Como siempre es bienvenida cuando llega con toda esa gentileza y bonhomía que se congrega en un buen planteamiento musical a través del llamado arte de la improvisación, en la que su autor busca despertar la sensibillidad y emociones de su público, es lo que nos presentó el proyecto Cantera Jazz del bajista potosino Eduardo Fierro Belmares.
Una noche en que hizo vibrar al público que se dio cita en este foro de presentaciones en esta XVI edición de la Feria del Libro Infantil y Juvenil, el cual estuvo permeado por esta magia y sensibilidad que fue compartida a través de esta explosividad a partir de esta sustancial simbiosis del funk con el jazz, así como conjugarse con este infalible toque potosino y raíces mexicanas, aunado a la infalible experiencia de 20 años de hacer música.
Para volverse sin mas en una grata experiencia, con mucha fluidez, energía a través de esta forma particular de exploración musical y sensitiva. En donde indudablemente a pesar de la sencillez misma que parece ser este arte de la improvisación, redunda este concepto de libertad que ha y han permitido a la vez encontrar esta forma de no solo disfrutar sino hacerlos parte sustancial de esta travesía.
Al conjuntarse con esta fraternidad y este imprescindible diálogo con sus compañeros musicales en este actual transitar creativo: Aldo Nava Vázquez en la batería y Tato Cossío en la guitarra, quienes sin cortapisas deleitaron y cautivaron al público asistentes por crear esta empatía no solo sonora sino ofrecernos en esta sesión jazzística, piezas que integran su primer trabajo discográfico homónimo, como: - Stratus-, - Barón Rojo-, -Danzón de Juanita-, D-Code-, así como ofrecer y compartir una nueva pieza que formara parte de lo que será su segundo trabajo: - Paco Jazztorius-.
De esta manera quedar demostrado la vocación, su fuerza y su expresividad, aunada con esa sensación profunda que se puede crear jazz de buena calidad y propositiva, una extensión de estos estupendos ejecutantes, así como buscar diseminar y buscar una permanente interacción con los escuchas a través de las metáforas y poética musical logradas por este trío.
Jazz desde este tunal grande, San Luis Potosí.
Para volverse sin mas en una grata experiencia, con mucha fluidez, energía a través de esta forma particular de exploración musical y sensitiva. En donde indudablemente a pesar de la sencillez misma que parece ser este arte de la improvisación, redunda este concepto de libertad que ha y han permitido a la vez encontrar esta forma de no solo disfrutar sino hacerlos parte sustancial de esta travesía.
Al conjuntarse con esta fraternidad y este imprescindible diálogo con sus compañeros musicales en este actual transitar creativo: Aldo Nava Vázquez en la batería y Tato Cossío en la guitarra, quienes sin cortapisas deleitaron y cautivaron al público asistentes por crear esta empatía no solo sonora sino ofrecernos en esta sesión jazzística, piezas que integran su primer trabajo discográfico homónimo, como: - Stratus-, - Barón Rojo-, -Danzón de Juanita-, D-Code-, así como ofrecer y compartir una nueva pieza que formara parte de lo que será su segundo trabajo: - Paco Jazztorius-.
De esta manera quedar demostrado la vocación, su fuerza y su expresividad, aunada con esa sensación profunda que se puede crear jazz de buena calidad y propositiva, una extensión de estos estupendos ejecutantes, así como buscar diseminar y buscar una permanente interacción con los escuchas a través de las metáforas y poética musical logradas por este trío.
Jazz desde este tunal grande, San Luis Potosí.
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