Por: Roberto A. Valenciano Capín
Con motivo de esta doble concelebración, como es el apoyo en la reconstrucción del Templo de San Juan de Dios y sus 400 años de la construcción de este recinto religioso, se unió con este noble gesto de solidaridad la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí, bajo la dirección del Mtro. José Miramontes Zapata, al hacer cimbrar la Cineteca Alameda potosina.
Al ofrecer en esta noche, un exquisito programa integrado por dos monumentales obras: La Suite No. 1 del compositor oriundo de Ahualulco, Julián Carrillo y la Sinfonía No. 4 de Pyetr Ilych Tchaikovsky.
Fue muy grato ver una sala dedicada más al llamado séptimo arte con una buena asistencia para escuchar, disfrutar y contribuir con lo propuesto por esta orquesta sinfónica potosina.
Y de esta manera, ir preparando y afinando los detalles para el magno concierto que ofrecerán este 14 de Marzo en el Palacio de Bellas Artes en la capital del país.
Aun pesar de parecer ser muy restringido el foro de la Cineteca Alameda para dar cabida a los músicos integrantes de la OSSLP, se las arreglaron para detonar un exhaustivo programa musical bajo la batuta del Mtro. Miramontes Zapata.
Para dar inicio a esta travesía musical con la Suite No. 1 para Orquesta Op.1 nombrada en 1899 como Suite "Bagatelas". Integrada por los movimientos: Gavota, Andante Místico, Tempo di Valse y temas con variaciones.
Una bella y cautivadora primer suite que estuvo llena de esta enorme fuerza interior que trasciende su intensidad del sonido y que, perfectamente matizada y expresada, logró un perfecto eco en las intervenciones de la OSSLP.
Una bella y cautivadora primer suite que estuvo llena de esta enorme fuerza interior que trasciende su intensidad del sonido y que, perfectamente matizada y expresada, logró un perfecto eco en las intervenciones de la OSSLP.
Una primera suite para orquesta que incidió y provoco el aplauso mediato del público ante cada movimiento de dicha obra.
Para después cimbrarse ante la exposición sonora que propone el compositor ruso con su tremebunda Sinfonía No. 4.
En palabras del Mtro. Miramontes Zapata definió a Tchaikovsky como "un compositor que no escribía por escribir, aun en los ejercicios de escritura musical que él realizaba como parte de su pasión como compositor, él ponía todo el empeño artístico posible".
Al destacar en cuanto a la Sinfonía No. 4, escrita en 1877, la escribe después de tres sinfonías que mucho de la experimentación ocurrió sobre todo en la segunda y la tercera parte, aunque también en la primera escrita más sentimiento, escritas con más virtud artística y con gran sinceridad y estética. Por lo cual esta cuarta sinfonía es " la primera gran sinfonía de Tchaikovsky que logra compenetrarse con gran misticismo y con gran calidad musical en el mundo interior de Tchaikovsky".
De ahí que la describa como "una obra complejísima, verdaderamente en ocasiones es un martirio para los orquestantes poder resolver todos los problemas de ejecución".
Una cuarta sinfonía que sin más despliega este adviento de dolor y su talante dramática, al transmitir a partir de este dolor del compositor por lo trágico de su destino y su situación emocional y, hasta su situación fisiológica también, entrecruzado con estos aires de la vida y expresiones campirana de su época, al escucharse tientos de alegría, llanto y este deseo de que todo va a ser mejor, esperanza que se ve que es bien logrado.
En cuatro movimientos el compositor ruso resume su amor a Rusia y parte de su vida: Andante sostenuto — Moderato con anima — Moderato assai, quasi Andante — Allegro vivo -, Andantino in modo di canzona, Scherzo: Pizzicato ostinato — Allegro y Finale: Allegro con fuoco.
Después de disfrutar de la contundencia entrelazada con esta degustación sonora y emocional de esta cuarta sinfonía, de inmediato se da el efusivo aplauso y complementado perfectamente en la precisión de las palabras del Mtro. Miramontes Zapata con "Esto es Tchaikovsky".
De esta manera, ahora le corresponde a la OSSLP enfocarse en lo que será la presentación de su próximo concierto que ofrecerán este sábado 14 de Marzo en el Palacio de Bellas Artes en la capital del país, al decantar el segundo concierto para piano y orquesta del compositor Gonzalo Curiel, como solista el pianista Rodolfo Ritter y la Sinfonía No. 4 de Tchaikovsky.
Al destacar en cuanto a la Sinfonía No. 4, escrita en 1877, la escribe después de tres sinfonías que mucho de la experimentación ocurrió sobre todo en la segunda y la tercera parte, aunque también en la primera escrita más sentimiento, escritas con más virtud artística y con gran sinceridad y estética. Por lo cual esta cuarta sinfonía es " la primera gran sinfonía de Tchaikovsky que logra compenetrarse con gran misticismo y con gran calidad musical en el mundo interior de Tchaikovsky".
De ahí que la describa como "una obra complejísima, verdaderamente en ocasiones es un martirio para los orquestantes poder resolver todos los problemas de ejecución".
Una cuarta sinfonía que sin más despliega este adviento de dolor y su talante dramática, al transmitir a partir de este dolor del compositor por lo trágico de su destino y su situación emocional y, hasta su situación fisiológica también, entrecruzado con estos aires de la vida y expresiones campirana de su época, al escucharse tientos de alegría, llanto y este deseo de que todo va a ser mejor, esperanza que se ve que es bien logrado.
En cuatro movimientos el compositor ruso resume su amor a Rusia y parte de su vida: Andante sostenuto — Moderato con anima — Moderato assai, quasi Andante — Allegro vivo -, Andantino in modo di canzona, Scherzo: Pizzicato ostinato — Allegro y Finale: Allegro con fuoco.
Después de disfrutar de la contundencia entrelazada con esta degustación sonora y emocional de esta cuarta sinfonía, de inmediato se da el efusivo aplauso y complementado perfectamente en la precisión de las palabras del Mtro. Miramontes Zapata con "Esto es Tchaikovsky".
De esta manera, ahora le corresponde a la OSSLP enfocarse en lo que será la presentación de su próximo concierto que ofrecerán este sábado 14 de Marzo en el Palacio de Bellas Artes en la capital del país, al decantar el segundo concierto para piano y orquesta del compositor Gonzalo Curiel, como solista el pianista Rodolfo Ritter y la Sinfonía No. 4 de Tchaikovsky.
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