martes, 17 de marzo de 2015

“La música ha sido mi tabla en el mar de la transexualidad”: Morgana


Morgana es una cantante de ópera transgénero y la protagonista de 'Made in Bangkok', el documental que ganó el premio de la prensa en el Festival de Cine de Guadalajara
 
Por: Eugenia Coppel

Entró al Conservatorio de Guanajuato como Saúl, y salió, siete años más tarde, como Morgana. Su sueño era convertirse en una estrella del pop, como Lucero o Thalía o Paulina Rubio. Pero sus papás le exigían un título y la opción más cercana era cursar una licenciatura en cantante de ópera. Lo que al principio fue un trámite universitario, se convirtió después en el vehículo para que Morgana alcanzara el que en realidad era su sueño más grande: someterse a una cirugía de reasignación sexual.
 
 
Flavio Florencio encontró a Morgana en un bar de travestis en la Ciudad de México. Ella había retomado su carrera en la música comercial y él buscaba una historia para filmar su ópera prima. El cineasta argentino estaba interesado en abordar el tema de la transexualidad, pues quería entender la razón por la que las personas del tercer sexo podían ser tan aplaudidas de noche y tan discriminadas de día.
 
 
En uno de sus recorridos por las cantinas trans del centro, Flavio se topó con Morgana en un escenario. Quedó cautivado por su voz, que aquella vez cantaba alguna pieza en alemán antiguo, y la esperó para hacer una entrevista al terminar el show.
 
 
Ella le contó cómo se había ido transformado de hombre a mujer, cómo la habían corrido de su casa en San Miguel de Allende, y cómo pensaba seguir luchando para que le quitaran el pene y le construyeran una vagina. Morgana había investigado que los mejores cirujanos estaban en Tailandia y que la intervención costaba 9 mil 500 dólares.
 
 
"Empecé a filmarla y terminamos en Bangkok", cuenta el cineasta mientras le echa una mirada cómplice a la protagonista de su película, apenas unos minutos después de enterarse que ganaron el premio de la prensa al Mejor Documental en el Festival de Cine de Guadalajara.
 


Morgana sabía que cantar en un antro los viernes nunca iba a ser suficiente para hacerse la operación. Por eso decidió inscribirse en uno de los más prestigiosos concursos de belleza de mujeres transgénero, que se realiza, precisamente, en Tailandia. Su intención era convertirse en Miss International Queen 2012 para ganar los 10 mil dólares del premio y meterse al quirófano. Mandó su foto y la aceptaron como representante de México.
 
 
Ya para entonces, Florencio la seguía a todos lados con la cámara en mano, así que el cineasta y la Miss México transexual cruzaron juntos el Pacífico con un pequeño equipo de producción. En el documental Made in Bangkok se ve a Morgana y a sus competidoras de todo del mundo mientras se preparan en la lucha por la corona: en el desfile de trajes típicos, en la sala de maquillaje, en los chismes de pasillo y en el concurso de talentos.
 
 
El de Morgana, claro, era la voz. Y cuando llegó el gran día cantó Bésame mucho en una versión casi operística, como había aprendido en el Conservatorio.
 


En sus ratos libres en Bangkok, Flavio Florencio se dedicó a visitar al Doctor Preecha, que según Morgana es el "Einstein de la cirugía de reconstrucción sexual". Su fama se debe a su técnica, que deja intactos los nervios que permiten sentir placer. El cineasta le contó al doctor tailandés la historia de Morgana: una talentosa cantante mexicana que desde los cinco años rezaba para que Dios la convirtiera en mujer.
 
 
Al final, Miss Filipinas le robó a Morgana el título de reina de belleza, pero la suerte quiso que el Doctor Preecha fuera un filántropo y un apasionado de la ópera. Gracias a su carisma y a su voz privilegiada, la cantante se operó en Tailandia sin ningún costo para ella.
 
 
"La música definitivamente ha sido mi salvavidas, mi tabla en el mar agitado de la transexualidad", dice Morgana, de 34 años, en su hotel de Guadalajara.


Han pasado poco más de dos años desde la operación, y Morgana asegura que le ha cambiado la vida. Dice que recuperó la paz interior, porque antes pasaba demasiado tiempo tratando de ocultar los órganos sexuales con los que nació: "Me veía al espejo y veía una deformidad; ahora todo fluye y tengo las preocupaciones de cualquier persona".
 
 
Y ahora, que ha visto que los sueños se cumplen, Morgana empieza a componer sus propias canciones para grabar un disco en un futuro cercano. Aún piensa que es posible convertirse en una estrella del pop, como como Lucero o Thalía o Paulina Rubio.

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