viernes, 2 de enero de 2015

Un ave fénix que se reinventa: Festival Nacional e Internacional de danza contemporánea Oc`-Ohtic. Última entrega




Fotos: Cortesía Karla Rodríguez Torres/ Festival de danza Oc`- Ohtic.
Por: Roberto A. Valenciano Capín


"La percepción nos acerca al conocimiento del mundo. En mucho dependemos de lo que la visión de nuestro entorno nos dé, o de que sea satisfactorio el contexto en donde nos desarrollemos. Así podemos comprenderlo, juzgar las cosas que nos son útiles". Carlos Correa Ceseña.
 
Es así como esta vigésima edición del  Festival Nacional e  Internacional de danza Contemporánea  OC’-OHTIC (LO BAILAMOS, LO DANZAMOS) da su último vuelo a través de esta ave fénix que se envuelve en su propio danzar.

En esta sesión de virulizar de danza a los municipios, dio la bienvenida a este hecho histórico, el ex telar -La Aurora- en la colonial Valladolid, un danzar contemporáneo a través de la presentación de la propuesta coreográfica -Perros rosas ( a day in the life ). Segunda parte de la trilogía VIDA  de Vicente Silva Sanjines. Compañía de danza.

Una obra que aborda a partir desde una perspectiva muy singular, el comportamiento animal, lo cual conlleva una relación ancestral entre el amor, el odio, el deseo, las malas y las buenas costumbres entre dos seres que lo mismo se aman, lo mismo se odian sin dar ni ofrecer tregua.

Llena de estas pulsaciones, gracias a una sólida estructura narrativa  que se detenta en el oficio del coreógrafo, al quedar de manifiesto también la solidez en el manejo  de una estructura compositiva concebida en esta ocasión en solos y duetos, a pesar de  apostarle sin cortapisas a este despliegue de   emociones a flor de piel,  para así conjugarlo con esta constante búsqueda de metáforas en movimiento, la belleza de las imágenes y con una línea estética bien definida.

Aun cuando forma parte de esta trilogía -Vida-, queda confirmado que es un canto de esperanza con personajes en pleno movimiento.


 
Un Perros rosas ( a day in the life ) quien también compartió esta  experiencia dancística tanto con la comunidad carcelaria como sus familias.

Un auditorio que se convirtió en una zona de danza, en donde se convirtió en una inigualable experiencia tanto para los bailarines como el público presente, no solamente quedo en este trabajo coreográfico, sino también compartir esta experiencia de vida de del Mtro. Vicente Silva Sanjínes, al proyectar un  fragmento de un histórico video que resume un taller de introducción a la danza que se ofreció en las Islas Marías, el cual fue impartido hace veinte años. 

A través del mismo, el Mtro. Silva Sanjínes demuestra que el arte puede transformar a las personas y se puede lograr este reinserción a la sociedad.


Sin lugar a dudas, un arte corporal que se pulso con gran talante en estos nueve días, al quedar de manifiesto y trasminarse a través de estas palabras llenas de emoción y satisfacción de su directora Graciella Torres Polanco, en su discurso de clausura.

 
" La XX emisión del Festival Nacional e  Internacional de danza Contemporánea  OC’-OHTIC (LO BAILAMOS, LO DANZAMOS) 2014, significa este festival como una euritmia de la danza es algo que ha dejado historia y ha quedado en la memoria de quienes aquí se dieron cita y lo vivieron, no alcanzan las palabras para mencionar lo plena y satisfecha por los logros obtenidos durante este ciclo danzario, en donde brillaron sus diferentes sedes".
 
 
"Con la dificultad que esto implica el festival se atrevió a la conquista de cuatro tribunas alternas, estos fueron los municipios de Motul, Progreso, Izamal y Valladolid, logrando su objetivo de proyectar a la  danza contemporánea e interesar a los lugareños".
 

Como se ha mencionado, este Festival OC’-0HTIC es la suma de esfuerzo de diferentes instituciones e instancias: El  Gobierno del Estado a través de la Secretaria de la Cultura y las Artes en colaboración con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Bellas Artes, por medio de la Coordinación Nacional de Danza, la Red Nacional de Festivales y la Red Sur Golfo, se han unido para presentar esta vigésima edición del Festival Nacional e Internacional de Danza Contemporánea Oc’-Ohtic (lo bailamos, lo danzamos).




Para cerrar con broche de oro esta vigésima edición con la presentación de la Cebra Danza Gay bajo la dirección del Maestro, bailarín y coreógrafo  José Rivera Moya.
 
Al ofrecer un programa diametralmente opuesto a lo ya conocido por muchos de los meridanos, con un discurso coreográfico en donde predominaba toda esta fastuosidad y de este flamígero mundo de las lentejuelas, tacones, altanería de la comunidad homosexual.

Para presentar en esta noche de clausura, una apuesta creativa que incide en la pulcritud en esta exploración entorno a estos universos más íntimos, más profundos  que convergen a esta comunidad, sin olvidar su militancia, ya que no hay que olvidar que desde su origen, la compañía de Rivera ha exhibido en sus obras la homofobia, la estigmatización y la discriminación en contra de personas portadoras de VIH; los asesinatos de travestis, la soledad y el destino trágico de seres marginales que, hermanado a un festejo sin fin, determina  la composición “patética” de las coreografías que muestran a una sociedad siniestra.
 


Un  discurso dancístico más maduro y más intimo, a pesar de seguir predominando esta poetización de lo trágico, pero con este plus que incide y a la vez provoca estas instancia de dolor/ ausencias sean también ya parte de la otredad, reflejados a través de esta potente y sísmica coreografía o coreodrama -Retomada, la pasarela del VHI (2011)-.

 
Para ser contrastado, tanto con lo festivo como lo doloroso y ser expuesto de una manera categórica  en - mujer como cualquiera- o, bajo este hálito de este diálogo entre lo lúdico con la formalidad en - estudio sobre el número cinco ( sicinco), forma parte  de la obra: Bailemos a Mozart por los ángeles que se han caído-.

 No todo transito bajo una supuesta subyugante efectividad dramática, sino más bien, bajo este exponerse sin cortapisas, para  decir que el dolor es compartido,  así como resaltar la vulnerabilidad, al ser expuesto en -es que me falta el rojo-, y -danza del mal amor o mejor me voy-
 

Para finalizar esta noche de danza, con este despliegue a través de un discurso no solo coreográfico sino de vida, que indudablemente pega directamente en la conciencia y duele, al ser trazado a través de este lienzo en el que  se expresa de manera vívida dolor, tristeza, nostalgia y soledad, no solamente a través de estos personajes y sus acartonados sobrenombres sino, de estas personas que reclaman con justo derecho este derecho a existir.

Para sin más transformarse de este tono dramático en este infalible  lado festivo,  este delirante universo imaginario por Rivera que converge una vez más en este discurso incómodo del artista indomable que retumba en las conciencias, a pesar de este magnánimo aplauso del respetable que se dio cita a este histórico testigo del quehacer dancístico como es el Teatro Armando Manzanero, que para mucho sigue siendo el Teatro Mérida. 

 
De esta manera, queda confirmado de un Oc´-Ohtic que ha logrado permear en cuanto a esta apropiación y propiciar que la danza contemporánea se suceda en cada noche meridense, así como constatar, que estas luminarias que iluminan y secundan la mira de lo que dicen, lo que se cuenta y mira lo que  se hace.
 
Salud y por veinte años mas de este lo bailamos, lo danzamos. Oc`-Ohtic, desde estas terras yucatecas.

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