jueves, 2 de abril de 2015

Shostakovich y Schnittke clausuran esta séptima edición del Festival de Música Libre del CASLP

 
 
Por: Roberto A. Valenciano Capín.
 
Se conjugo esta sensación de temperamentos que van desde este lado que conmueve y en momentos desespera es lo que ofreció el quinteto Quetzal en el concierto de clausura de esta séptima edición del Festival de Música Libre que organiza el área de música del CASLP.
 
Al ofrecer este cuarteto integrado por músicos  egresados del Conservatorio de Música de las Rosas, un programa integrado por dos obras sustanciales en la composición de Dimitri Shostakovich  como Alfred Schnittke.
 
No hay que olvidar que una de las particularidades de la música del siglo XX es su complejidad y la dificultad de encasillarla en patrones de épocas, estilos y movimientos.
 
Una música tan caótica como la historia del propio siglo, enzarzado entre guerras y reconstrucciones, alegría y lamento, barbarie y esperanza.
 
Así que en este concierto se tuvo la oportunidad de este asomo con tal aplomo al siglo XX, gracias a estos planteamientos musicales que siguen siendo actuales.
 
Al ofrecer de forma iniciática de esta travesía musical con el quinteto para piano y cuerdas en Sol menor, Op. 57, en sus cinco movimientos: - Lento-, -Fuga-, - Scherzo-, - Intermezzo- y -Finale- del compositor Dimitri Shostakovich.
 
"El Quinteto para piano es una reflexión histórica de su tiempo. Es una pieza profundamente serena caracterizada por la simplicidad de la textura, especialmente en la escritura del piano: las líneas se duplican dos octavas por debajo, y hay pocas cosas complejas en la composición. Todo esto proporciona una mayor amplitud, claridad y accesibilidad  reflejado en la popularidad de la obra inmediatamente después de su estreno".
 

Para concluir con este trememundo Quinteto para piano y cuerdas de Alfred Schnittke.

Una pieza que sin más expone sin cortapisas todas estas sensaciones, emociones contenidas, naufragas y que aun así deja entrever estos halitos de una sutil viveza.
 
"El Quinteto para Piano es, en muchos aspectos, una de las obras más relevantes de la carrera del Schnittke. Comenzada en 1972 inmediatamente después de la muerte de su madre Maria Vogel, a quién la obra está dedicada, no vio su conclusión hasta 1976 y, siendo considerado Schnittke el continuador de Shostakovich, se quiere ver en la obra un doble homenaje, puesto que Shostakovich murió poco antes de ser completada".
 
Sin lugar a dudas un gran acierto para este quinteto que puede permitirse licencias para  tocar con tal aplomo, puntualidad  y una exquisitez a pesar de la dificultad tanto interpretativa como el ser asimilada por el escucha que se dio en muy buena cita a este recinto del área de conciertos de dicha institución formativa potosina.

 

Un quinteto conformado por: Román Pavón en el violín primero, Pedro Ramírez en el segundo violín, Ana Catalina Ruelas en la viola, José Luis Herrera en el Violoncello y Pedro Daniel Martínez en el Piano.

Para el chellista José Luis Herrera  considero que estas dos obras son " un reto para tocar, un reto para tocar, un reto para montar y un reto ante todo".

A pesar que el quinteto de Snittke fue terminado en el año de 1976, un año después de que murió Shostakovich, los une que ambos compositores rusos a pesar que los dos tuvieron vidas muy intensas  y "los dos tienen cierta angustia en sus obras, aunque Snittke por haber estado en Alemania pudiera hacer lo que quisiera prácticamente con sus obras y composiciones. Shostakovich estaba dentro del régimen soviético si tenia que sujetarse a ciertas normas y por eso son tan diferentes".

Al destacar Herrera que siguen siendo unas obras vigentes y son "obras maestras de repertorio" a pesar de la fecha en que fueron compuestas, aunado a que " son unas obras que están escritas tan bien que  no tienes ningún problema en entenderlas y el lograr asimilarlas, la onda es todo lo demás, el ver que todos interpreten de la misma forma y se pongan de acuerdo, es decir, cinco personas que llevan muchos años haciendo algo y decirles que todas van a hacer las cosas de una misma forma y con la misma idea es difícil".

Y de esta manera, una excepcional forma de clausurar este festival que originalmente era con la intención de ser un modelo  para los alumnos de esta área de música de estos modelos de ejecución  que hacen los profesionales, lo cual afortunadamente trascendió de su forma inicial para ser abierto al publico en general y así, ofrecer esta diversidad musical y un ejemplo de ello, fue este conciertos como el que escuchamos en esta ocasión, los cuales no abundan: la calidad fue asombrosamente buena.

Un agradecimiento a todos aquellos músicos que compartieron su música de una forma desinteresada y a la vez ser parte de esta séptima edición del Festival de Música Libre.

Así como  a las autoridades que hicieron posible de este Festival de Música Libre que se ha arraigado en la comunidad potosina.
 
  

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