría miles de kilómetros para ofrecerse en
regalo…espejos metafóricos a través de sus danzas románticas, humorísticas,
pasionales, contemporáneas o nueva era. Ejercicio saludable que es importante
reconocer.
Fue una
experiencia que más allá de las fronteras y su cultura, de manera simple, lograron atrapar al espectador en el disfrute constante, en el
goce permanente. Hay equilibrio en la
creatividad, despliegue técnico de gran nivel en cada ejecución, ausencia de monotonía, siempre
sorpresa, total empatía.
Pasión y realidad en una gran trayectoria de
la directora María Luisa González, quien como ente inteligente lleva
siempre el compromiso social de promover la danza, como forma de desarrollo
de los pueblos y la importancia de formación de públicos cada vez más
heterogéneos, sin perder la mística de divertir, de gozar el arte.
Así, con la agraciada presencia de este grupo,
con la sencillez y calidez que caracteriza a la gente latina, los visitantes de
la región media del terráqueo se hermanaron nuevamente con esta raza de bronce. Una noche también cálida
y afortunada que permanecerá de forma atemporal como testimonio de una de las
mejores presentaciones de esta edición del Lila López-
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