Con el apoyo
de la Secretaría de Cultura, el pianista
Mario Morones Hernández ha desarrollado una investigación cuyos resultados
se trabajarán para la próxima edición de
una especie de manual sobre la historia
de los pianos metamorfoseados para la interpretación de música microtonal que
pertenecieron al maestro Julián Carrillo, así como también se abordarán
aspectos sobre su diseño, afinación y mantenimiento, documento que representará
un importante apoyo para continuar con
su estudio.
El maestro
Morones es egresado de la Escuela de Música de la Universidad Autónoma de
zacatecas y posteriormente se ha desarrollado como músico de Jazz; e incluso
recibió clases del ya desaparecido panista de jazz Eugenio Toussaint, quien le
recomendó estudiar intervalos, por lo que se remitió a los estudios de Claude
Debussy, y de ahí le vino la idea de ver qué sucedería si aplicará esa teoría
junto a los microtonos, lo cual realizó y obtuvo como resultado un número
infinito de acordes.
A partir de
ello surgió un interés más profundo por conocer a detalle la teoría del Sonido
13, lo que lo trajo a San Luis Potosí, en donde ha trabajado en definir un
método de afinación para los pianos metamorfoseados, luego de observar en los
planos de construcción no se incluyó ese detalle, “y la intención es dejar un
escrito en el que tanto la Secretaría de Cultura como el público en general
puedan tener la información de cómo se trabajó en esos pianos”.
El maestro
Mario Morones comentó que además del trabajo de investigación, junto a otro
experto de la ciudad de León, colaborará en la restauración la afinación de
cuando menos 3 de los 19 pianos que pertenecieron al creador del Sonido 13,
aunque el proyecto no es limitativo, y se espera avanzar lo más que se pianos,
en la mayoría de los cuales sólo se observan detalles menores como algunas
teclas que se encuentran atoradas.
Precisó que
dentro del acervo hay dos pianos en tonos enteros; tres pianos en tercios de
tono; uno en cuartos, otro quintos y así sucesivamente, hasta llegar al piano en
dieciseisavos de tonos, cuyos sonidos, por decirlo de alguna manera, son muy
pequeños, pero audibles para el humano.
Respecto a
la percepción de la música tonal, consideró que para escucharla es cuestión de
acostumbrar el oído y atreverse a conocerla, lo cual apenas está sucediendo, y razón por la que aun cuando han pasado varias
décadas desde la concepción de la teoría del Sonido 13, sigue siendo es algo
novedoso y la gente no lo ha asimilado.
Con base en
lo anterior, estimó que una vez que en San Luis Potosí se cuente con un Centro
de Estudios sobre Julián Carrillo y haya más conocimiento de la música
microtonal, “estoy seguro que va a venir una etapa de jóvenes potosinos que van a saber que es y se van a
interesar, al igual que músicos con estudios van a interesar en esos
conocimientos. Por eso es bueno dar a conocer la teoría de la revolución del
Sonido 13, porque eso va a ayudar a que se conozca más entre las nuevas generaciones”,
estimó finalmente.
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