domingo, 8 de marzo de 2015

Galardonan a Fernando del Paso en Yucatán

 
Por: Virginia Bautista
 
El escritor Fernando del Paso (1935) evocó la patria de tres o cuatro ríos y diez lugares por los que daría la vida el poeta José Emilio Pacheco (1939-2014), según lo manifestó en los versos de Alta traición (1966), pero también expresó su preocupación y tristeza por la violencia y la corrupción que parecen “desmoronar” ese país idílico al que se refirió su amigo.
 
Risueño, de saco color naranja y pantalón negro, el novelista, dramaturgo, ensayista y diplomático rompió ayer el silencio que había guardado durante dos años, tiempo en que enfrentó diversos infartos al cerebro que le atrofiaron el habla y la motricidad, para leer en voz alta el discurso que preparó para recibir el tercer Premio Excelencia en las Letras José Emilio Pacheco.
 
 
Ante un auditorio repleto y un presidum integrado por 14 representantes de distintas instituciones, el autor de Palinuro de México entabló un diálogo ficticio con Pacheco lleno de
cuestionamientos.
¿Qué vamos a hacer, qué se puede hacer con veintitrés mil desaparecidos en unos cuantos años? ¿O son veintitrés mil cuarenta y tres? ¿Y cómo sabemos quiénes son culpables? ¿O vamos a fabricar culpables por medio de la tortura, como es nuestra costumbre?”, señaló.
 Quiero decirte que hoy también me duele hasta el alma que nuestra patria chica, nuestra patria suave, parece desmoronarse y volver a ser la patria mitotera, la patria revoltosa y salvaje de los libros de historia”, comentó.
Quiero decirte que a los casi 80 años de edad me da pena aprender los nombres de los pueblos mexicanos que nunca aprendí en la escuela y que hoy me sé sólo cuando en ellos ocurre una tremenda injusticia; sólo cuando en ellos corre la sangre: Chenalhó, Ayotzinapa, Tlatlaya, Petaquillas.... ¡Qué pena, sí, qué vergüenza que sólo aprendamos su nombre cuando pasan a nuestra historia como pueblos bañados por la tragedia!”, agregó.
Tras recibir el reconocimiento dotado con cien mil pesos de manos de las escritoras Cristina Pacheco y Elena Poniatowska, Del Paso añadió: “¿Qué hicimos, José Emilio, de nuestra patria. A qué horas y cuándo se nos escapó de las manos esa patria dulce que tanto trabajo les costó a otros construir y sostener?
Sí, dime cuándo empezamos a olvidar que la patria no es una posesión de unos cuantos, que la patria pertenece a todos sus hijos por igual: no sólo a aquellos que la cantamos y que estamos muy orgullosos de hacerlo: también a aquellos que la sufren en silencio”, señaló.
El autor confesó que ha sido un mal lector de la obra de Pacheco. “Pero ahora estoy dispuesto a llenar este vacío con el recuerdo de tus palabras. Cuando me enteré que había sido honrado con el premio que lleva tu nombre, José Emilio, una andanada de recuerdos se me vino encima. Éramos muy jóvenes y teníamos toda la vida por delante y toda la patria... Éramos jóvenes, sí, y teníamos una enorme responsabilidad que cumplir: la de cuidar el patrimonio que habíamos heredado y cuya integridad se ha visto amenazada tantas veces.
Dime, José Emilio: ¿cumplimos? Hoy que el país sufre de tanta corrupción y crimen, ¿basta con la denuncia pasiva? ¿Basta con contar y cantar los hechos para hacer triunfar la justicia? ¿Es ético aceptar premios por nuestra obra y limitarnos a agradecerlos en público, como lo hago en estos momentos? No lo sé. Pero vale la pena plantear si nuestra posición sirve para algo”, apuntó conmovido.
 
Del Paso le detalló al autor de No me preguntes cómo pasa el tiempo que “estoy viejo y enfermo, pero no he perdido la lucidez: sé quién soy, quién fuiste y sé lo que estoy haciendo y lo que estoy diciendo. Lo único que no sé es en qué país estoy viviendo. Pero conozco el olor de la corrupción; dime, José Emilio: ¿a qué horas, cuándo, permitimos que México se corrompiera hasta los huesos? ¿A qué hora nuestro país se deshizo en nuestras manos para ser víctima del crimen organizado?”, aseguró.
No sabes qué triste estoy. Acepto el premio que tiene tu nombre, porque sé que se me da de buena fe, no sin subrayar que lo más importante en la vida no es recibir galardones —aunque se merezcan—, sino denunciar las injusticias que nos rodean”.
Pero Del Paso no quiso que en la entrega del premio, que antes recibieron Pacheco y Poniatowska, todo fuera tristeza y cerró su participación con unas palabras en maya y una broma. “Y por si acaso mis palabras no hayan sido suficientemente explosivas, termino con una auténtica bomba: ‘En la esquina de un estanque/ había un sapo/ lo quise agarrar/ pero se me escapó/’”.
 
 
Leer, valioso marcador de madurez
 
 
“La lectura es democratizadora. Una sociedad que lee es menos vulnerable y más participativa”, afirmó ayer José de Jesús Williams, rector de la Universidad Autónoma de Yucatán. En la ceremonia de inauguración de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey) 2015, presidida por el gobernador de la entidad, Rolando Zapata Bello, el rector de la casa de estudios que organiza desde hace cuatro años esta “fiesta de las letras” dijo que la iniciativa propone un paréntesis de reflexión sobre el hábito de la lectura.
 
 
“Queremos que la Filey nos orille a leer de manera insalvable. Leer no mejora el futuro económico, pero es un valioso marcador de madurez”, agregó.
 
 
Con la UNAM y el GDF como invitados de honor, pero sin la presencia del rector José Narro y el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, ayer arrancó el encuentro que ofrecerá hasta el 15 de marzo el catálogo de más de 140 sellos y decenas de actividades.
 
 
Estela Morales, coordinadora de Humanidades de la UNAM y representante de Narro, destacó que el principal objetivo de una feria de este tipo debe ser la generación de lectores. “Los libros no tienen barreras y nos abren las ventanas a todas las ideologías y pensamientos. No se crean lectores por decreto, sino practicando la lectura”, comentó.
 
 
Mara Robles, titular de Educación del DF, dijo que, a través de su stand y sus actividades, el GDF mostrará las múltiples lecturas que tiene una ciudad “interminable, diversa y compleja”.
 
 
Además de Cristina y Laura Emilia Pacheco estuvieron en la inauguración el escritor Vicente Quirarte. Ni la ligera llovizna vespertina evitó la gran afluencia de familias que acudieron a recorrer los pasillos de la feria y al concierto de apertura

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