jueves, 23 de abril de 2015

Orquestas olvidan música mexicana

 
 
Por: Juan Carlos Talavera
 
Las orquestas mexicanas desdeñan a los compositores de su tiempo y han dejado de lado el impulso de la música nueva, pese a que la mayor de sus obligaciones está en enriquecer su entorno sonoro. Esta problemática es delicada y sería lo mismo a que un escritor jamás viera publicada su obra o que un pintor no expusiera su obra plástica.

 Así lo señalaron compositores de distintas generaciones como Gabriela Ortiz, Federico Ibarra, Leonardo Coral, Alexis Aranda y Juan Pablo Contreras, quienes aseguran que las orquestas mexicanas no toman en cuenta el repertorio contemporáneo y se han instalado en la comodidad de obras tradicionales o en la recuperación de los compositores del siglo XIX.
 

 La primera en alzar la voz fue la compositora Gabriela Ortiz (1964), quien señaló como lamentable que no exista una programación de música contemporánea en las orquestas mexicanas, ni compositores o compositoras residentes en dichas agrupaciones.
 

 “Salvo algunas excepciones –como la como la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) que dirige José Areán– no existe una programación de música nueva o de compositores vivos en las orquestas nacionales”, dijo vía telefónica.
 

 Esto implica que los jóvenes compositores estén totalmente desprotegidos. “Yo lo veo con mis alumnos, ¿qué oportunidades tienen para que se toque su música? Muy poca o casi nula, y aunque todos participan en el Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez, es el único espacio existente para estos chicos y eso me parece muy grave”.
 

 Una solución a este olvido sería la existencia de compositores residentes en orquestas, apuntó. “Sería fantástico que hubiera compositores en residencia, aunque lo más importante es que las orquestas sean contemporáneas de su tiempo, que tengan una responsabilidad con la música que se produce hoy… y no sólo con la música del pasado”.
 

 No se olvide que las orquestas tienen una responsabilidad sencilla: enriquecer el entorno musical de sus país, añadió, para eliminar el estigma de que la música nueva es fea, comentó la autora de la ópera Únicamente la verdad. La auténtica historia de Camelia La Texana.

 TIENEN MIEDO

 Según los registros, los únicos compositores contemporáneos que alguna vez tuvieron una residencia en la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) fueron Ana Lara, hace 23 años, y Alexis Aranda, hace 11 años. Desde entonces este “experimento” no se ha repetido.
Al respecto, el compositor Federico Ibarra Groth (1946), Premio Nacional de Ciencias y Artes 2014, consideró que el mayor problema de las agrupaciones está en su director, quien funge como el único a cargo y muy pocas veces admite en su repertorio la inclusión de música nueva o la presencia de algún compositor residente.


“Esto pese a que un compositor residente puede ampliar los puntos de vista del director, de la orquesta y resolver problemas en la programación para que ésta pueda ser más variada o equilibrada”.
 
 
¿Consideraría que el presupuesto es un problema para contratar compositores residentes en las orquestas del país? “Considero que no. Sería como tener un músico más dentro de la orquesta, así que no sería un gasto oneroso”.
 
 
Por su parte, Leonardo Coral (1962) autor de obras como El jardín de las delicias para flauta y orquesta y el Concierto para piano y orquesta No. 2, aseguró que es necesario que instituciones culturales –como el INBA o las secretarías de cultura de los estados–, programen residencias regulares de compositores mexicanos para generar nuevos públicos.
 
 
¿Por qué no se hace hoy?, se le preguntó. “Porque las orquestas tienen mucho miedo de que el público se aleje al no ver programadas obras del repertorio clásico, como Mozart o Tchaikovsky. Pero sólo es cuestión de equilibrio, pues no se trata de imponer la música nueva. Pero sí podría buscar una programación más equilibrada”.
 
EL ABSURDO
 
Alexis Aranda (1974) también fue consultado sobre esta preocupación de la comunidad de compositores mexicanos, y lamentó que músicos, instituciones y orquestas sólo se preocupen por rescatar la música perdida de los siglos XVI al XIX o de compositores que no se tocaron en su época.
 
 
“Pero si esas mismas orquestas siguen ignorando la música nueva… eternamente estaremos rescatando música vieja. Eso me parece un poquito absurdo. Yo creo que debería ser parejo: rescatar la música que no se tocó en su época, pero no caer en el mismo error de otras épocas y llevar la música nueva a las salas de concierto”, aseveró.
 
Otra voz surgió desde Nueva York, en voz de Juan Pablo Contreras (1987), ganador del Primer Concurso de Composición Arturo Márquez para Orquesta de Cámara, quien reconoció que para los compositores de hoy es difícil ganarse la vida.
 
Sin embargo, sugirió que en México se intente contratar compositores residentes para que actualicen los repertorios de sus orquestas, tal como lo hacen en las orquestas de Estados Unidos. “Un ejemplo es la Filarmónica de Nueva York, donde las residencias duran entre dos y tres años y recientemente la ganó el compositor y director finlandés Esa-Pekka Salonen”.
 
 
Pese a todo, aseguró que los compositores tampoco pueden darse por vencidos y sólo quejarse, sino tener una disposición constante de llevar la música a muchas instituciones e intérpretes.
 
 
La directora Alondra de la Parra lamentó el panorama musical de México y aseguró que si en México no se toca su música nueva “se están quedando muy atrás y están un poco al margen de lo que está pasando en el mundo porque en todas las orquestas con las que tengo el placer de trabajar siempre existe un compositor en residencia”.
 
“En mi caso, no soy de la idea de hacer sólo conciertos de música nueva, programas o festivales, no soy muy de eso porque siento que es mucho de lo mismo, a mí me gusta combinar diferentes épocas en los programas”.

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